¿Qué es ser mujer?

¿Qué es ser mujer?

Andrea Díez González

Hernán Piñera | Desierto / Deserted | Licencia Creative Commons

MUJER
¿Qué es ser mujer? Ser mujer, simplemente es.
Yo nací en España, no sé si por suerte o por desgracia. Yo nací mujer, tampoco sé si por suerte o por desgracia. Lo único certero es que […]

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04/05/2018

Andrea Díez González

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Hernán Piñera | Desierto / Deserted | Licencia Creative Commons

MUJER
¿Qué es ser mujer? Ser mujer, simplemente es.
Yo nací en España, no sé si por suerte o por desgracia. Yo nací mujer, tampoco sé si por suerte o por desgracia. Lo único certero es que soy española, de la generación del 90 y nací perteneciendo a ese grupo, que algunos denominan como minoritario o débil, sexo biológico femenino. Nací en el seno de una familia humilde, de clase media. No me puedo quejar, soy afortunada y así me siento. Pero no vengo hablar de mi vida, sino de mi experiencia.
A la edad que ya me toca, una empieza a reflexionar sobre la vida que ha tenido. Empieza hacer memoria y a buscar sus raíces. Supongo que para intentar avanzar, por aquello que dicen que si no conoces tu pasado, si no sabes de dónde vienes, ¿qué futuro esperas construir?
Es en este preciso momento en el que me planteo mi porvenir como MUJER, con todo lo que esta palabra implica. Reflexiono sobre cuál quiero que sea mi papel en el mundo ¿Cómo me gustaría que me recordasen? Sin lugar a dudas, me gustaría que me aceptaran sin tener que ocupar espacios negando que soy y me siento MUJER. Mi papel en el mundo, ya se irá viendo. Nadie posee certezas absolutas.
Hablemos de sexo. Como MUJER decidí estudiar la SEXUALIDAD HUMANA y aquí me encontré mi primera torta de realidad. Me di cuenta de las reacciones cargadas de prejuicios, evitación y una postura defensiva de la gente al enterarse. Para simplificar podemos englobarlas en dos tipos:
Versión 1.
-¿Qué estudias?
-Sexología
– Uy, pues… ¿Qué contento estará tu novio no?

