Las feminazis de 1857
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Eva Rodríguez
Todo el mundo grita por la injusticia cometida al amigo del amigo que sufrió una denuncia falsa (0,0014 del total de denuncias por violencia de género).
Todo el mundo calla cuando oye los gritos de la vecina que matan.
Protestáis por las reformas laborales que se acometen contra vosotros, pero olvidáis a todas las mujeres, 50% de la población, que tienen menor salario a igual trabajo, que son explotadas en fábricas miserables desde niñas, que sus oportunidades de trabajo están limitadas al sector servicio, en condiciones que no permiten su independencia económica; a aquellas que huyendo de matanzas y de pobreza, se ven obligadas a ejercer la prostitución, a las que son prostituidas; a las denominadas amas de casa que no cobran ni un triste gracias; a las que doblan y triplican turno porque decidieron trabajar fuera de casa (también). A las que se les niega el ascenso.
Olvidáis, que además sufrimos vuestra reforma laboral, súmalo y te sale resta.
Y olvidáis, a las que un día como hoy en 1857, se manifestaron reclamando nuestros derechos laborales y olvidáis a las más de 100 mujeres que un 25 de marzo de 1911, fueron humilladas, ultrajadas, quemadas y asesinadas. ASESINADAS.
Y hoy, después de tanta barbarie, no tenemos igualdad. Damos pasitos de hormiga con pies de elefante frente a las hienas del patriarcado, el que NOS MATA.
No tenemos nada que celebrar.
Tenemos que conmemorar a nuestras compañeras que lucharon por el resto del 50% de la población, por nosotras.
Tenemos que continuar reivindicando nuestros derechos.
Si te preguntas qué ha hecho el feminismo por ti, ahí tienes la respuesta, ha luchado por tus derechos, ha sido asesinado por tus derechos, se ha reagrupado una y otra vez y por ello hoy, votas, tienes acceso a la educación y se te otorga título, trabajas, llevas pantalones, etc.
Mucho por hacer, nada que celebrar, demasiado que conmemorar, todo por reivindicar.
Llámame FEMINAZI, cuando cometa el mismo HOLOCAUSTO que vosotros.
NO somos nosotras las que creamos las guerras, nosotras SOMOS las torturadas, violadas, asesinadas, somos sus VÍCTIMAS.
NO somos nosotras las que apretamos el gatillo en un pelotón de fusilamiento, somos las fusiladas.
SOMOS nosotras las que tenemos miedo a salir a la calle a solas, porque somos nosotras las cosificadas, acosadas, violadas, ASESINADAS.
GRACIAS a las compañeras que luchasteis, a las que lucháis y a las que seguiréis luchando.