Noemí Pereda: “La violencia contra la infancia es uno de los factores que permite que exista el bullying”

Noemí Pereda: “La violencia contra la infancia es uno de los factores que permite que exista el bullying”

Cada día hay de media un millar de denuncias por acoso escolar. Esta investigadora, especialista en victimología, explica que en España, históricamente, se consiente la violencia en general, también contra la infancia.

14/12/2022

Noemí Pereda. | Foto: cedida.

El 96 por ciento de los casos identificados como sospechosos de acoso que recibió el número de atención telefónica del Ministerio de Educación (900 018 018) en sus dos primeros años de funcionamiento (2017 y 2018) no fueron denunciados a la inspección educativa. Amnistía Internacional (AI) denuncia en su último informe sobre el acoso escolar que miles de casos permanecen ocultos, ya que ni se registran oficialmente ni hay herramientas para que padres, madres y profesorado puedan detectarlo. Eso a pesar de que la reciente ley establece un marco para luchar contra el acoso escolar o bullying. Cada día hay de media un millar de denuncias por acoso escolar: lesiones, amenazas, trato degradante… Organizaciones como AI, Save The Children y UNESCO hablan de cifras que oscilan entre el medio millón y los tres millones de niños y niñas afectadas en España por este tipo de maltrato. Noemí Pereda es profesora de Victimología en la Universidad de Barcelona. Investiga con la GReVIA (Grupo de Investigación en Victimización Infantil y Adolescente) la violencia contra la infancia y la adolescencia. Pereda, profesora titular de la Universidad de Barcelona, se ha centrado en el estudio e investigación de la victimología del desarrollo, el trauma psicológico y los factores de riesgo y de protección. Ha trabajado en numerosos proyectos de investigación en el campo de la victimología del desarrollo financiados por la Organización Mundial de la Salud, el Gobierno de España y otros organismos públicos y oenegés. Es autora de más de 40 artículos científicos que exploran los efectos de la violencia en niños, niñas y adolescentes.

¿Qué sucede en una criatura cuando sufre bullying?

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Afecta a su desarrollo y a cómo entiende el mundo. El bullying o acoso escolar implica sucesos y actos violentos repetidos que implican una ley del silencio. Estas formas de violencia en la infancia tienen una repercusión relevante en la vida de la víctima. Su cerebro se está desarrollando y hay una interferencia en el correcto desarrollo de esa criatura. Va más allá de la pena, del aislamiento y de la tristeza… Afecta a temas cognitivos, a su desarrollo académico y a cómo va a percibir el mundo. El mundo se convierte en un sitio amenazante, hostil y peligroso. Repercute en toda la parte cerebral y tiene, además, consecuencias de tipo social. ¿Qué aprende un niño que sufre bullying? Se ha demostrado en numerosos estudios que acaban teniendo un rol de víctima ofensor. Empiezan sufriendo acoso pero, en muchos casos, acaban ejerciendo violencia contra otros niños y niñas más vulnerables, más pequeños. Esto ocurre porque aprenden que la violencia es la forma de relacionarse y que el más fuerte es el que gana, manda y el que controla el grupo y es, además, el más popular. El bullying no tiene efectos solo en la víctima sino a nivel social y por eso la escuela debe intervenir inmediatamente.

¿Somos una sociedad que tolera la violencia contra la infancia?

La tolerancia social hacia la violencia contra la infancia es uno de los principales factores que permite que se siga produciendo. En Twitter cada cierto tiempo hay alguien que defiende como una práctica educativa pegarle a un niño y son cientos las respuestas a favor. Uno de los principales factores de riesgo para que en una sociedad se produzca violencia contra la infancia es precisamente esta tolerancia hacia la violencia. En España ha habido una gran tolerancia histórica hacia la violencia en general. Estamos muy atrasados respecto a un marco de mentalidad, de planteamiento social. Vamos a necesitar un tiempo para que sean vistos como víctimas. Muchas veces se esconde la violencia tras la autoridad y el castigo como si fuera algo educativo. Jamás es educativo. Jamás va a aprender la lección que tú crees que le estás dando. Uno de los principales retos que tenemos es conseguir este cambio de planteamiento social. Y antes hay que reconocer los derechos de la infancia.

¿Cómo acabar entonces con esto en una sociedad que es violenta con la infancia?

Esta idea de violencia como algo aceptable lo transmitimos generación tras generación. Se tiende a pensar que es un “problema de niños” sin asumir que es un problema de personas adultas que educamos a los niños en una sociedad altamente violenta. Aprenden a relacionarse así. Es muy difícil que evitemos que usen la violencia cuando nosotras la usamos con ellos y ellas. Y no es ya que los agresores hayan sufrido esta violencia y eso les convierta en agresores. No hace falta. Es la sociedad. Es el caldo de cultivo en el que crecen, es la tolerancia generalizada hacia la violencia. Simplemente con la sociedad en la que vivimos ya es suficiente…Y no es una opinión. Hay suficiente evidencia para poder afirmarlo.