Versión 2.
-¿Qué estudias?
-Sexología
– Eso no se estudia MUJER, eso se practica, jajaja. No tiene futuro ninguno.
(cara Facebook)
Total, que mi novio está muy contento y no tengo futuro profesional. ¿En serio? En pleno S.XXI ¿En serio? En este preciso momento me di cuenta que no se podía hablar de MUJER y SEXUALIDAD EN LA MUJER sin hablar de FEMINISMO.
Antes de nada me gustaría aclarar que muy al contrario de lo que piensa la mayoría SEXUALIDAD NO ES SOLO RELACIÓN SEXUAL (COITO). La SEXUALIDAD es todo un conjunto de características fisiológicas, emocionales o afectivas y anatómicas que caracterizan el sexo de cada individuo. La SEXUALIDAD es TODO.
Si eres de los que te inclinas por la versión 1, déjame decirte. Me parece increíble que cuando una mujer habla de sexualidad inmediatamente se asocia a la relación sexual con un hombre. Las MUJERES también nos MASTURBAMOS, es SANO, es BUENO, AGRADABLE Y DA MUCHO GUSTÍN. Tengas o no pareja. AUTOCONOCERSE es NECESARIO, para saber lo que gusta y lo que no. Para establecer tus límites y para dar la mejor versión de ti misma. Conclusión, las MUJERES por nosotras mismas nos podemos proporcionar mucho placer.
En la versión 2, en esta ocasión voy a tomar como mías las palabras de un compañero de profesión, Manuel Lucas Matheu, “reivindico la institucionalización de la sexología como profesión, y como ciencia, porque estoy convencido de que el tema que la ocupa, el hecho sexual, puede aportar más valores y capacidades que miserias y dificultades. Una sexualidad enriquecida, en toda su amplitud, puede ser un contrapunto, frente a tanta agresividad, tanto maltrato, tanto estrés y tantas soledades. El papel del profesional de la sexología cumple dos objetivos. El primero, desde la educación sexual y el asesoramiento sexual, facilitar a las personas el conocimiento y la reflexión sobre todo lo que les supone ser personas sexuadas, y la exploración de sus propias capacidades y posibilidades como tales. Y el segundo, desde la terapia sexual, ayudar a superar los problemas sexuales que tanto impacto tienen en nuestro entorno y que tan en silencio y con tanta soledad se suelen sufrir”.
Partiendo del hecho primero en el que aceptamos que somos seres sexuados y sexuales desde que nacemos, que la sexualidad es todo, es como somos y nos sentimos, quiero dejar claro que (entre muchas otras cosas):
No acepto, ni aceptaré que cuando un niño/a te hace rabiar en el colegio en realidad te está demostrando amor y cariño.
No acepto a menores esculpiendo sus cuerpos como dicta una sociedad machista, bajo unos estrictos cánones de belleza. Aceptarse es que primer paso para quererse.
No acepto que se piense que tan sólo me arreglo para gustar a otra persona y no a mí misma.
No acepto que no pueda volver sola de noche a casa. No quiero más miedo en las calles. No quiero decirle a mi amiga que me avise cuando esté en casa.
No acepto que un hombre se cambie de acera, en plena noche, por miedo a que me sienta intimidada o incómoda. Podemos compartir el mismo espacio con respeto mutuo e igualdad.
No acepto que me digan que soy feminista y por ende odio a los hombres. Adoro a los hombres y tienen un papel y un peso muy importante en mi vida. El feminismo no es luchar en contra de los varones, sino los dos en equipo.
No acepto el acoso callejero, porque me falta el respeto como PERSONA.
No acepto que me invites a una copa, si crees que me haces un favor o esperas una recompensa.
No acepto un cuento de princesas, quiero un amor racional, que dure lo que ambos lo cuidemos y nos involucremos en él. Te prometo que hoy te amo, mañana no lo sé.
No acepto verme obligada a mantener una relación sexual. Quiero decidir con quién, cuándo y dónde.
No acepto ayuda en casa, ni con los hijos. Deseo que ejerzas tu derecho de estar y ser padre. Corresponsabilidad-.
No acepto que mi hijo tenga miedo a decir que es homosexual, por qué el resto sea culturalmente heteropatriarcal.
No acepto que al llorar a mi hijo le llamen nenaza, porque así ofendes a hombres y mujeres. Quiero que se sea libre de sentir y expresar lo que considere oportuno.
No acepto más menores involucrados en una espiral de violencia. Romper el orden de las cosas es cosa de todos.
No acepto continuar celebrando este día. Porque ojalá este día, después de hoy, no tenga que ser celebrado jamás. Un derecho no es algo que deba ser conquistado. Un derecho pertenece.
Así que, a esta edad que ya me toca, por todas las personas que no están y deberían estar, por las que me acompañan y no en este camino, por las que un día me hicieron daño, pero me hicieron libre. Lucho cada día para empoderar sexualmente a las mujeres. Para que todos nos tomemos la licencia de ser libres para sentir, para ser. Lucho para acabar con el acoso callejero y la violencia de género. Lucho por las personas que nacen en un género pero se identifican con otro. Lucho para fulminar el techo de cristal, para no tener trato de favor o desfavor por razón de género. Lucho para acabar con la pedofilia, el abuso y acoso de menores. Por las voces silenciadas, que se han sentido solas tras una violación bajo los efectos de una sustancia psicoactiva. Lucho por el fin de la esclavitud sexual y la mutilación genital femenina. Por aquellas mujeres que deciden libremente dedicarse a la prostitución, son ciudadanas con derechos y se merecen todo el respeto. Fomento la educación afectivo – sexual igualitaria entre adolescentes y jóvenes, para que establezcan lazos de amor no dependientes y construyan con respeto un amor sano e igualitario.
Pero todo esto no podría ser posible sin el ejemplo de mis padres, mamá y papá, gracias por educarme en la igualdad, sin prejuicios con respeto, en la libertad y confiando en mí para que me sienta capaz de hacer y lograr cualquier cosa sin tener límites, por razón de género.

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