Diario de mis acosos

Diario de mis acosos

Lee el registro cronológico de algunos de los abusos sufridos por una mujer a lo largo de su vida. Todavía hoy se ve azotada por la rabia y la culpa.

21/07/2017

Texto anónimo

El cabello flota en el viento y cubre los ojos de una mujer con el pelo castaño

Tenía 17 años. Hacía tiempo que había terminado la relación con el que había sido mi primer novio. Yo seguía enamorada de él. De vez en cuando nos encontrábamos y, si a él le apetecía, teníamos sexo. Aquel día yo estaba deseando verle y que él tuviese ganas de pasar rato conmigo. Después de besarnos le hice una felación. Cuando se corrió paró de besarme y paró de tocarme. Había esperado mucho el momento de estar a solas con él. Me dio rabia.

Tenía 18 años y era mi primer año de Universidad. Estaba de fiesta con mis amigas y conocí a un chico en un bar, tenía 28 años. Nos gustamos, nos dimos unos besos y decidí invitarle a casa. Estábamos haciéndolo con condón y al rato me dijo que prefería quitárselo. Yo no quería, pero él no paraba de insistir. Me había dejado claro que él no estaba disfrutando tanto por el hecho de llevar puesto el preservativo. Me sentí mal. Acabé dejando que lo hiciéramos un rato sin condón. No lo conocía de nada. Me comí mucho la cabeza los días siguientes.

suscribete al periodismo feminista

Tenía 19 años. Salí de fiesta con un grupo de amigos/as y conocidos/as. Conocí a un chico, nos gustamos y nos dimos unos besos. Le dije que iba a volverme a casa. Me dijo que si podía acompañarme. Le dije que no. Insistió mucho, mucho, mucho. Me sentí mal y un poco culpable por haber empezado a besarle pero querer parar después.

Tenía 20 años. Estaba con una amiga, en casa de un amigo de la pareja de esta. Este amigo era un músico de unos 50 años aproximadamente. Mientras mi amiga estaba con su novio yo me quedé hablando con este hombre. Cuando nos fuimos de su casa yo fui la última en salir. Antes de que lo hiciera me agarró y me dio un beso. No me gustaba. No me sentí bien. Me dio asco.

Tenía 20 años. Fui a cursar un semestre al extranjero. Compartía habitación con otro chico. Una de las primeras noches, mientras dormía, noté algo extraño. Sentí que alguien se metía en mi cama y me abrazaba. Me sentí vulnerable. Al día siguiente él me dijo que era sonámbulo. No le dije nada más, no quería hacerle sentir mal.

Tenía 20 años. Estaba en la fiesta que habían organizado unos amigos/as en su residencia universitaria. Cuando me empecé a encontrar cansada me fui a dormir al cuarto de una de mis amigas. Me desperté cuando me di cuenta de que un chico estaba besándome mientras dormía. Le grité. Sentí mucha rabia.

Tenía 20 años. Estaba de viaje con una amiga. Íbamos a pasar unos días participando como voluntarias en un proyecto de sostenibilidad ecológica. El día de antes de partir nos quedamos a dormir en casa del fundador del proyecto. Un hombre de 56 años. Mientras yo dormía él se acercó a mi cama, empezó a tocarme los pies, subió hacia mis piernas y continuó en mi vagina. Pensaba que era un sueño. Cuando me di cuenta de que no lo era no dije nada, solo me moví para ver si se iba. Sabía que había cerrado su casa con llave y tenía miedo de cuál sería su reacción si la mía hubiese sido más fuerte. Me dio asco, rabia, impotencia. Me sentí violada y muy vulnerable.

Tenía 22 años. Iba en un autobús nocturno. Al comienzo del viaje comencé a hablar con mi compañero del asiento de al lado. Tendría unos 40 años. Al poco rato cerré los ojos porque quería a dormir. El autobús estaba a oscuras. Sentí su mano acariciando mi muslo. La aparté. Casi todo el mundo dormía en el autobús. Estaba lleno y no me atreví a pedir un cambio de sitio. Tuve que continuar 4 horas más de viaje con él a mi lado, evitando rozarle. Me sentí mal y desprotegida.

Tenía 23 años. Estaba de viaje y pasé una noche en casa de un amigo. Me dijo que por cuestiones de espació tendríamos que dormir en la misma cama. Un colchón bastante pequeño. Cuando nos acostamos me rodeo con su brazo y empezó a tocarme, primero la barriga y después los pechos. Le dije muchas veces que parara, pero no lo hacía. Decía que me notaba nerviosa, e intentaba darme a entender que por algo sería. Estaba nerviosa porque me estaba tocando una persona que no quería que me tocara. A la quinta vez que le dije que parara y se fue de la cama de muy malos modos. Sentí rabia.

Tengo 24 años. Hace unos días estaba en casa con un amigo. Estaba siendo una tarde normal, similar a otras tantas tardes que hemos pasado juntxs poniéndonos al día sobre nuestras vidas. Antes de irme se lanzó sobre mí para besarme. Se lanzó muy fuerte, me costó un poco apartarlo. Me sentí violentada. No hice nada que pudiera darle a entender que pasaría algo entre los dos. No se preocupó por saber primero qué sentía yo. Cuando lo aparté me sentí mal. Quería irme de allí. Pero no me fui, espere un poco más, no quería que él se sintiera incómodo…

Tengo 24 años y estoy escribiendo este texto para intentar dar salida a la rabia que tengo dentro.

A la rabia que siento cuando pienso en todos los momentos en los que me he sentido violentada, intimidada y acosada.

A la rabia que siento cuando pienso que en esos momentos me he preocupado primero por lo que pudiera sentir la otra persona antes de preocuparme por lo que yo estaba sintiendo.

A la rabia que siento cuando pienso que he llegado a preguntarme si de alguna manera he hecho yo algo para provocar todas estas situaciones.

A la rabia que siento cuando pienso que estos casos no son aislados, sino situaciones que todas las mujeres hemos vivido alguna vez (o muchas veces) y que están totalmente normalizadas socialmente.

Download PDF
master violencia de género universidad de valencia

Artículos relacionados

Últimas publicaciones

ayuda a Gaza
Download PDF

Título

Ir a Arriba