El patriarcado vigente

El patriarcado vigente

¿Cómo se explica que abortando en España más de cien mil mujeres al año, una manifestación nacional reclamando el aborto libre y gratuito no consiguiera reunir en Madrid más de mil personas y, a otra en contra de la ley de plazos que se propone acudieran más de veinte mil?

15/05/2019

Elena Bengoechea

Ilustración de Emma Gascó

Haciendo un balance de la inversión hecha por

suscribete al periodismo feminista

el Feminismo organizado en doscientos años

de lucha por conquistar los derechos civiles,

sociales y políticos de las mujeres, el resultado

al día de hoy es francamente ruinoso y

desolador.

Hace 200 años, la mayoría de las mujeres

trabajaban a cambio de su manutención,

pariendo y cuidando de hi@s, maridos, hogar y

familia.

Ahora, también.

Hace 200 años, las mujeres que trabajaban

además en el campo o en las fábricas, recibían

un jornal mucho menor que cualquier hombre.

Ahora, también.

Hace 200 años, las mujeres abortaban ilegal y

clandestinamente.

Ahora, también.

Hace 200 años, los hombres mataban a las

mujeres que les desobedecían o les ofendían en

su “honor” o “masculinidad”

Ahora, también.

Hace 200 años la prostitución sexual existía y

se toleraba y a las mujeres que vivían de ella se

las despreciaba, maltrataba y asesinaba.

Ahora, también.

Hace 200 años las mujeres no tenían derechos

civiles ni autonomía personal.

Ahora se reconocen por ley, pero en la práctica se

les niega en la mayor parte del mundo.

Hace 200 años las mujeres no podían participar

en la política.

Ahora solo lo pueden hace dentro de los

Partidos Políticos de los hombres, con su

aprobación y si siguen sus consignas.

Miles de años gobernando solo los hombres, y ahora, una Ley de paridad impide que las mujeres presenten candidaturas solo de mujeres

Hace 200 años las jóvenes soñaban con el

príncipe azul.

Ahora, con ser modelos,

cantantes o simplemente “bellas” para

conseguir a un príncipe azul.

Pero la juventud pasa, y, como hace 200 años,

la mayoría acaba cayendo en brazos de algún

maltratador (si no asesino) explotador, siendo

la madre de sus hi@s y la cuidadora de toda la

familia, sin ganar nada con ello y, en muchos

casos, con un trabajo asalariado mal pagado

que añadir a sus múltiples tareas impuestas. Es

decir, trabajando doble jornada por la mitad de

lo que gana un hombre en una sola tarea y

jornada.

Con este panorama y perspectiva… ¿qué

hacer?

Si el Patriarcado sigue vigente en la sociedad

más avanzada ¿por qué se entiende (y se

comprueba) que de forma individual, una

mujer solo puede ser libre abandonando al

hombre que la humilla, la maltrata y la explota

y, en cambio, a nivel colectivo, seguimos

creyendo que el “padre social”, el poder

patriarcal, va a darnos “graciosamente” la

parte que nos pertenece y va a abandonar

voluntariamente a nuestro favor, el espacio de

más que ahora ocupa?

¿Acaso la clase trabajadora ha conseguido

construir el socialismo siendo colaboracionista

del capitalismo? ¿Es que las mujeres

padecemos, como ellos del síndrome de

Estocolmo? ¿Cómo se explica -por

ejemplo- que abortando en España más de cien

mil mujeres al año, una manifestación nacional

reclamando el aborto “libre y gratuito” no

consiguiera reunir en Madrid más de mil personas y, a

otra en contra de la ley de plazos que se

propone acudieran más de veinte mil? ¿Dónde

están y que piensan hacer esas cien mil jóvenes

que abortan al año? ¿Seguirán dejándose

preñar en el botellón o por quienes les

prometen fama, trabajo de modelos o una vida

feliz y desahogada como madre y esposa?

¿Qué tiene que pasarles para que se rebelen?

No es extraño que las mujeres que con su lucha

consiguieron esta engañosa semi libertad e igualdad

que la juventud disfruta ahora, se sientan

decepcionadas y traicionadas. Ese feminismo

colaboracionista con el patriarcado en que se

ha convertido el Movimiento Feminista que

surgió en los años setenta del pasado siglo, ha

dejado huérfanas a las pocas luchadoras

revolucionarias que quedan en el feminismo

político organizado.

Si las nuevas generaciones no reaccionan y

toman la antorcha de la revolución feminista y

luchan contra el patriarcado social, cultural y

político -visible e invisible, pero activo y vigente-

no será posible parar la vertiginosa destrucción

del mundo a que nos conducen los hombres

con su desmedida ambición.

En tu decisión está el futuro.

El mundo será

feminista, o no será

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