De Granada a La Laguna, las estudiantes protestan contra el #AcosoEnLaUni
Si en la anterior actualización os acercábamos el caso de la Universidad de Granada, con un protocolo modelo pero que seguía sin evitar el acoso, ahora analizamos de cerca la situación de la Universidad de La Laguna, donde la denuncia por acoso de una alumna a un profesor al que se le piden seis meses de prisión hace tambalear los cimientos de uno de los primeros protocolos del país contra el acoso.
Lidia Rodríguez
El miedo que sufren las alumnas a la hora de denunciar es el principal problema en los casos de acoso sexual o sexista en el ámbito universitario. Las posibles represalias a las que se pueden enfrentar las víctimas una vez inician el proceso de denuncia en una Unidad de Igualdad suelen ser razones por la que muchas chicas acosadas por profesores deciden no contar lo que les ha ocurrido.
La denuncia de una alumna por un caso de acoso en la Universidad de La Laguna (ULL) ante el juzgado de Instrucción número 1 de San Cristóbal de La Laguna ha provocado un cisma dentro de la propia universidad. Se trata de uno de los primeros casos de acoso machista dentro del ámbito universitario canario que ha sido llevado a la justicia, y por el que le piden al profesor una pena de seis meses de prisión por un delito de acoso. Ahora, el Ministerio Fiscal solicita la apertura de juicio oral.
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El profesor, que imparte clase en la Facultad de Ciencias Políticas, Sociales y de la Comunicación mandaba a la alumna correos electrónicos en los que la invitaba “a conciertos, exposiciones de museos, quedadas en el parque, e incluso un viaje a Madrid”, según el escrito provisional de acusación. También recoge que le llegó a enviar un total de 80 correos electrónicos de carácter personal entre el 19 de abril y 16 de junio, es decir, una media de ocho e-mails diarios y algunos remitidos en horario de madrugada. Todos a través de su cuenta de correo institucional.
El rector de la ULL, Antonio Martinón Cejas, ha mostrado su intención de personarse como acusación particular en la causa. Tras esta primera denuncia, se ha hecho público que La Universidad de La Laguna está investigando otro posible caso de acoso de otro profesor hacia otra alumna. Según explican desde el gabinete del rector, este caso se encuentra en fase de instrucción y está pendiente de que se elaboren las conclusiones. Señalan que el protocolo se activa en todos los casos de acoso que se detectan, ya que existe una “intención clara de perseguir a los acosadores”.
Después del 8M
Este segundo caso de acoso sexista trascendió a los medios canarios cuando el 8 de marzo se realizaron manifestaciones en los entornos próximos a la universidad. Durante esa jornada, un grupo de alumnas realizó piquetes informativos por todas las facultades, uno de ellos se produjo delante de la clase de uno de los profesores que ahora está siendo investigado. Tras viralizarse un video sobre el piquete informativo, la ULL mandó un comunicado recordando la existencia del protocolo y la necesidad de que las personas acosadas denunciaran. Este contexto empujó a la alumna a denunciar dentro de la institución.
ESTÁ OCURRIENDO. El 8M está dando fuerzas para denunciar públicamente y sin miedo lo q hasta ahora se silenciaba. Esto ha ocurrido en la Universidad de La Laguna (Tenerife). Son muchas las q acusan a este profesor de acosarlas y molestarlas pero hasta ahora nadie había hecho nada pic.twitter.com/bHinxJ3XKo
— Clara (@Clara_J_G) 9 de marzo de 2018
Tras el ambiente propiciado durante el 8 de marzo, la Asamblea por el Movimiento Estudiantil Canario (AMEC) logró que se convocará un claustro para realizar un monográfico contra el acoso sexual y sexista dentro de la ULL. Para conseguirlo tuvieron que recoger firmas entre la comunidad universitaria, ya que uno de los principales grupos claustrales se negaba a realizarlo. Durante el acto, el colectivo estudiantil realizó duras críticas contra el actual gobierno y contra el rector. Dirigiéndose en varias ocasiones al máximo responsable universitario, Holi Díaz, portavoz de AMEC, manifestó que dentro de la Universidad existe un “sistema de castas” que provoca que las estudiantes no denuncien a causa del miedo.
Díaz denunció que algunas víctimas de acoso fueron convocadas a una reunión con el rector para hablar de sus casos: “Hay denunciantes que se sintieron intimidadas cuando el rector quiso reunirse con ellas de forma extraoficial contraviniendo el protocolo”, añadía durante su intervención en el claustro.
La Universidad de La Laguna señala que tienen detectados 11 casos de acoso sexual o sexista dentro de la institución*, tres casos de profesores a alumnas, el resto afecta a personal administrativo o al profesorado. Dos han trascendido en medios locales. Desde la institución admiten que no tienen contabilizados los casos previos a la creación del protocolo, aquellos anteriores al curso 2014-2015.
