Juegos Paralímpicos: las heroínas del olvido

Juegos Paralímpicos: las heroínas del olvido

A pesar del silencio mediático, las paralimpiadas de Río de Janeiro han ofrecido importantes éxitos deportivos y ejemplos de luchas como las de Omara Durand, Sarai Gascón o Teresa Perales.

21/11/2016
Teresa Perales of Spain competes in the Women's 50m Butterfly S55 2015 IPC Swimming World Championships Thursday 16 July 2015, Tollcross International Swimming Centre, Glasgow (Photographer: Rob Hardie Touchline Images)

Teresa Perales

Olympo Deportivo

Los grandes medios deportivos españoles han vuelto a suspender en el antes, el durante y en el después de la cobertura de los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro, uno de los eventos que mejor reflejan el espíritu deportivo. Ni que España sea una de las potencias paralímpicas de Europa ha impedido que sus más de 30 medallas hayan pasado -salvo contadas excepciones- de puntillas por los espacios dedicados al deporte en los medios masivos.

Más de 20 preseas paralímpicas ha tenido que lograr la nadadora Teresa Perales para que su nombre se cuele en algunos titulares de prensa y arañe unos pocos segundos en los informativos deportivos de la televisión. La aragonesa alcanzó en Brasil los 25 metales, lo que la ha situado a la altura de grandes leyendas de la historia del deporte, como el nadador Michael Phelps, quien ha acaparado mucho más espacio mediático. Pero a diferencia del estadounidense, su viaje comenzó de una manera muy distinta.

Más de 20 preseas paralímpicas ha tenido que lograr la nadadora Teresa Perales para arañar unos pocos segundos en los informativos deportivos de la televisión

Es precisamente el punto de partida lo que diferencia al héroe mitificado de la heroína cotidiana. El primero, como describe Mariano Jesús Camacho en #OlympoDeportivo15, ha sido idealizado por la sociedad, considerado como extraordinario gracias a su aspecto físico; la segunda comenzó a ganar la batalla en un hospital, a causa de una neuropatía. Les une la capacidad de superación, el sacrificio de adentrarse en la búsqueda de los límites de sus capacidades y la valentía de exponerse, aun siendo conscientes de su imperfección humana.

Sin embargo, hay mucha disparidad entre los unos y los otros, las otras y las unas, a pesar de que los héroes y heroínas cotidianas, que demuestran al mundo cada cuatro años que hay pocas barreras capaces de limitar, lo hayan tenido más difícil. Los premios, los recursos, la repercusión y el reconocimiento que reciben los olímpicos distan mucho de lo que reciben los paralímpicos.

Los límites tan solo están en la mente, y prueba de ello es que durante estos Juegos Paralímpicos de Río 2016, el argelino Abdellatif Baka registró en la prueba de 1.500 metros un mejor tiempo que el del campeón olímpico. Además de Baka, otros tres paralímpicos más completaron la carrera en menos de los 3:50:00 que registró Centrowitz en la Olimpiada.

A veces, el deporte adaptado también ha significado una segunda oportunidad. Es el caso del italiano Alessandro Zanardi, que llegó a competir en la Fórmula Uno antes de que un grave accidente le dejase sin piernas. Decidió seguir ligado al deporte y embarcarse en una nueva aventura a bordo de una bicicleta adaptada que le ha llevado a ganar dos oros y una plata en Brasil, un país que encontró en Daniel Dias a su héroe nacional. Este nadador consiguió nueve medallas en las nueve pruebas que disputó, siendo el ganador en cuatro de ellas.

La cubana Omara Durand desafió la supremacía jamaicana en las pruebas de velocidad reeditando la medalla de oro en los 100 y 200 metros de la clase T13 (personas con déficit visual). Además, añadió a sus vitrinas otro metal dorado en los 400 metros.

Una de las deportistas que sí acaparó alguna página fue Marieke Vervoort. La belga firmó los papeles de la eutanasia en 2008, pero dijo que no pondría fin a su vida antes de los Juegos de Río. Poco después afirmó que esos documentos le aportan la tranquilidad de saber que podrá decidir el momento: “Aún sigo disfrutando de cada instante”, declaró en la SER.

En el palmarés español de Río 2016 destacan las 17 medallas que aportó la natación. Junto con Perales, Sarai Gascón demostró que con tan sólo 23 años se puede ser una veterana. Nació sin una parte de su brazo derecho, a los tres años comenzó a nadar y a los 19 conquistó una plata en Pekín 2008. La de Tarrasa se colgó tres metales en sus terceros Juegos. Israel Oliver (200 estilos y 100 mariposa), Michelle Alonso y Óscar Salguero (en los 100 braza) también nos hicieron vibrar con sus chapuzones más dorados.

Vibrante también han sido las actuaciones de los chicos del baloncesto en silla de ruedas, que se colaron en la final paralímpica por primera vez en la historia de España. Ahí le disputaron el oro a la todopoderosa selección de Estados Unidos. Sin duda, una de las medallas de plata más dulce de los Juegos.

China es el estado que más éxito ha tenido en la cita paralímpica y una de las más contribuyentes se llama Jingling Zhou. La tiradora en silla de ruedas ha aportado tres oros y una plata. Su habilidad la ha convertido en toda una estrella en el gigante asiático.

Historias éstas son las que consiguen colarse entre algún teletipo y de ahí en algún medio masivo. Los paralímpicos llevan mucho tiempo reclamando su lugar, un espacio que se han ganado a pulso, y que en ningún caso debe estar supeditado a una victoria puntual. Emisoras como la británica BBC sí han sabido interpretar el mensaje, integrando el espacio paralímpico en sus informativos. Aún queda mucho camino por recorrer; las heroínas del olvido están cumpliendo con su parte.

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