Corporalidades disidentes eluden la censura del algoritmo de TikTok

Corporalidades disidentes eluden la censura del algoritmo de TikTok

TikTok no es una red social más en el universo de ofertas de entretenimiento de la internet hipercomercial actual. Tienen lugar allí también discusiones relevantes de la agenda de los movimientos feministas y LGBTIQ+. Y, a la vez que se dan formas de censura, también creativas formas de evadirla.

18/05/2022

TikTok es una televisión que nunca se apaga. Ofrece a les usuaries una transmisión ininterrumpida de cada perfil que se sigue, así como de las etiquetas favoritas (hashtags) que acercan temas predilectos a monitorear. Propiedad de ByteDance, una especie de análoga china de Facebook, fue la aplicación global más popular descargada en 2020, con unos 1.100 millones de usuarios y usuarias activos en todo el mundo. La plataforma multimedia en cuestión es una potente combinación de diversas funciones esenciales de otras aplicaciones populares como Instagram, Facebook, YouTube o Twitter.

La red social social cuenta con un elevado perfil tecnopolítico, pero también con micromundos animados y plagados de memes de gatitos y personas bailando sincronizadas. De eso habla el estudio ‘TikTokers no binarios en América Latina: compartir debates y eludir la censura’, así de cómo reducir las violencias, censuras y ataques a las expresiones LGBTIQ+ en TikTok.

En el estudio que hice el año pasado, encargado por Cigionline (Centre for International Governance Innovation), hallamos, través de una inmersión no-participante en las comunidades #nobinarias de TikTok y el análisis de un corpus de 50 videos o posts, formas disruptivas de evadir la censura del algoritmo, colocar debates importantes como los del lenguaje inclusivo, así como contranarrativas que dan una vuelta de tuerca al odio con toneladas de humor, memes y pasos de coreografía.

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En los laberintos de TikTok, a diferencia de otras redes sociales en las que solo consumes el material de aquellas personas a las que sigues, el algoritmo te propone cada vez que ingresas a su página de inicio contenidos de personas a las que puedes seguir o no. Esa parte azarosa o random hace que TikTok sea seductora para quienes se lanzan a la fama o lanzan su video o canción en esa burbuja porque saben que pueden trascender a su audiencia conocida.

Es una catarata de videos meméticos (que solían durar máximo tres minutos pero que este año se han extendido a los 10). Por eso la página de inicio se llama Para ti: es lo que el algoritmo ha seleccionado, mediante sus argucias de seguimiento minucioso de tus predilecciones, para que seducirte, mantenerte, adherirte a la pantalla.

Almacén de datos

Integrante de la tecnoclase dominante, la plataforma china también controla el bien más preciado de nuestra época: los datos. Así mismo el modelo de negocio de TikTok, vinculado a los mercados de datos, puede ser entendido como una caja negra. Es decir, no hay oportunidades para conocer la fórmula que sesga su algoritmo. Es que intentar abrir la misteriosa caja y discutir las decisiones que toman corporaciones como Twitter o TikTok, y cómo desempeñan su papel de editores de información (gatekeeper), es una tarea usualmente infructuosa. Cuántos mas datos tienen, más poder concentran, más secretos guardan.

La naturaleza propietaria y extractivista de estas plataformas cierra la puerta al acceso a la lógica que existe entre bambalinas. Solo podemos adivinarla a partir de sus políticas explícitas de comunidad o de los famosos términos y condiciones que actualizan seguido (y que no nos dan tiempo a leer). Aún así muchas de las decisiones centrales que toman se filtran a través de las denuncias de censuras, o se deducen porque suponen ciertas arbitrariedades que impactan a las comunidades de usuaries.

Sobre estas funciones opacas que habitamos en las redes digitales habla un artículo sobre las normas de Instagram de la periodista Paula Akpan: ‘¿Qué harías si se considerara que tu trabajo, tu cuerpo o tus opciones de vida fueran consideradas contrarias a las directrices de la comunidad?’ (traducción propia). El texto expone el fenómeno digital conocido como shadow banning o “supresión disimulada”, que expone una forma más o menos sutil de invisibilización de posts o videos que repentinamente dejan de aparecer en las páginas principales de otres usuaries y que afecta la libre expresión de personas de diferentes comunidades.

