Las bodas gitanas y la llamada ‘prueba del pañuelo’ generan gran interés y morbo entre la cultura paya. Silvia Agüero Fernández analiza por qué: ¿simple curiosidad o moralidad paya?
La prueba del pañuelo explicada para dummies Opinión,Voces

Las bodas gitanas y la llamada ‘prueba del pañuelo’ generan gran interés y morbo entre la cultura paya. Silvia Agüero Fernández analiza por qué: ¿simple curiosidad o moralidad paya?
Activista y trabajadora en su hogar, nuestra colaboradora Silvia Agüero Fernández gestiona el blog Pretendemos gitanizar el mundo, junto con Nicolas Jiménez, y la Revolución de las Rosas Romaní, un movimiento contra la violencia etno-obstétrica. La conocemos más en esta entrevista de Danele Sarriugarte para la revista Argia.
La autora critica las políticas de integración del pueblo gitano aplicadas en el Estado español, más de 230 leyes y medidas legales entre 1499 y 2018. «Nos duele como el látigo y nos castiga como ineludible maldición», afirma.
La mayor parte de las personas gitanas vivimos en guetos, que son fruto de una política urbanística antigitana consistente en aislar, alejar y concentrar para mejor reprimir a la población gitana y para transmitir al resto de la ciudadanía tranquilidad de conciencia: “Los tenemos controlados”.
El espectador payo que vea la película de Arantxa Echevarría sobre la historia de amor entre dos jóvenes gitanas saldrá del cine como entró: con sus prejuicios antigitanos confirmados y a salvo de cuestionar el patriarcado, la lesbofobia y el antigitanismo estructurales.
La venta ambulante ha permitido a los gitanos, pero especialmente a las gitanas, desempeñar una actividad laboral por cuenta propia, sin que nadie les esclavice ni les haga cambiar su manera de vestir o de hablar. Pero el siniestro pacto entre el antigitanismo institucional y el capitalismo devastador la han asfixiado.
En el Festival de Cine de Cañada Real se muestra y se cristaliza el trabajo que hace la Fundación Voces para incentivar, a través de la cultura y la creatividad, la autoestima de les habitantes de un barrio marcado por la exclusión social y el estigma.
Las europarlamentarias y activistas sociales Julie Ward y Soraya Post explican los caminos y los obstáculos que encuentran en su empeño por desarrollar políticas comunitarias que garanticen los derechos humanos de las mujeres y de colectivos perseguidos como el pueblo gitano.
No están solas. Eso es lo que quedó claro en el II Congreso Internacional de Mujeres Gitanas, celebrado recientemente en Barcelona. Porque poner en común las experiencias vividas en los diferentes rincones de Europa puede ayudar a izar velas.
Soy gitana. Sufro la nostalgia, la rabia y el extraño sentimiento de añorar una lengua que no tuve, que le robaron a mi gente.
El cortometraje ‘Partir de cero’, realizado por hombres payos para la Fundación Secretariado Gitano, nos anima a las personas gitanas a esforzarnos para alcanzar la igualdad de oportunidades. Una filosofía estilo Mr. Wonderful que elude señalar el racismo estructural y social que nos subyuga.
El pueblo gitano fue el segundo grupo más grande de personas asesinadas por motivos raciales durante el nazismo.
Las peticiones de Antonia Jiménez de que se investigue la muerte de su hijo Manuel en prisión apenas circulan por las redes. Permanecemos indiferentes porque Manuel es gitano y pobre, porque no es «uno de los nuestros». Pero su muerte es política y, cuando miramos a otro lado, somos responsables.
Las tres o cuatro horas que dura el guiso dan para mucho: las cuñás, las primas, las sobrinas, las tías, las hermanas, las hijas, las madres, las abuelas reforzamos la sustancia del potaje, un potaje que año tras año es la excusa tradicional del empoderamiento, de la sororidad, de la hermandad de la pejnalipen, un momento esencial del año, insólito y primordial.
La autora, con su hija y sus primas y sus tías, estuvo en el I Congreso Feminismo Romaní, que se celebró hace unos días en Madrid.
La autora aprovecha la reseña para contarnos algunos datos sobre el pueblo gitano desconocidos para la mayoría e ignorados por los libros de Historia.
Cada 24 de mayo, más de 10.000 romeros y romeras -gitanas en su mayoría de grupos como manouches y gitans catalans- de toda Europa acuden a Saintes-Maries-de-la-Mer, en el sur de Francia, para venerar a Santa Sara, Sara Kalí en la tradición gitana.
La autora recuerda la Gran Redada que miles de gitanos sufrieron el 29 de julio de 1749. Y lo hace reclamando el amor y el cariño a la identidad gitana, “hacia una moral nuestra, hacia un sentimiento que gira en torno a nuestro pasado”. Y lo hace también por la memoria.