Vaquillas y machirulos

Vaquillas y machirulos

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09/07/2016

Kata Wet

 

Vaquilla y un grupo de hombres

Estos últimos meses, me estoy dedicando a analizar la intersección entre dos luchas que tengo muy presentes: el feminismo y el antiespecismo. Antes, pensaba que cada una tenía su propio enemigo y que estos no tenían nada que ver entre ellos. En cambio, ahora estoy cada vez más segure de que los enemigos no son aislados y de que muchas veces el patriarcado y el especismo funcionan conjuntamente. Lo ocurrido hoy en la “sokamuturra”[1] de Hernani sería un claro ejemplo de este fenómeno.

Han pasado tres años desde que empecé a ir a protestas para denunciar el uso de animales no-humanes en fiestas. Normalmente he solido repartir folletos, pero hoy me he quedado detrás de la pancarta “Festak ospatu, animaliak askatu”[2]. En las siguientes líneas intentaré describir lo que desde allí he podido ver gracias a mis gafas violetas y antiespecistas.

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Para cuando hemos llegado, la plaza estaba llena de “gaupaseros”[3]. Pero entre los allí presentes empezaba a predominar un perfil concreto. Cómo no, el de los machitos. Los dueños del espacio público. Una vez más, el protagonismo era de ellos. Al cabo de un rato, ha venido el camión del cual han bajado tres ganaderos. Todos ellos hombres. Eran los dueños de las vaquillas. Pues las vaquillas no son individuos libres, sino propiedades.

Cuatro vaquillas han sido utilizades durante el acto. Los machirulos se han divertido a costa de cuatro personas. Podéis imaginar lo ocurrido: una repugnante exhibición de fuerza y valentía por parte de machitos jóvenes. Estaban muy orgullosos azuzando, pegando, insultando, provocando al “juguete” que tenían atado por el cuello. Querían que le vaquilla fuera violente y le han obligado a serlo. Para así poder justificar su violencia. Porque si no, no podrían exhibir su hombría. Mientras tanto, les espectadores los aplaudían y a nosotres nos silbaban.

Eses cuatro vaquillas han sido obligades a estar ahí. Han sido convertides en juguetes para la diversión de los machitos. No se han respetado sus intereses y estaban muy lejos de ser considerades sujetos morales a tener en cuenta.

La “sokamuturra” es para que unos, a base de oprimir a otres, demuestren su hombría mientras que otres miramos cómo lo hacen. En el centro de la plaza, no había más, solo machirulos y le vaquilla. Por un lado, eso me ha alegrado. Pues, la participación de mujeres o personas no cis-hombre me hubiera dolido muchísimo. Nosotres tenemos que estar en el mismo bando que les vaquillas. No podemos ponernos a la par de ellos y reproducir la violencia. Oprimir a otres no nos empodera.

Gracias al feminismo he aprendido a identificar distintas violencias y me he dado cuenta de que algunas las vemos más fácilmente que otras. Ahora soy consciente de que esas violencias que sufrimos, también se reproducen en el resto de animales.

Nuestros cuerpos son convertidos en objetos de consumo, bien sea en un plato o en un anuncio de colonia. Se divierten ejerciéndo violencia contra nosotres. Quieren que seamos sus propiedades, sus juguetes.

Han encaminado nuestras existencias a satisfacer placeres ajenos. Nos han dicho para qué y de quién somos. En el caso de les animales no-humanes, creemos que existen para que nos divirtamos a su costa, para comérnoslos, para experimentar o para vestirnos con elles. Pero eso no es así, y es por eso que en esta lucha por conseguir la libertad de une misme también tenemos que tener en cuenta a les de otres especies.

Sabemos de sobra quiénes tienen el poder en esta mierda: los cis-hombre-hetero-blancos. Fuera nos quedamos: les que no son humanes y les que no somos cis-hombre-hetero-blancos.

Hoy en Hernani, han sido los mismos asquerosos los que han hecho uso de la violencia machista, así como de la especista. El especismo les ha otorgado poder y privilegios por ser humanos y el patriarcado por ser cis-hombre-hetero-blancos.

Viendo cómo se articula la violencia, yo también estoy cada vez más segure de que nuestra respuesta ha de ser transfeminista y antiespecista.

Porque todes somos animales ¡O libres todes, o libres todes! No aceptamos ninguna otra opción[4].

Ha llegado la hora de que acabemos con los machocarnacas.

 

[1] Práctica típica de las fiestas de Euskal Herria que consiste en atar a une vaquilla con una cuerda larga, para quien quiera demostrar su valentía azuzándole.

[2] Lema utilizado para denunciar el uso de animales no-humanes en fiestas: “Celebremos las fiestas, liberemos a les animales”.

[3] Se utiliza para referirse a las personas que han estado de fiesta toda la noche y siguen sin retirarse a la mañana siguiente.

[4] Frase sacada del manifiesto que hizo Jauría para el Orgullo Crítico.

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