¿Es posible recuperarse de este tipo de violencia?

No es fácil recuperarse de experiencias de violencia continuada durante la infancia. Depende de diferentes variables: su forma de entender lo ocurrido, no culparse a sí mismo, su autoestima, su capacidad de hacer frente a lo sucedido, hay también variables sociales y familiares, grupo de amigos, o si tiene algún tutor de resiliencia para recuperar la confianza en los demás, en si mismo, en el futuro, … Y otra cosa importante: depende de si tiene acceso a recursos profesionales especializados o a organizaciones que puedan trabajar con las víctimas. Son muchas variables para que este niño o niña se recupere. La más importante es que se detecte lo antes posible. Depende del tiempo, de si se detecta pronto (esto es muy importante), de si tiene un entorno familiar cálido, si cuenta con apoyo de la escuela… si se le deriva pronto a una profesional o entidad especializada… Entonces es mucho más sencillo que se pueda recuperar.

¿Funciona de forma parecida la violencia en parejas adolescentes?

La violencia en parejas adolescentes tendría un efecto similar. Nos encontraríamos con que si es continuada tendría también un efecto o impacto. Pero ya estamos hablando de adolescentes. Los efectos son menos profundos y modifica menos su forma de entender el mundo. No tiene un efecto tan profundo, lo que no quiere decir que no sea grave. La violencia en la infancia provoca un daño muy profundo.

Si tiene un entorno que le ha salvaguardado, le ha mostrado lo que es una pareja sana… puede recuperarse bien. El problema es cuando acontece en la infancia, que es cuando se está desarrollando. Si recibe inputs violentos cuando se está desarrollando durante tanto tiempo va a cambiar su forma de verse y de entender el mundo y la sociedad…

¿Afecta de igual modo a niños y niñas? ¿Influye el patriarcado en este tipo de violencias?

El patriarcado sí que influye, sobre todo en el bullying homófobo donde el objetivo es un niño o niña por su orientación sexual. Todo el tema orientado a vejaciones sexuales también tiene que ver con esto. El patriarcado tiene influencia porque es en este sistema en el que la violencia está aceptada porque define de algún modo al más fuerte y al que tiene éxito. Si transmitimos este mensaje los niños cometen más actos de violencia. Desde luego si transmitiéramos el mensaje de que la violencia es inaceptable y no se puede tolerar, no tendríamos este escenario ni estas cifras de acoso.

Respecto a temas de género, se sabe que afecta de igual modo, aunque hay alguna diferencia en la forma que toma este acoso o bullying. El acoso físico es más usado por los niños y en las niñas son frecuentes los casos de bullyng relacional, la exclusión, el aislamiento. Las burlas o tocamientos de índole sexual, por el desarrollo, son más propios de niños… Estas diferencias las muestran muchos estudios. Tantos niños como niñas son víctimas y son verdugos.

¿Qué podemos hacer desde las familias, la sociedad y la escuela?

Familia y escuela necesitan darle la importancia que tiene a estas situaciones de violencia. Necesitamos que la familia no minusvalore esto cuando las criaturas lo cuentan en casa. La familia tiene que ser muy sensible y tener comunicación abierta. La escuela requiere formación. Los y las profesionales deben estar formados. La figura del coordinador de bienestar y protección que se ha propuesto con la última ley es fundamental. Entendemos que no todas las personas del centro educativo pueden estar formadas, pero tiene que haber alguien.

No podemos infravalorar estas situaciones de acoso. Es serio y sus efectos son muy graves. Provoca daño emocional a largo plazo, afecta al desarrollo, genera ideaciones suicidas incluso… Necesitamos tomar esto muy en serio y crear figuras que sepan sobre este tema y aprendan a identificarlo y a ver las alertas. Todas somos garantes de la protección de la infancia y la escuela debe ser un espacio seguro. Que estén formados y sepan detectar, derivar y notificar cuando sea necesario.

¿Sirven leyes como la que se ha aprobado en 2021, la Ley Orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia.?

Las leyes son como los protocolos porque nos sirven de marco. Pero si no hay una pedagogía detrás, si no hay recursos para dotar a los coordinadores de bienestar de formación etcétera… No basta con un marco teórico o legislativo… Hay que dotarlas de recursos. Valoro positivamente que la LOPIBI (Ley orgánica de protección de la infancia y la adolescencia) se haya aprobado pero más allá de los documentos necesitamos a gente cambiando esa forma de pensar y actuar.


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