Manuel Cruz

Ilustración de Mikel Arranz para el análisis ‘El virus del estigma’, de La Santa Marica

Partiendo del contexto heteropatriarcal que nos asola, cada sujeto queda etiquetado de una forma u otra, generando así una escala de privilegios sociales con los que algunas tenemos que lidiar más jodidas o menos jodidas. 

Cuando hablo del hombre cisheterosexual, hablo del hombre hegemónico, la representación política del privilegio y el premio, del aplauso a costa del vencimiento de otras, de las manadas que asolan con políticas, puños y pollas violadoras nuestras calles.

Nosotras, indefensas y sesgadas de violencia legitimizada, quedamos renegadas a un segundo plano, al saco de las sujetas apaleadas, al saco de las que mueren apuñaladas, golpeadas y suicidadas, porque sí, el suicidio también es un homicidio de un sujeto a una sujeta; y sí, digo “sujeta” porque “sujeto” me da asco.

En estos intentos de socializar, nos vemos presionadas desde la infancia a interactuar con el privilegio, con esos hombres que nos acosan en los institutos, que perpetúan las dinámicas opresoras y que nos enseñan “callar” como herramienta política frente a la violación de nuestros más que sesgados derechos.

Nos empoderamos, las que para entonces seguimos vivas y por las que ya no tienen la oportunidad de empoderarse. Y pensamos que podemos cambiar el mundo, que podemos ejercer una simpática pedagogía con el enemigo. Nos movemos por espacios mixtos en los que venís a oírnos, a veces a escucharnos, pero sobre todo, a haceros la foto. La foto del aliado, del hombre hetero que salió del patriarcado para abolir el género y sus secuelas. Pero nuestra realidad discierne mucho de vuestra realidad, porque no queremos fotos sin que renunciéis a vuestros privilegios de mierda y no os dais cuenta. Queréis la foto bajo la ley del mínimo esfuerzo, desde la falta de gestión emocional que hace que, tarde o temprano, os rompáis en nuestras caras y nos cortéis con vuestras fragilidades. 

No hacéis lo que nos habéis OBLIGADO a hacer a otras para SOBREVIVIR. 

Y eso es lo que os jode. Que no queremos espacios mixtos, porque espacio mixto significa espacio machirulo por muy aliados que digáis ser. Porque nos seguís matando por las jodidas calles, seguís copando los espacios con vuestra transmisoginia de mierda y estamos cansadas, estamos jodidamente cansadas. 

Ya no queremos ser vuestras amigas, queremos amistades POLITIZADAS, no quiero hacer pedagogía con el pavo que luego va a mirarme mal por enfrentar sus roles de mierda. 

Asumidlo, nuestro cambio social es NUESTRO, y si queréis aliaros, primero, tragad la mierda que tenéis en la boca.