Mujeres del Mundo ‘Babel’: activismo desde el corazón

Mujeres del Mundo ‘Babel’: activismo desde el corazón

Esta asociación feminista intercultural de Bilbao celebra su 20 aniversario de militancia basada en la acogida y el apoyo mutuo.

16/10/2019
Activistas de Munduko Emakumeak en la fiesta de fin de curso de 2016, en el jardín de la asociación./ Ecuador Etxea

Activistas de Munduko Emakumeak en la fiesta de fin de curso de 2016, en el jardín de la asociación./ Ecuador Etxea

Mi plan era entrevistar a tres o cuatro integrantes de Munduko Emakumeak – Mujeres del Mundo “Babel” y quedarme como observadora en su asamblea de los lunes, pero me dicen que quieren que las conozca a todas porque ellas son “muy de discurso colectivo”. Dale pues. Poco a poco la sala se llena con una treintena de mujeres, una niña y un perro llamado Rocky que, como buen macho, se hará notar. Como cada lunes, se presentan diciendo nombre y lugar de origen. Filipinas. Colombia. Burgos. Bolivia. Marruecos. Bilbao. Venezuela. Ecuador. Zamora. Brasil. Barakaldo. Nicaragua. México. Etiopía. Hoy las presentaciones son más largas porque mi entrevista, para que sea viable, consiste en que cada una cuente qué le aporta Mujeres del Mundo y qué aporta Mujeres del Mundo a Bilbao.

Las palabras clave se repiten: acogida, solidaridad, sororidad, calor, una familia (esto es especialmente importante para las que tienen la familia biológica a miles de kilómetros de distancia, recuerda Norma),  amistad, convivencia, amor, abrigo, comprensión, confianza, gente querida, “sentirme escuchada y aprender a escuchar”, crecimiento,  aprendizajes,  “conciencia sobre mis derechos”, empoderamiento colectivo, muy buena energía, muchos abrazos, “un espacio seguro donde no me siento juzgada”, puertas abiertas, creatividad, compañeras con las que ir haciendo camino, comidas diversas y muchas fiestas. “Y cabreos”, apostilla Rocío con vena teatrera. Risas.

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La calidez se respira, se huele y se saborea. El círculo de mujeres abarca todo el perímetro de la sala, cuyas paredes están engalanadas con una exposición fotográfica donde ellas son las protagonistas. Una posa desnuda envuelta en un tul rojo y otra luce el vestido tradicional de su tierra. Una saca la lengua con descaro y otra se expresa combativa con un pañuelo cubriéndole la cara. Una fotografía a la fotógrafa. En las mesas del centro nunca falta la fruta, el vino, los snacks y los dulces en abundancia.

Activismo desde la sencillez y el corazón

Participantes en una acción impulsada por Munduko Emakumeak el 8M de 2018 en el Puente Colgante de Portugalete para visibilizar a las trabajadoras del hogar y de cuidados que no pudieron sumarse a la huelga./ Ecuador Etxea

Participantes en una acción impulsada por Munduko Emakumeak el 8M de 2018 en el Puente Colgante de Portugalete para visibilizar a las trabajadoras del hogar y de cuidados que no pudieron sumarse a la huelga./ Ecuador Etxea

¿Y qué aporta Munduko Emakumeak a la comunidad y al asociacionismo de Bilbao? Brazos, abrazos, ideas, trabajo, presencia y mucha energía, enumeran. Aporta una perspectiva política y vital que, sin ellas, estaría ausente en las luchas sociales. Aporta interculturalidad y antirracismo al feminismo; feminismo a las plataformas de inmigrantes y por los derechos sociales. Aporta un grito colectivo: “Estamos aquí, la sociedad vasca es diversa. Yo quiero a Bilbao, defiendo el euskera y soy bilbaína aunque me tiren piedras”, expresa Norma.

Este colectivo encarna un modelo de militancia muy distinto a la ortodoxia que prima en las organizaciones vascas. “Nunca había conocido una asamblea tan abierta, democrática, libre, con liderazgo compartido… Es algo que he ido buscando en muchos espacios de militancia”, destaca Izaskun. “Éste es el espacio de militancia más amoroso, relajado y buenaondesco en el que he estado”, refuerza Emilia. Para Elsa ha sido su primera experiencia de activismo: “Yo nunca había ido a manifestaciones en mi país. Somos las primeras que salimos a la calle ante la violencia. Eso es mucho”.

Maribi, una de las fundadoras, recuerda que es un colectivo de cero exigencia, en el que cada una hace lo que quiere y lo que puede, donde los desacuerdos se consideran parte de la vida y no hay dramas ni reproches cuando alguna compañera no está a gusto o se descuelga. “Un activismo desde la sencillez y el corazón”, define Maite, quien también subraya “la iniciativa económica de resistencia” que promueve la asociación. Los talleres que organizan en el local, baratos para las alumnas gracias a la financiación institucional, son una fuente de ingresos tanto para mujeres migradas con dificultades de inserción laboral como para compañeras autóctonas que intentan convertir en empleo su vocación. Este curso han ofrecido escritura creativa, neuroemoción, Chi Kung y un método de conciencia corporal. Otras integrantes venden comida o artesanías en los eventos interculturales a los que se invita a la asociación.

