La ciencia ficción feminista que anticipó nuestro presente

La ciencia ficción feminista que anticipó nuestro presente

El primer festival de ciencia ficción feminista, Ansible Fest, se celebró en Bilbao el 21 y 22 de septiembre con el principal objetivo de visibilizar y honorar a las mujeres artistas dentro de este género. Desde pioneras ci-fi y afrofuturismo hasta la objetivación del cuerpo femenino en el cine de ficción y la representación de la maternidad, el encuentro trajo a debatir una de las principales cuestiones, ¿dónde estaban aquellas mujeres que anticiparon el futuro?

15/10/2018
Laura Lazcano, una de las organizadoras del festival, cuelga la pancarta en la entrada de La Morada./ Ansiblefest

Laura Lazcano, una de las organizadoras del festival, cuelga la pancarta en la entrada de La Morada./ Ansible Fest

No es que hubiera una ausencia, lo que hubo fue olvido y silencio. Desde la ciencia a las artes, las mujeres han estado invisibles, siendo los hombres, como si hubieran utilizado gigantes excavadoras, los pioneros de todos los terrenos y movimientos de creación. Las mujeres se quedaron en el sub, en un subgénero, en migajas. Hubo olvido y silencio, pero claro que escribían y creaban. Y sí, también hubo mujeres que escribían ciencia ficción. Si pensamos en una autora, podemos considerar a Mary W. Shelley, la creadora de Frankestein y pionera de este género. Pero hubo muchas más. Las feministas de la primera ola ya reconocían la ciencia ficción como género literario y se cuestionaban, ¿qué pasaría si invirtiéramos los roles de género en la fantasía? En Herland (1915), Charlotte Anna Perkins describe una sociedad en la que solo existen mujeres que conviven en un mundo utópico sin la dominación masculina y ellas mismas se reproducen por partenogénesis. Plantearse una sociedad sin hombres en el siglo XX, puede sonar hasta ácido.

El Ansible Fest, el primer festival dedicado a la ciencia ficción feminista, queer y decolonial, se celebró en Bilbao el 21 y 22 de septiembre, con el objetivo de “visibilizar las aportaciones feministas al género y crear un espacio de encuentro físico”. El nombre del festival rinde homenaje a Ursula K. Le Guin, fallecida el 22 de enero del 2018. Le Guin, escritora de ciencia ficción, fantasía y poesía, luchó por volcar la mirada feminista en la literatura: “Cuando empecé a escribir, los hombres eran el centro de la ciencia ficción”, explicaba la escritora en Worlds of Ursula K. Le Guin, un documental sobre su vida filmado durante 10 años por Arwen Curry, y que formó parte de la programación del festival.

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Entre los diferentes eventos y espacios dedicados a libros de ficción y actividades infantiles, el Ansible Fest reunió a diferentes voces de mujeres, activistas y escritoras apasionadas por la ciencia ficción que debatieron sobre diversos temas en las mesas redondas con una amplia participación del público. En una pared en blanco los rostros ilustrados de Ursula K. Le Guin, Octavia E. Butler, Charlotte Penkins, Mary W. Shelley, Virginia Kido, Judith Merril y Doris M. Clare o Elsie Batter, permanecían también, vigilantes y presentes en el festival.

Precursoras distópicas y posthumanas

Mary W. Shelley no sólo fue pionera en la ciencia ficción con Frankenstein, sino que, con su obra El último hombre (1826), inventó el género postapocalíptico, un subgénero dentro de la ciencia ficción de escenarios distópicos y apocalípticos. El último hombre se considera una de las primeras novelas postapocalípticas en la literatura inglesa y en todo el mundo, en la que el narrador Lionel Verney cuenta la historia futurista de cómo sobrevivió a una plaga que terminó con la vida humana del planeta. Así lo contaba Lola Robles, escritora, activista y especialista en ciencia ficción.

Pero, ¿dónde estaban las escritoras ci-fi que escribían en castellano? “Siempre se acaban nombrando novelas anglosajonas. En Estados Unidos o Reino Unido, la evolución ha sido diferente. Por ejemplo, en España, ha habido una ci-fi de tradición europea que tenía una carga política muy fuerte, anarquista y feminista, pero se esfumó con la Guerra Civil”, expuso. No obstante, Robles incidió en que en Catalunya, la tradición por la ciencia ficción o el cómic se mantuvo viva. Para corroborar que sí existían, Robles, mientras terminaba sus estudios de filología, trabajó para la Biblioteca de Mujeres de Madrid, dedicándose a investigar sobre las mujeres en la ciencia ficción española y elaborando una bibliografía de ellas en castellano. “El problema fue que ese trabajo estaba sin hacer. Los autores en las antologías eran los hombres, por lo que solo existían antologías de hombres”, lamenta.

