Yo nací alienada, crecí alienada, pero lo superé

Yo nací alienada, crecí alienada, pero lo superé

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18/06/2016

Sandra Iglesias

Desde que era una cría, en mi casa ha habido debates de política, de derechos, de libertades, de economía… Mis padres hacían que la hora de comer fuera el momento perfecto para despotricar sobre el país. Mi padre, de derechas; y mi madre, de izquierdas. Había dos opiniones de dos adultos, y una niña de 5 años influenciada por ambas. Para mí era una especie de juego en el que ganaba uno de los dos colores, o el azul, o el rojo. Mi padre aprovechaba que el azul era mi color favorito para que cuando hablaran de política yo saltara diciendo “pues cuando sea mayor votaré al PP”, como si yo tuviera claro que tenía que votar a ese partido porque era azul. Pero apoyaba en secreto a mi madre, cada vez que la seguía a la cocina y le decía que también votaría al partido rojo porque me daba pena. Sí, en aquella época solo había bipartidismo, cosa que ahora no se ha repetido. De entrada no tenía ni voz ni voto en las conversaciones de dichos temas a la hora de comer, solo escuchaba discusiones de mis padres sobre política. Hasta que le cogí asco porque terminaban gritándose y yo temía que fueran a divorciarse.

Con los años me desentendí totalmente, ya no relacionaba el azul de derechas con lo correcto, ni el rojo de izquierdas con el partido que me gustaba en secreto. Me dio completamente igual, ¿problema? que crecí alienada, pero no culpo a mis padres, porque no saben nada sobre el feminismo a fin de cuentas. Tampoco podía ponerles en contra y que terminasen discutiendo por eso. Por eso mismo yo quiero educar a mis hijxs como yo crea conveniente.

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Crecí pensando que llevar pantalón corto al colegio era de ‘frescas’, que depilarse era lo políticamente correcto y que tenía que aprender a fregar para en un futuro servirle a mi marido. Creo que todas hemos crecido de la misma manera, unas menos influenciadas que otras, pero de pequeñas sí que se nos impusieron los roles de género, tanto a nosotras como a ellos. A los 16 años experimenté lo que es tener una relación, y quieras o no el amor romántico es lo primero que nos viene a la cabeza con el primer amor. Lo tuve todo tan idealizado, que por ello, me llegó a matar por dentro. A esa misma edad me introduje en twitter, redes sociales, blogs, revistas online y más; gracias a eso conocí una ideología que las chicas protagonizaban: el feminismo. Tengo muchísimos modelos a seguir, chicas que me han ayudado a saber que hay una manera de sentirte mejor contigo misma sin tener que aceptar lo que te han enseñado porque “es lo que toca”. Tengo que agradecérselo de alguna manera y creo que me ayudaron a mí y a muchas chicas (también chicos que ahora son nuestros aliados) a quitarse la venda de los ojos e informarse de qué derechos debemos tener y no poseemos. Gracias a las cuentas de twitter de @:cariatydes @:insumisiones @:snowingseasonn y @:Anaesthetistttpor he descubierto un nuevo movimiento que se ha convertido en mi motivación. Si no hubiera sido por ellas, probablemente no hubiera cambiado tanto como lo he hecho.

Me han enseñado a ser lo que quiero ser sin tener que poner peros en el camino. Sé que no soy de las más enteradas, que todavía me queda camino por recorrer en la lucha, y que no soy lo activa que podría ser, pero mi trabajo es concienciar a más chicas de mis círculos de lo que están viviendo. Hay que quitarles las cadenas que el patriarcado les ha echado desde que eran niñas, dejar de estar alienadas para que se unan a una lucha que nos implica a todas, como mujeres que somos. Conozco chicas que yo misma he ‘motivado’, o incluso enseñado un poco sobre el feminismo, y a día de hoy están luchando para hacer posible nuestros derechos. Me gustaría poder ayudar a más, abrirles los ojos, ayudarlas a ver, y a ser ellas; porque para mí ha significado mucho que las personas mencionadas arriba lo hayan hecho. Llevo un año metida en esto del feminismo, no pude elegir mejor vía y siempre voy a estar con mis hermanas, cueste lo que cueste, luchando por nuestra libertad y respeto.

Las redes sociales son un buen utensilio para dar a conocer el movimiento porque gracias a ellas yo he llegado a ser lo que soy ahora. Aunque haya personas que tachen de “exageradas” a mis hermanas, yo las voy a seguir defendiendo. Porque sé que tienen razón, porque yo he vivido y he visto de primera mano lo que el machismo ha hecho en un grupo de amigxs, en la universidad, en una familia, en mí. Y si tú no lo has visto, rompe de una jodida vez la venda y únete a nuestra lucha. Nunca será demasiado tarde para abrir los ojos.

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