TikTok roda su shadow banning y dicha acción se traduce en una reducción de la visibilidad de los videos de ciertos usuaries. La experiencia es mayormente traumática puesto que a la persona censurada no se le comunica previamente la razón de por qué esto sucede. Como resultado los vídeos dejan de aparecer en la página Para ti de TikTok.

En esta sección de Pikara Magazine nos hemos dedicado a ejercer la mirada crítica acerca de plataformas digitales como Facebook, Twitter, YouTube y TikTok y cómo a veces perpetúan y potencian formas de discriminación contra determinados grupos y poblaciones de personas mediante la aplicación de sus “condiciones de servicio” o “normas comunitarias”, incluso mediante el despliegue de algoritmos y tecnologías que hacen invisibles sus identidades y sus luchas.

Un artículo de 2020 publicado por The Intercept informó que, hasta hace hace muy poco tiempo, el algoritmo de TikTok tenía algunas objeciones estéticas (clasistas) sobre ciertos tipos de vídeos: “Un documento de moderación esboza que características físicas, corporales y ambientales consideradas poco atractivas, así como enumera una letanía de defectos que podrían ser motivo para excluir de forma invisible un perfil determinado de la sección Para ti de la aplicación, donde los TikTok, donde los vídeos se distribuyen a una gran audiencia en base a criterios secretos” (traducción de la autora).

Aunque lo que se necesita para ganar un lugar en la sección Para ti sigue siendo un misterio, el documento revela que se necesita muy poco para ser excluide. Se basa en la premisa de que los contenidos subidos por usuarios poco atractivos o indeseables podrían “disminuir la tasa de retención de nuevos usuarios a corto plazo”.

Contestando al odio con glitter

En el estudio que realizamos pusimos la lupa sobre los contenidos reunidos bajo la etiqueta #nobinario (y otras como #ParaTi, #LGBTQ, #Compañere, #LGBT, #NonBinary, #LenguajeInclusivo, #NB, #NaoBinarie). Resulta central visibilizar estos mensajes debido a que cada vez más observamos los avances de los grupos antiderechos. Nos apoyamos en lo que afirma Ari Ezra Waldman: “La moderación de contenidos desempeña un papel cada vez más importante en la creación y difusión de expresión, pensamiento y conocimiento” (traducción de la autora). Sin embargo, en el ecosistema de las redes sociales, la expresión sexual y la expresión sexual LGBTQ+ se encuentra en gran medida restringida y prohibida.

El humor es una de las claves para representar las principales cuestiones de las luchas LGBTQ+ en América Latina, tanto cuando los y las tiktokers ponen en escena cuestiones personales como políticas. Si bien el informe explícita que no tiene la intención de ser global ni exhaustivo, tiene en cuenta producciones de países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Guatemala, así como contenidos caracterizados por la etiqueta #latinx para pintar un panorama del cómo se construyen estos discursos de lucha.

TikTok es una fábrica de memes, esto es, pueden ser inofensivos y tontos, pero también pueden ser destructivos o extremadamente serios, y ser todas estas cosas al mismo tiempo.

Para resumir algunos de los hallazgos o puntos en común encontrados entre la diversidad de la comunidad de #nobinaries en TikTok, la información se organizó en seis categorías de análisis que resumen los videos con mayores cantidad de vistas, favoritos y compartidos durante el último trimestre de 2020. Aquí les compartimos tres características notables de dichas categorías.

Preguntas frecuentes e inapropiadas

En Abya Yala no es raro observar durante las campañas políticas que a una candidata se le realicen preguntas discriminatorias y comentarios personales, como referirse al cuidado de sus hijos e hijas o a su cuidado personal. Si bien las periodistas feministas han educado bastante sobre el sexismo en medios de comunicación tradicionales, así como en las redes sociales, siguen flotando en el aire estos cuestionamientos personales que nada tienen que ver con el desarrollo de una carrera política o profesional y, más importante, no suelen hacerse cuando se entrevista a los varones cis.

Las personas que se identifican con el hashtag #nobinario suelen experimentar algo similar. La retórica y la intencionalidad de las preguntas hacia elles suele ser muy agresiva. El uso del humor y la ironía muestra cómo afrontan o tratan de evitar los interrogatorios incómodos.