Haciendo un repaso por la historia de las pioneras de la ciencia ficción en castellano, Lola Robles nombra a algunas autoras como Blanca Martínez, Alicia Araujo, Elia Barceló, Angélica Gorodischer, Emilia Pardo Bazán o Teresa García Inglés. Estas dos últimas autoras aparecen dentro de dos volúmenes antológicos de escritoras españolas de ciencia ficción: ‘Distópicas’ y ‘Posthumanas’ (Libros de la ballena, 2018). Ambas antologías han sido coordinadas por Robles y Teresa López-Pellisa. Muchas autoras cifi, han estado vinculadas al movimiento feminista, como Pardo Barzán, Becky Chambers o Kameron Hurley. Por ejemplo, Teresa García Inglés, que aparece en el volumen ‘Distópicas’ con el relato El jardín de alabastro (1977), fue militante en la Liga Antipatriarcal de Mujeres Antiautoritarias y Radicales (LAMAR) y criticada por crear un comando de mujeres para practicar autodefensa feminista.

La nave invisible, rincón literario dedicado al terror, ficción y fantasía ,también se ha encargado de rendir homenaje a todas las escritoras a través de reseñas, artículos, investigaciones y diferentes iniciativas. “El proyecto surgió para visibilizar a las autoras y como divulgación para las lectoras y escritoras que no tenían acceso a escritoras cifi”, comentó Laura Huelin, tripulante de La nave.

Reproducción, ciencia ficción y feminismo

Partenogénesis. Ectogenesis. Úteros artificiales. Lola Robles aclaró que la perspectiva de género en las escritoras de ficción es algo innato a diferencia de los escritores hombres y que muchas de ellas, en contraposición a la narrativa realista, escribían sobre la maternidad o métodos de reproducción artificial como en la obra Embrió humà ultracongelat (1984) de Rosa Fabregat. En ficción, incluso es posible hallar un mundo en el cual las mujeres podrían reproducirse sin la necesidad del varón y perpetuar la extinción del hombre, fantasía tratada por Eugene Fischer en Nueva Madre (2015).

De alguna forma u otra las escritoras de ciencia ficción anticiparon el futuro. Robles argumentó que asuntos como la gestación subrogada, los úteros artificiales o la reproducción asistida, han dejado de ser ciencia ficción y son tema a debatir en el presente. De la misma manera que las escritoras escribieron sobre un mundo libre de opresión masculina, Margaret Atwood ilustra con su distopía El cuento de la criada (1985) cómo se confina socialmente a las mujeres al papel de meros úteros, máquinas de procreación, y de cómo la reproducción humana es imprescindible para cualquier sistema político funcional. “Nos hacen tener partos rápidos para que podamos parir una detrás de otra, han mecanizado la reproducción y sacralizado la importancia de la reproducción humana. El transhumanismo ha investigado sobre ingeniería genética, bioingeniería… pero ha tratado muy poco el tema del nacimiento y la maternidad”, concluyó Lola Robles.

Afrofuturismo: lo ancestral en la diáspora

Yania Concepción Vicente y Arrate Hidalgo, dos de las ponentes en la mesa redonda sobre afrofuturismo./ Ansiblefest

Yania Concepción Vicente y Arrate Hidalgo, dos de las ponentes en la mesa redonda sobre afrofuturismo./ Ansible Fest

¿Qué es en lo primero que piensan los occidentales cuando escuchan la palabra futuro? ¿Coches aéreos? ¿Tecnología? ¿Innovación? ¿I+D? A través del afrofuturismo, Yania Concepción Vicente, psicóloga y representante de Afroféminas en el Ansible, estableció una división ideológica en cómo las sociedades occidentales perciben el futuro en oposición a las africanas. “En occidente futuro significa progreso, productividad; cuando hablamos de afrofuturismo nos referimos a la búsqueda de futuro desde dentro, la vuelta a nuestras raíces, a lo ancestral y a la sabiduría desde la ciencia ficción, el cine y la música”. A pesar de que el afrofuturismo se dejó ver con anterioridad a través de artistas como Jimi Hendrix o Miles Davis, el término fue visibilizado por primera vez en 1993 por el crítico Mark Dery en su artículo Black to the Future. La cineasta y autora de Afrofuturism: The World of Black Sci Fi & Fantasy Culture, Ytasha L. Womack, define el término como “la intersección entre cultura negra, tecnología, liberación e imaginación, con una pizca de misticismo. […] Es una forma de unir el futuro con el pasado y, en esencia, de ayudar a reinventar la experiencia de las personas de color” o “desmontar la raza como tecnología”. Concepción Vicente explicó que la diáspora te ayuda a crecer y “el afrofuturismo es una metáfora de esa diáspora”.

