Por qué hay que seguir pintando murales feministas

Por qué hay que seguir pintando murales feministas

Los destrozos de murales han estado, de manera más o menos directa, alentados por el discurso ultraderechista y que han vuelto a dejar clara la instrumentalización de la lucha feminista y la organización vecinal.

26/05/2021
Mural con rostros de mujeres feministas

Mural del IES Ibn Jaldún.

El último 8 de marzo estuvo marcado por el destrozo de diversos murales feministas como el de Ciudad Lineal o el de Alcalá de Henares. Destrozos que han estado, de manera más o menos directa, alentados por el discurso ultraderechista y que han vuelto a dejar clara la instrumentalización de la lucha feminista y la organización vecinal. Desde aquí reivindicamos la importancia de seguir realizando este tipo de murales durante todo el año.

Realizar un mural feminista supone no solo ocupar y adueñarse de espacios públicos, dar voz y rostro a las que se quiere borradas y despatriarcalizar el arte urbano, que ha sido tradicionalmente un ámbito masculinizado, sino también crear desde lo colectivo, lo situado, lo propio. Decir aquí está nuestra gente, estas somos nosotres; miradnos, oídnos.

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Contra sus violencias y su afán continuado por borrar nuestras caras y silenciar nuestras voces, presentamos aquí dos experiencias distintas en cuanto a murales feministas. La primera, vivida por Raquel Silva León en un centro educativo público de Andalucía y la segunda, la de Cynthia Veneno, cuyo mural de jornaleras andaluzas en Huelva fue terriblemente vandalizado.

Murales feministas en centros educativos

Los centros educativos, al menos en Andalucía, suelen ubicarse en edificios decrépitos que se han ido parcheando y transformando a lo largo de las décadas, convirtiéndose en espacios hostiles debido a la carencia de recursos e infraestructuras. De hecho, organizaciones como Marea Verde y diversos sindicatos exigen constantemente la renovación de los centros y la construcción de nuevos espacios bien acondicionados y dotados de recursos tecnológicos.

Pero es que además de pobres y ruinosos, los centros educativos son grises. Contra estos muros grises carcelarios existen diversas teorías que respaldan el hecho de que la estética es un elemento fundamental en la estimulación de niñes y adolescentes. Esta fue la chispa que hizo de detonante para que Inma Serrano, jefa del Departamento de Dibujo del IES Ibn Jaldún (Dos Hermanas, Sevilla) e ilustradora, y Raquel Silva (coordinadora de Igualdad y colaboradora de Pikara Magazine) se pusieran manos a la obra e ideasen un mural de referentes feministas andaluzas para conmemorar el 28F (Día oficial de Andalucía) y el 8M.

niñas pintando el mural

Niñas pintando el mural IES Ibn Jaldún.

Crear un mural feminista tiene un componente de cooperación muy potente ya que, en el caso de un IES, pone a trabajar codo con codo a diversos agentes que componen una comunidad educativa: alumnado, profesorado, familias, amigas y vecinas. De esta manera, se crea un tejido social que trasciende lo académico. En general, ha sido un proceso muy emocionante y un espacio de encuentro en el que se han forjado amistades duraderas y anécdotas inolvidables en un curso pandémico que ha dejado muy poco margen a la interacción social y al acompañamiento mutuo.

Sortear los mecanismos censores que supone representar a personalidades como Ocaña o Gata Cattana, incluso en un centro educativo público, no es siempre tan fácil. El engranaje de violencias empieza a funcionar dentro de los mismos centros a pesar de las normativas que nos obligan a educar en materia de igualdad de manera transversal. Un IES no deja de ser un reflejo del sistema en el que se inserta y, desgraciadamente, los discursos del odio van calando y aflorando entre el profesorado y el alumnado.

Han sido varias las críticas y reacciones negativas e incluso violentas ante el mural. Desde el ya clásico “¿y por qué no aparece ningún hombre?” hasta bufidos de varios tipos e incluso el caso de un alumno que escupió en el mural. Contra estos ataques, contrasta el orgullo del alumnado participante de haber sido artífices y cómplices.

un mural tachado con esvásticas

Mural de Cynthia Veneno vandalizado.

Las violencias de ser tachadas

Con motivo del 8M fueron muchas las plataformas que contaron con artistas para llenar sus centros educativos o sus parques de murales combativos que invitaban a un pensamiento crítico, a una representación de esas referentes, conocidas y anónimas que caen en el olvido el resto del año.

Es el caso del mural realizado por Cynthia Veneno, ilustradora y muralista sevillana, en el Parque Moret de Huelva junto a Mujeres24H y que, al igual que otros tantos a lo largo del país, se vio sometido al vandalismo más atroz: el borrado de sus caras y varias esvásticas dañando la obra. Tan solo dos días fueron suficientes para convertir el mural en una interpelación para aquellos que no consienten la libertad de las mujeres y de quienes no encajan en el sistema.

Ser visibles desde los márgenes, fuera de aquello a lo que hemos estado acostumbradas sistemáticamente, hace que las mujeres que día a día recorren nuestras calles sean suficiente provocación para quienes atentaron contra estas obras a lo largo del país.

mural feminista

Nuevo mural de Cynthia Veneno.

Ya no hablamos de rostros conocidos como Frida Kahlo, Nina Simone, Marie Curie o Angela Davis, sino de nuestras abuelas, madres, quienes nos venden el pan, las jornaleras, quienes nos riegan las plantas cuando nos vamos de fin de semana o esa kiosquera a la que recordamos con ternura porque fue la primera referente LGTBI de nuestro barrio. Los rostros cotidianos comienzan a convertirse en un objetivo para aquellos que no soportan las voces de quienes, durante mucho tiempo, fueron silenciadas.

Lo que quizá no esperaban es que el efecto Barbra Streisand tuviese tal efectividad, convirtiendo este mural en un símbolo de la indignación que se hizo viral, consiguiendo así la financiación suficiente tanto para restaurarlo como para beneficiar a colectivos vulnerables, demostrando así que juntas somos más fuertes que esa nueva ola neofascista que se hace cada vez más popular.

 


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