Follar sexi

Follar sexi

El imaginario social normativo (cisheterocentrado) de que tener sexo con profilácticos es menos interesante y más frío parece seguir calando en las relaciones sexuales entre personas con vulva, a pesar de que pueden transmitirse igual las ITS. Necesitamos más información y acceso a estas barreras para poder follar con precaución, porque eso es sexi.

17/01/2024

Ilustración: RNMitra.

 

Todavía, en 2024, es controvertido hablar de sexo entre personas con vulva en general y especialmente sobre la falta de protección y uso de medios para prevenir el contagio de parásitos, bacterias (como la clamidia o gonococo) o virus, es decir, las llamadas Infecciones de Transmisión Sexual o los hongos. Siento que este tema, nuestras prácticas y negligencias, aún son polémica y/o tabú, porque eso supone señalar que es muy habitual no usar ningún tipo de barrera o prevención.

Es importante recordar y seguir anunciando que: con contactos piel con piel, genital-genital, genital-anal y genital-boca, se pueden transmitir ITS mediante los fluidos (incluyendo la regla) o que los juguetes sexuales no solo se deben lavar entre los diferentes usos, sino que es fundamental colocar y sustituir los preservativos cada vez que lo usa otra persona.

Algunas personas queremos poder conversar liberándonos de los estigmas, sacar a colación estrategias de cuidados y comunicación en el placer y socializar que, como acción de arqueología, varias nos hemos aferrado a interpelarnos entre nosotres, a intentar preguntarnos relajadamente y frontalmente: “¿Cómo te cuidas?”, “¿Tú cómo te proteges sexualmente?”. Asumir y nombrar que a algunes nos preocupa la vigente ignorancia sobre el tema y que el sexo entre vulvas, tan a menudo, sea sin barrera para prevenir las ITS y que una respuesta demasiado habitual era y sigue siendo: no uso nada o “lo hago al natural.

Si vamos a hablar de estos temas, no hay que dejar de mencionar las vulneraciones reiteradas por parte de las instituciones de la salud y educativas. Comprendemos cómo se niega el derecho integral a la salud sexual y reproductiva cuando se mira androcéntricamente y las prácticas sexuales no cisheterocentradas no son foco de interés ni de estudio. En consecuencia, por esa invisibilización y ese desconocimiento se nos priva, sistemáticamente, de saber. Una de tantas desinformaciones es ignorar, o entender parcialmente, cómo tener sexo con menor riesgo de contagio de VIH, Virus del Papiloma Humano o cualquier otra ITS. Este fenómeno es violencia institucional y empuja a las personas a la imposibilidad, o la alta dificultad, para desarrollar comportamientos y actividades saludables en el ámbito sexual. Me preocupa esta normalización y las recurrentes vulneraciones que supone no incluir, ver, ni representar la diversidad de prácticas sexuales y deseos. Además de que significa atentar contra la obligatoriedad que tiene el Estado español de velar por las campañas de prevención y detección precoz de ITS centradas en las necesidades específicas del colectivo, recogidas en el artículo 18 de la Ley 4/2023 para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI.

Algunas personas queremos poder conversar liberándonos de los estigmas, sacar a colación estrategias de cuidados.

La atención de calidad en todos los servicios públicos, especialmente en los médicos y educativos, debe incluirse el trato no discriminatorio hacia cualquier persona, y en este caso en particular a las disidencias sexo genéricas. El buen trato profesional tiene que reflejar el saber y la sensibilidad hacia la diversidad de deseos existente y la amplitud de encuentros e intimidades sexuales posibles. Este hecho implica nombrar que cuando se intercambian fluidos corporales, las bacterias y los virus pueden transmitirse de una persona a otra, o varias. Y eso entraña no presuponer ni asumir la heterosexualidad o unas prácticas específicas al alumnado (o a la ciudadanía en general). Es importante hablar de actividades sin reproducir mensajes o juicios morales, como dar por sentado que es mejor la monogamia y la exclusividad sexual. ¡Vaya, dejad de recomendar tener un único vínculo sexo afectivo encubriendo esta propuesta bajo criterios de exposición! Algunes no queremos renunciar a elegir ser o no promiscuas. Un marco no juzgador debería poder enumerar, detallar las formas de contagio sin alimentar mensajes LGTBIfóbicos y poder radiografiar las exposiciones, las transmisiones y la incidencia de las infecciones sobre las comunidades, y subgrupos. En consecuencia, poniendo ejemplos de la importancia de desagregar datos, podemos aludir que tenerlos nos permitiría no reproducir mitos como que el foco principal o las personas transmisoras de las ITS son las bisexuales. Podríamos determinar la afectación por VIH en los hombres gais y bisexuales o proporcionar qué tan extendido está el Virus del Papiloma Humano entre lesbianas y bisexuales. Es importante recordar que ampliar, nombrar y estudiar de formas diferenciadas no persigue alimentar estereotipos, sino aproximarse a las realidades y contextos concretos. Básicamente, una perspectiva centrada en la soberanía sobre el propio cuerpo. Derecho a poder conocer, tener acceso a la información y elegir si deseas tener relaciones sexuales y, en caso de que sea que sí, sopesar si quieres hacerlo con barreras de protección o no. La decisión es individual y debe ser consensuada con le/s otre/s, y puede mantenerse en el tiempo o ir cambiando. Sea cual sea cada decisión, el contenido debe promoverse de manera estructural, también en los centros educativos y sanitarios.

