Dalila Argueta: “No vengas a abrazar mi continente, deja de explotarlo”

Dalila Argueta: “No vengas a abrazar mi continente, deja de explotarlo”

La defensora hondureña del río Guapinol tuvo que dejar su país por su seguridad en 2019. Tras conseguir el asilo político, vive en Basoa, una casa independiente y comunitaria para activistas en el valle de Arratia (Bizkaia), desde donde continúa su lucha.

Imagen: J. Marcos
08/03/2023

Dalila Argueta, en Basoa. 

Lejos de sus montañas, de su río, de su comunidad y de su familia, Dalila Argueta ha encontrado algo así como un nuevo hogar. Participa en su construcción, en realidad. Tras salir de Honduras por una cuestión de seguridad en 2019 y tras pasar dos años en Zaragoza, desde julio de 2021 vive en Basoa, una casa para personas defensoras de derechos humanos y activistas en el valle de Arratia (Bizkaia). Es un proyecto autogestionado y un “espacio libre para conspirar, disfrutar y empezar a vivir la vida que soñamos”, dicen sus redes sociales. “Basoa pertenece a todos, es una casa abierta. Es un lugar para poder crear desde la alegría y también desde la conspiración para avanzar hacia algo más bonito”, añade Argueta.

Con una agenda llena de actividades, la defensora hondureña se aferra a la cocina para dar de comer a las visitantes de la casa. “Cocinar es más que cubrir tu hambre, es como un ritual, es un acto de amor para con quien lo sirves”, cuenta mientras explica la importancia de cómo se corta una cebolla o lo especial que es hacer tortillas y frijoles cuando acuden a Basoa mujeres de México y Centroamérica.

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Basoa es su nuevo hogar porque, cosas de las legislaciones internacionales, ya no puede volver a Honduras, a su río, a sus montañas, a su comunidad. Dalila Argueta es refugiada política y ahora espera traer a su hija y a su hijo con ella.

¿Cómo fue tu salida?, ¿por qué fue tan urgente?

La Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos de Honduras es la que me saca, ellas fueron las que construyeron todos los contactos y vieron qué necesidades tenía, qué prioridades, qué opciones. Era urgente. Yo sabía que había un peligro demasiado grande y que tenía que moverme, ya había tomado mi propio protocolo y mis propias medidas de seguridad, hasta que llegó un punto en el que fue insoportable.

 

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