Los orígenes

El germen de esta asociación se encuentra en Afro-Vasca, una entidad fundada en 1993 en la que varias de sus integrantes sintieron la necesidad de fundar un Departamento de Promoción de la Mujer, no sin recelos y resistencias por parte de sus compañeros varones. Reunirse entre mujeres en el local de la Asamblea de Mujeres de Bizkaia fue una experiencia de empoderamiento colectivo, de toma de conciencia feminista y antirracista, y de puesta en valor de sus saberes. Violencia machista y racismo institucional fueron dos de los ejes que incluyeron entonces en su agenda y que siguen siendo prioridades para Munduko Emakumeak.

En 1995 empezaron a editar la revista Mujeres del Mundo, cuya edición nunca han interrumpido y que ahora cuenta con una tirada de mil ejemplares. En el número de junio de 2019 hablan, entre otros temas, de la mercantilización del Orgullo, de justicia feminista, de la lucha de las trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio o del derecho a la pensión de viudedad. La comunicación siempre ha sido un pilar importante; ya en sus inicios participaban en programas de radio comunitarios, daban ruedas de prensa o asistían a encuentros antirracistas con periodistas, además de organizar charlas y manifestaciones.

En ese periodo también desarrollaron la cultura organizativa que caracteriza a la actual asociación, basada en el respeto por las ideas de todas las mujeres como principio para promover su empoderamiento. Llegaron a la conclusión de que “no se podía rechazar ninguna de las propuestas que se planteaban. Todas valían. ¿Cómo despreciar una semilla si aún no se ha sembrado?”, cuentan en Nuestra Travesía. Mujeres del Mundo, el libro que editaron por el décimo aniversario de Mujeres del Mundo “Babel”. Quien quisiera desarrollar un proyecto debía dotarse de un equipo de trabajo y comprobar su viabilidad, en cuyo caso lo presentaba al resto de compañeras. Si no prosperaba, en ningún caso se consideraba un fracaso.

Una de las fundadoras de esta sección de Afro-Vasca, Trini Mesari, defendió incansable la necesidad de un cuarto propio, “un local céntrico donde las mujeres pudiéramos desarrollar todo lo que llevábamos en nuestra mochila”. Así fue como las activistas tiraron del carro y, con apoyo de integrantes de la Asamblea de Mujeres de Bizkaia, en 1998 inauguraron el Centro Cultural Africano en la calle Bailén del barrio San Francisco, que empezaron a frecuentar también mujeres latinoamericanas. En esos años señalaron a uno de los líderes de Afro-Vasca por lucrarse con las subvenciones que recibía la entidad y fueron ellas las expulsadas de la organización.

De esa ruptura nació, en noviembre de 1999, Munduko Emakumeak-Mujeres del Mundo “Babel”. Empezaron reuniéndose en el Centro Cívico de San Francisco, un barrio especialmente afectado por la exclusión social y los abusos policiales racistas. Definieron sus principales objetivos: la acogida y el asesoramiento a las mujeres recién llegadas a Bilbao y la creación de un espacio de convivencia intercultural donde compartir “el potencial de creatividad, de formación y de ilusión del que cada una era portadora”. Así, su participación en fiestas y jornadas de sensibilización interculturales aportó a Bilbao nuevos ritmos, saberes y sabores —recuerdan que muchas vascas y vascos probaron con ellas el mango, la salsa de cacahuete, el cuscús, el guacamole o las arepas—.

El siguiente paso, de nuevo animadas por la determinación de Trini Mesari, fue hacerse con un local en la calle Fika, cedido por Misiones Diocesanas, que inauguraron en 2002.

Lo urgente primero

Cuenta Emilia que acaba de volver de una visita a su país y se siente removida, “como sobreviviente de guerra”. Avisa que va a estar un tiempo de perfil bajo, pero enseguida lanza una propuesta: crear un grupo de apoyo para sanar el duelo migratorio. Varias secundan su idea, mencionan a una compañera psicóloga migrada que puede dinamizar esos encuentros y ponen fecha para la primera reunión. Afaf cuenta que las dos compañeras con las que ha venido hoy a la asamblea están recién llegadas a Bizkaia y necesitan empadronamiento solidario para poder acceder a derechos básicos como la sanidad o las ayudas de emergencia social. Todas se comprometen a hacer correr la voz.

Con la fundación de Mujeres del Mundo “Babel” se consolidó otro rasgo característico de su cultura organizativa: las asambleas se basan en pequeños órdenes del día sobre cuestiones de funcionamiento, pero la prioridad es que las participantes compartan sus sentimientos, realidades y necesidades. “Las urgencias siempre tenían prioridad, sin límite de tiempo. Hoy seguimos intentando que sea así”, destacaban en el libro del décimo aniversario.

Entonces pasan a lo operativo: este lunes toca organizar la fiesta de fin de curso. Afaf muestra el cartel que ha diseñado de forma autodidacta y las demás proponen correcciones y mejoras. Repasan las actividades que protagonizarán algunas de ellas: danza oriental, folklore nicaragüense, teatro, poesía y performance. Será una de esas “fiestas de traje” que han popularizado en Bilbao: “yo traje gazpacho”, “yo traje tortilla”, “yo traje bizcocho”. En el lema de este año, como en todo su activismo, se funden la reivindicación política y el corazón: “Mares que abrazan pueblos”.

Esta crónica es uno de los contenidos que encontrarás en el séptimo número de Pikara en papel. Hazte con tu ejemplar en nuestra tienda online.

Especial #PikaraLab
Este post se enmarca en ‘Feminismo desde mi piel’, una colaboración con Mujeres con Voz y Calala Fondo de Mujeres. Financiado por el Gobierno Vasco

 

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