Un marco no juzgador debería poder enumerar, detallar las formas de contagio sin alimentar mensajes LGTBIfóbicos.

Más allá del texto, o subtexto, institucional me interesa cómo estamos y venimos resolviendo estas tensiones. Llegadas a este punto, pongamos que has tenido el pálpito o la sospecha de que, si las prácticas sexuales cisheterocentradas se recomienda tenerlas usando preservativos, el sexo entre vulvas sin ningún resguardo es un foco de exposición a ITS. O supongamos que has tenido la suerte de cruzarte con algún espacio educativo (formal o no) o alguna adulta que te insinúa o dice claramente que hay diferentes maneras para prevenir infecciones de transmisión sexual y disfrutar igualmente. ¡Has tenido una gran suerte, no es una realidad muy extendida! Pero espera, que la travesía no termina aquí, ¡falta conseguir los materiales! Buscas, indagas en internet o averiguas si en las redes hay personas hablando o haciendo tutoriales sobre el tema. Te sorprenderá descubrir que tampoco es un conocimiento muy extendido y, mucho menos, detallado. Pero tú, que sabes insistir muy bien, has conseguido averiguar que hay barreras (sobre todo de látex) y te dispones a conseguir acopio. Si llegas al servicio de salud, consiguiendo tumbar los obstáculos y el miedo o la experiencia de saber que puedes ser discriminade, y entienden qué buscas, ya has triunfado.

A menudo, incluso cuando entienden, te dirán que no disponen de más material profiláctico que preservativos para penes. Vaya que, en el mejor de los escenarios, el sistema de salud pública (del Estado español) te ofrece información, pero no materiales gratuitos como campos de látex o guantes. Incluso si vas a servicios especializados sobre ITS donde se conocen estos artilugios te dirán, de nuevo, que solo tienen preservativos para pene y lubricante. ¡Ojo que los servicios especializados, en el caso de haberlos, generalmente se encuentran en las grandes ciudades! Este fenómeno produce dificultades en el acceso, hecho que supone un agravio comparativo entre la ciudadanía. Entonces tú puedes salir y disponerte a seguir la búsqueda y divertirte (o no) con la batería de respuestas y caras en las farmacias. Prosiguiendo descubrirás que en la gran mayoría de sexshops, otra vez, no lo conocen o en el mejor de los casos saben lo que es, pero no lo tienen porque “no hay demanda”. Y si finalmente, ¡qué insistencia, por favor!, encuentras barreras de látex en algún sexshop o por internet, verás que son mucho más caros que los preservativos habituales. ¿Agotador? ¿Consigues mantener la líbido?

Vista la ignorancia sobre el tema en las instituciones, seguida por el desconocimiento social que llega a las farmacias y a tiendas sexuales, el foco ahora es la comunidad. Una pregunta para ella es: ¿estamos las personas trans (binarias o no), bisexuales y lesbianas con vulva que tienen sexo con personas con vulva sensibilizadas sobre las ITS? ¿Somos conocedoras de las barreras de protección existentes? En mi opinión, por más que no es una pregunta nueva, la respuesta sigue siendo, casi siempre, no. Esto se debe a varios aspectos y a la asimilación misma de las lógicas heterosexuales. Para destacar dos esferas: la primera, el imaginario sociocultural de que tener sexo de estas maneras es más difícil, quirúrgico, frío o antinatural. Así que aparte de encontrarnos con poca normalización del sexo protegido, nos encontramos con una artillería de mensajes, incluso dentro de la comunidad, que desacreditan por ejemplo las barreras bucales. El segundo aspecto destacado, es ignorar que las consecuencias más graves de las ITS (como requerir ingreso hospitalario, tratamientos agresivos, cirugías o pérdida de fertilidad) recae en personas con útero y/o trompas de Falopio.

¿Estamos las personas trans (binarias o no), bisexuales y lesbianas con vulva que tienen sexo con personas con vulva sensibilizadas sobre las ITS?

Para terminar, querría aclarar que la propuesta no es en ningún caso promover abstenerse de los encuentros íntimos (a pesar de ser conscientes que no existe el riesgo cero). Siento que es importante ampliar la perspectiva sin, por supuesto, olvidarnos del goce. Creo que puede ser muy lujurioso conocer, fantasear, acercarnos a los estuches de prevención y a los sujetos interesantes que los viajan o los han confeccionado. Presiento que los kits de precaución sexual pueden devenir objetos fetiche. Al mismo tiempo, no renuncio (junto con otres) a tener/devenir referentes, anhelo desear y que nos deseen con protección, extender la prevención y seguir erotizando los cuidados y la profilaxis.

Deliro incluso con que este hecho, la voluntad de incrementar las prácticas sexuales cuidadas, es una oportunidad para ampliar los imaginarios, para seguir diversificando los deseos. Quizás cuanto más extendidas estén las prácticas de sexo protegido, más habituadas y más sexis podemos ver (y vernos) con guantes; condones bucales, genitales, para dedos; con barreras de látex, o con vulvarnés puesto. ¡La protección sexual puede ser, y es, sensual! ¡Follar cuidándonos es sexi!

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