A Irene C. le hicieron creer que ser lesbiana no estaba bien, pero ella tenía claro que ni era pasajero ni era una enfermedad a tratar. Nos comparte un relato sobre su memoria bollera y psicólogos que hacen daño.
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A Irene C. le hicieron creer que ser lesbiana no estaba bien, pero ella tenía claro que ni era pasajero ni era una enfermedad a tratar. Nos comparte un relato sobre su memoria bollera y psicólogos que hacen daño.
Lola Ghana Pues eso, que he vomitado esto en diez minutos porque no podía más. Es viernes por la noche y vuelvo a casa en un tren de cercanías con mi novio. Él se baja en Sant Andreu y yo en Cerdanyola; nuestras familias no saben que estamos juntos ni tenemos intención de que se sepa, así Leer más
M. lleva más de un año sufriendo el acoso del que un día fue su vecino. Tras denuncias con las que no ha conseguido nada -«la policía la única solución que me ha dado es que me vaya de casa”-, ha decidido difundir su caso,un ejemplo de misoginia, para que transcienda de lo personal al plano político.
Cuando nos llaman ‘maricas’, no nos están llamando ‘homosexuales’ sino ‘no hombres’. El insulto nace de la interacción entre la misoginia y esa máquina de normalización que es el «convertirse en un hombre».
El niño corretea como un cervatillo, camina de puntillas, da saltitos, aletea como una libélula. El padre ya sabe que su hijo es un disidente.
El fútbol, que en muchos casos es escaparate de la masculinidad hegemónica, oculta la diversidad sexual e identitaria de quienes lo practican.
Las categorías sexo-genéricas facilitan la comodidad de las personas heteronormativas a la vez que limitan las identidades y las subjetividades de las personas.
La expresión ‘salir del armario’ presupone que las personas con una sexualidad no normativa deben dar explicaciones sobre su deseo a las demás personas, como si tuvieran que justificarlo.
La Nación Bélica Colonial ya no siempre es abiertamente homófoba: acepta a los gays si son normales, si son muy hombres, si son «de los nuestros». Ese «de los nuestros» sirve para construir Así construye un «los otros»; sujetos y los pueblos criminalizados utilizando los derechos LGTBI como excusa. Israel es un ejemplo paradigmático pero hay otros más cercanos.
El cruce de fronteras implica también un cruce de culturas que se encuentran en un mismo territorio. La integración de las personas recién llegadas al país es, a veces, controvertida por el choque ideológico que afecta a las formas de vida de un lugar. La protagonista de este relato, una mujer migrada, siente amenazada su sexualidad por parte de un sector de la población inmigrante.
Nota: Este artículo se enmarca en la sección de libre publicación de Pikara, cuyo objetivo, como su nombre indica, es promover la participación de las lectoras y lectores. El colectivo editor de Pikara Magazine no se hace responsable ni del contenido ni de la forma de los artículos publicados en esta sección, que no son editados. Puedes mandar el tuyo a participa@pikaramagazine.com. Rogamos claridad, concisión y buena ortografía.
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Hemos hablado de racismo, machismo y homofobia pero, ¿hemos hablado lo suficiente sobre la teofobia?
El Islam fue el culpable del genocidio indígena en América, de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, del holocausto nazi, del esclavismo en África, de la muerte de Manolete.
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Las transmaricabollos ni existimos ni sobrevivimos como puntos aislados, nuestras comunidades se forman por medio de procesos de identificación, agrupamiento y acumulación. Hablar de la realidad de la comunidad transmaricabollo es hablar de sociología, urbanismo, antropología, política y hasta de matemáticas.