Dentro de la literatura cifi afrofuturista escrita por mujeres, Octavia E. Butler describe la vuelta a los orígenes en Kinred (1979). E. Butler utiliza los viajes en el tiempo para explorar la esclavitud negra en Estados Unidos a través de Dana, una mujer afroamericana que viaja a 1976 y se encuentra con sus antepasados. En la obra se refleja la relación de una mujer actual que conecta con una mujer esclavizada. E. Butler abraza la ciencia ficción para escribir sobre los orígenes, temas ancestrales y conceptos como raza, género, sexo, religión y clase social en un lenguaje metafórico, pero ¿hasta qué punto es la alegoría realidad o ficción? La estratificación social y conflicto racial también son el núcleo en la novela Binti, traducida al castellano en 2018, de Nnedi Okorafor. La protagonista es la primera de los himba en recibir una plaza en la mejor institución superior de enseñanza en la galaxia. Partir de su tierra supondrá en el camino de Binti encontrarse con extraños que no respetan sus costumbres, su forma de ser: Muerte. Cuando abandoné mi hogar, morí. No había rezado a las Siete antes de marcharme. No creía que fuera el momento. No me había ido de peregrinación como una mujer de verdad. Estaba convencida de que regresaría a mi pueblo convertida en una mujer plena para hacerlo.

El afrofuturismo engloba todas las escenas creativas, Yania Concepción Vicente argumentó que la película Black Panther (2018) sería un ejemplo cinematográfico afrofuturista actual y que para entender el movimiento es sustancial la obra artística de la keniana Wangenchi Mutu: “Sus ilustraciones y trabajos hablan de la sexualización de los cuerpos de las mujeres negras en occidente, del físico europeo impuesto. Al negro y negra indígena no se le trata como humano, ser blanco te da un privilegio”.

Contexto latinoamericano: “Siempre hemos sido la otras”

A pesar de compartir la misma lengua, las escritoras latinoamericanas han estado en cierto modo excluidas dentro de la ficción femenina española. La escritora de ficción argentina Laura Ponce, recién publicada su obra Cosmografía profunda, señala que esta brecha se ha producido por la influencia anglosajona en la literatura, que ha provocado que las escritoras y lectoras de habla hispana recurrieran a leer ficción estadounidense o británica. “Esto ha propiciado que no hubiera vínculos de unión entre el movimiento de ficción latino y español. No leí ciencia ficción en castellano hasta los 30 años porque pensaba que no existía. Todo esto es parte de un proceso de colonización anglosajona inducido en nuestro pensamiento”, señaló Ponce.

Dentro de la escena latinoamericana, Ponce remarcó la necesaria aportación de Angélica Gorodischer en la ficción argentina. Una de sus obras más reconocidas, Kalpa Imperial, un conjunto de relatos originalmente publicado en dos tomos, fue traducido por Ursula K. Le Guin. En el segundo tomo, El imperio más vasto, aborda temas como la posición de la mujer en la sociedad del imperio norte-sur. “Las escritoras de aquí utilizaban la ficción no como un género, si no como un lenguaje que nos permitía hablar de la realidad a través de otros mundos”. La chilena Elena Alduate, conocida como la dama de la ciencia ficción chilena, “cambia la manera de pensar de los personajes femeninos”, adhirió Ponce. Con su obra Del cosmos las quieren vírgenes, escrita en el 77,  Alduate propone una invasión extraterrestre basada en el feminismo y sin posturas colonizadoras. Maileis González, escritora y conocedora de la tradición afrocubana, señaló que Fábulas de una abuela extraterrestre, de Daína Chaviano, fue también imprescindible para el desarrollo de la ciencia ficción cubana. “El feminismo en la cifi latinoamericana se ha conjugado en una evolución y contexto diferente. Cuando en occidente se hablaba de la liberación de los cuerpos, aquí las mujeres luchaban por para que no matasen a sus hijos. Las latinoamericanas siempre hemos sido las otras”, recalcó.

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