El miedo
“La violencia sexual es un delito y es un tipo de violencia de género. El acoso sexista es un tipo de acoso laboral que tiene un componente de género. El miedo fundamental en la universidad es a que te perjudique en tu carrera académica, el hecho de denunciar a una persona que está por encima de ti produce miedo. La universidad es una institución que tiene unas pautas de la Edad Media. Si se dan casos en otros organismos, en la universidad, también. Además, en la universidad existen reglamentos, como el de los estudiantes, que viene de la etapa franquista. Y existen diferencias de jerarquía que perduran y, sobre todo, hay normas prácticas no escritas que tienen que ver con la tolerancia al acoso”, explica Sara García Cuesta, exdirectora de la Unidad de Igualdad y profesora de Sociología especializada en temas de género en la ULL.
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El reglamento sancionador del alumnado que señala García Cuesta data de 1954. En el decreto se contemplan, entre las faltas graves, aspectos como “la injuria, ofensa o insubordinación contra las autoridades académicas y profesores” o “palabras o hechos indecorosos o cualquier acto que perturbe notablemente el orden que debe existir en los establecimientos de enseñanza”.
Pikara Magazine ha intentado ponerse en contacto con las actuales responsables de la Unidad de Igualdad de La Universidad de La Laguna para la realización de este reportaje, sin embargo no se ha obtenido respuesta.
Un protocolo ‘revisable’
‘El protocolo para la Detección, Prevención y Actuación en los supuestos de acoso sexual y de acoso sexista de la Universidad de La Laguna’ estable que, una vez realizada una denuncia de acoso en cualquier órgano de la Universidad se inicia una fase de peritaje con conclusiones no superiores a los 20 días desde que se inicia el trámite. Posteriormente, en el proceso de instrucción se evalúa el caso y se determina la sanción para el acosador. El proceso se puede alargar un máximo de cinco meses. Entre los ‘peros’ está que los miembros encargados de realizar el proceso de instrucción son profesores especializados en Derecho de la propia Universidad, de tal manera que podría darse el caso de que un profesor acusado de acoso fuera investigado por un compañero.
Desde la Universidad de La Laguna se mantiene que no se puede apartar a un profesor por presunto acoso ni impedirle dar clase sin que se solicite en la fase de instrucción o peritaje, pues se amparan en la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público. Sin embargo, uno de los aspectos que recoge la Ley son las faltas graves o muy graves. En el artículo 95 de la ley se contempla como faltas muy graves el “acoso laboral” o el “acoso moral, sexual y por razón de sexo”. Además, contempla la posibilidad de establecer medidas cautelares y una suspensión provisional durante seis meses.
El pasado mes de mayo, el rectorado mostró su intención de revisar el protocolo para hacerlo más efectivo y realizar las mejoras que “fueran necesarias” Sara García Cuesta señala que, aunque el protocolo de la ULL fue uno de los primeros en desarrollarse y ha sido un modelo copiado por otras universidades españolas es “susceptible de mejora”.
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Estas mejoras ya habían sido señaladas por la propia Unidad de Igualdad en 2016, tras realizar un diagnóstico sobre el cumplimiento de objetivos de la primera etapa del Plan de Igualdad (2014-2017). En el mismo se resalta la necesidad de mejorar en la prevención y formación de la comunidad universitaria y se destacan “las dificultades” para comprobar “una parte importante de las medidas no cumplidas”.
‘No es un caso aislado’
Un ejemplo de que los casos de acoso no son casos aislados, es el de Lucía, nombre ficticio. Lucía estudiaba Filología en la década de los 80 y era la alumna con mejores calificaciones de su promoción. Durante su tesis doctoral sufrió acoso del profesor responsable de tutorizarle. Acabó abandonando el proyecto a causa del acoso constante. Cuando comunicó al profesor su idea, él la chantajeo con retirarle una beca de postgrado que el Ministerio le había otorgado. Lucía recuerda que las insinuaciones eran constantes en las tutorías y que los rumores sobre ella se empezaron a extender por la universidad. Tomó la decisión de presentarse a una plaza, como profesora, para la que cumplía todos los requisitos, pero le negaron la plaza en favor de otro compañero. El sentimiento de culpabilidad, el miedo y la hostilidad por parte de otros profesores fue tan duro que, poco a poco, se vio arrastrada a abandonar la tesis, renunciar a la beca e irse a otra isla.
Holi Díaz advierte que el protocolo contra el acoso sexual y sexista no se activa en todos los casos que se detectan: “La ULL solo está contabilizando los casos de acoso de profesores hacia alumnas que han salido en los medios de comunicación. Los procesos se alargan para dejarlos morir y así proteger a los profesores acosadores”. La portavoz de AMEC explica que tienen constancia de casos de acoso sexista que se abrieron en 2012 y que todavía no se han cerrado del todo.
* Estos datos se han recogido al margen de la investigación #AcosoEnLaUni. Consulta aquí la base de datos.