El ‘Miedo’ es una necesidad

El ‘Miedo’ es una necesidad

El libro de la periodista Patricia Simón es un repaso reflexivo por los engranajes sociales, políticos y económicos que generan sociedades atenazadas y replegadas, pero también es un alegato en favor de la alegría y de la amabilidad.

13/04/2022

Portada de ‘Miedo’.

Tenéis que leer este libro. Aunque parezca simplista, poco analítica y tal vez nada atractiva, esta es la principal conclusión y el mayor ímpetu que me ha despertado Miedo (Debate, 2022), el libro que ha publicado hace unas semanas la periodista Patricia Simón. El subtítulo dice que es un viaje, pero es más que eso. Es una enciclopedia bien escrita e hilada, con una narrativa que te lleva, sin darte cuenta, por una innumerable telaraña de temas y tramas que analizan de manera sutil, pero con puñetazos, el mundo en el que vivimos. La obra es un engranaje de conceptos, de ideas, de reflexiones y de hechos que recuerdan que nada es aislado, que todo tiene su contexto e incluso su porqué, pero que la rapidez en la que estamos sumergidas no nos deja respirar para asimilarlo. El ensayo es un repaso reflexivo por los vericuetos sociales, políticos y económicos que generan sociedades atenazadas y replegadas, pero también es un alegato en favor de la alegría y de la amabilidad.

Y es una implacable arenga en defensa de los matices y del periodismo. Un ejemplo de amor por una profesión lamentablemente denigrada por la opinión pública (a veces con razón, incluso la autora critica determinadas prácticas como las “verdades categóricas”), pero fundamental para una sociedad democrática justa y excelentemente defendida por Patricia Simón, no solo en su ensayístico libro, sino en su quehacer profesional diario.

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Tenéis que leer este libro porque es una virtuosa fuente de referencias de autores y autoras, libros, datos, hechos. Es un elogio al saber compartido y a la defensa del conocimiento. Es una defensa de las preguntas y una prédica contra los silencios, porque todo el mundo debería a tener derecho a contar su historia, defiende la periodista. Porque las palabras reparan y este libro es una sanación. Aún no he podido preguntar a Patricia Simón qué ha supuesto para ella (su cobertura de la invasión de Ucrania ha interrumpido las entrevistas previstas para “promocionar este libro”, si es que le hace falta promoción alguna más allá de ordenar su lectura) escribir este diccionario. Encadenando lo que va soltando de su vida entre líneas (como la lección que aprendió de su abuela: la defensa y la búsqueda de la alegría) se entrevé que para ella es un ejercicio de honestidad y de reflexión. Una interpretación de sus 20 años de experiencia como periodista que se salda con el análisis de cuatro miedos que nos atenazan: el miedo a los otros, a la pobreza, a la soledad y a la muerte.

Miedo va sobre la infraestructura del miedo, esa que “sustenta políticamente los regímenes autoritarios” y que también es “una herramienta fundacional y estructural de las democracias liberales”. Como escribe Bob Pop en el prólogo, “el miedo ya tiene dueños” y esta obra trata de mostrarlos. Y para ello, la autora tira de reporterismo y reflexión. Porque si algo es Patricia Simón es, sobre todo, reportera. Sin más adjetivos, como si hicieran falta para definir este oficio. En Miedo enlaza gran parte de su trabajo, que le ha llevado a infinidad de territorios y contextos, y concluye, entre otras cosas, que “urge estuchar a quienes mantienen ideas contrarias a las nuestras”, que “tenemos que seguir colándonos donde no nos dejan entrar” y que, tristemente, “cada vez es más fácil que nos rindamos antes ante el ingente esfuerzo que requiere seguir engarzado al entendimiento del mundo que nos rodea”. Esta obra es exactamente lo contrario: una pausa escrita para tratar de entender y desenredar. Es una llamada de cordura en medio de un mundo en explosión constante.

“Ser periodista es mi forma de luchar contra la impotencia, narrar me regala el espejismo de sentir que puedo hacer algo con todo lo que nos pasa, aunque sea clasificar en cajas todo lo que no debería pasar. Un catálogo para quemar”, escribe. O para subrayar. Este libro ordena, pero también descoloca y abre interrogantes.

A través de destripar los miedos, Simón también dibuja alegrías, por ejemplo las de las conversaciones —“uno de los actos más valiosos”—, las de amar a alguien, las de los afectos. “Esta defensa de la fraternidad global no puede plantearse solo como deber ni obligación, sino también como un rasgo de virtud, una fuente para el goce y, fundamentalmente, una herramienta para facilitar la convivencia”, anota.

Patricia Simón habla también de amabilidad, de bienes comunes, de ecofeminismo, de curiosidad, de ingenuidad, de bondad, de lealtad, de vida y de muerte. Y todo ello sale de cribar los miedos, de quitarles la paja y dejarlos desnudos, sin los artificios que los elevan.

Finaliza la reportera que hacer Miedo le ha brindado “el mayor goce” debido al ejercicio de la reflexión y la escritura. Pues la lectura me ha supuesto otro goce. Tenéis que leer este libro.

 


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