Uno de los vídeos que más representa el fenómeno se resumía en una persona bailando con un subtítulo que decía algo así como “Las preguntas que siempre me hacen: ¿Eres hombre o mujer? – Soy un coche rojo”.

Uso del lenguaje inclusivo

Vivimos en la región un cuestionamiento directo a las estructuras patriarcales, dentro de las cuales también está el lenguaje y sus usos. En muchos países sigue en proceso un gran debate sobre el uso del morfema “e” y todas las controversias que este uso intencionado del lenguaje genera hoy en muchos espacios públicos (escuelas, universidades), en los medios de comunicación y en muchos otros espacios donde la gente todavía se resiste a nuevas formas de nombrar las diferentes identidades.

 

Este fenómeno de cuestionar el lenguaje que usamos, que por cierto define nuestro ámbito, tiene una larga historia en los ámbitos feministas, especialmente en la comunidad de la diversidad sexual, ya que no es simplemente una ocurrencia gramatical, sino que se desarrolló junto con el crecimiento de la visibilidad política de esas identidades. Las peticiones de respeto sobre el pronombre elegido van de la mano del respeto por la identidad y la autopercepción de cada persona.

Durante la investigación para este trabajo, se conoció una discusión en una universidad pública de México, que saltó primero en las redes sociales y luego trascendió a los medios nacionales e internacionales. El conflicto, registrado en una sala de Zoom durante una clase, se enfocaba en la negación de una persona a aceptar la petición de otra para referirse por su género elegido, se hizo viral. La comunidad tiktokera analizada aprovechó la situación para orientar los contenidos sobre la demanda de respetar a las personas y aceptar su identidad autopercibida, así como la preferencia de utilizar el morfema “e”. En la secuencia de vídeos analizada es notable el reclamo del derecho a elegir la forma en que queremos ser nombrades, esta reivindicación expresada por los usuarios y las usuarias de TikTok se relaciona a su vez con el derecho fundamental a la libertad de expresión.

Eludir la censura con creatividad

Algunos informes sobre las directrices de moderación plantean dudas sobre el compromiso de TikTok con las poblaciones de todo el mundo. Aunque no se puede afirmar que la censura sea categórica para comunidades de América Latina, el informe se ha interesado en mapear los casos en los que TikTok comete “errores” y deja afuera a algunos contenidos por su esencia controvertida.

Así mismo es gratificante la constatación de pequeños hackeos al sistema: la comunidad modifica las palabras consideradas susceptibles de ser censuradas cambiando las vocales por números. Por ejemplo, “ab0rt0” (aborto) en lugar de aborto, “pl4c3r” (placer) en lugar de placer, “m4sturb4ci0n” (masturbación) en lugar de masturbación. Como afirma Ari Ezra Waldman “la cultura queer y el lenguaje queer se borra o se sustituye por emojis o símbolos, porque el uso de ciertas expresiones sexuales porque el uso de ciertas palabras con tinte sexual desencadena la moderación algorítmica”.

Ejemplos anteriores sumados a las denuncias de tiktokers que han visto su contenido desaparecer o sus cuentas canceladas sin explicación previa da a entender que los derechos a la libre expresión, a difundir información y a ser reconocidas como personas diversas sin recibir comentarios agresivos no están garantizados por esta plataforma, a pesar de que están contemplados por la legislación sobre derechos humanos universales.

En cada uno de los vídeos seleccionados para el análisis se libra una batalla cultural, la de los individuos que no se identifican con un género o una identidad asignada al nacer. En la lucha por hacer inteligibles sus cuerpos en un contexto en el que la “normalidad” establece dos estándares, masculino/hombre vs. femenino/mujer, proponen un concepto de género que desafía la naturalización del cissexismo, defendiendo sus derechos humanos fundamentales.

A medida que aumenta la tiranía y la agresión digital en nuestros territorios, es esencial comprender cómo se estructuran e influyen las plataformas que utilizamos, con el fin de construir un espacio donde las comunidades LGBTQ+, y en particular las comunidades no identificadas como binarias, fortalezcan su expresión. Sabiendo que el espacio natural de la identidad es un campo de batalla, según Marlene Wayar, y que la lucha continúa.

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