Radical-ment feministes: una radiografía de la agenda feminista
Este fin de semana se celebran las cuartas jornadas feministas de Catalunya. Las propuestas presentadas por 150 colectivos trazan una agenda en la que confluyen identidades, cuerpos, trayectoras e inquietudes diversas.
Montse, Montserrat, Carme, Montse y Betlem. Comisión de comunicación
Por cuarta vez se celebra, en Barcelona, un encuentro de los feminismos catalanes (y del más allá –territorial, claro-). Desde que el año 1976 se organizaron las Primeres Jornades Catalanes de la Dona, en las que más de 3000 mujeres pusieron en común sus deseos e inquietudes para el momento político y social que vivían, se han celebrado otros grandes encuentros: 1996, 2006, y vuelven a estar ahí, el fin de semana del 3, 4 y 5 de junio, cuando se celebran 40 años de aquellas jornadas iniciales.
Con el lema Radical-ment feministes, se han programado propuestas de 150 colectivos, y se han inscrito, a fecha de hoy, más de 1500 mujeres, lesbianas y trans.
La comisión organizadora de las jornadas se planteó unos pocos criterios que dieran un color específico al encuentro: que las propuestas no fueran individuales, sino de grupos y que, a poder ser, fueran fruto del trabajo en red de los colectivos.
Una vez recibidas todas las propuestas (más de 200), se ha hecho un esfuerzo para que todas aquellas que tuvieran temáticas similares pudieran confluir en un sólo espacio, redoblando el trabajo de vinculación entre grupos y la puesta en común de las diversidades, y permitiendo además que todas las propuestas que cumplen los requisitos tengan cabida en las jornadas.
Ha habido otra cuestión relevante que da tono a las jornadas: decidir que sean no mixtas, para mujeres, lesbianas y trans, por primera vez en éste encuentro, y a pesar de no ser un consenso claro en los feminismos. Estamos seguras que éste hecho generará debate, algún conflicto y, sobretodo, espacios de libertad para subvertir el género desde los feminismos.
Otro de los objetivos centrales ha sido la interseccionalidad: cruzar temas; diversificar las propuestas; visibilizar las diversidades entre las mujeres, lesbianas y trans; conseguir una participación diversa: de ciudades y pueblos, de diferentes edades, procedencias, sensibilidades, funcionalidades, feminismos. En poquitos días sabremos si la propuesta ha funcionado y hasta donde hemos llegado, pero si echáis un ojo al programa, a los actos, o a las interacciones en Twitter o Facebook, parece que por ahora, vamos en buena dirección.
Los perfiles en redes sociales, los vídeos de presentación, atraer a personas diversas a la propia organización de las jornadas o en la presentación de talleres, (intentar) escucharnos mucho o (intentar) respetar los procesos de los grupos, son algunas de las claves para conseguirlo.
En la organización de las jornadas se ha conseguido una clara intergeneracionalidad: mujeres (y mujeres-lesbianas, alguna(s) trans) jubiladas, blancas y de clase media, que son activistas feministas incansables -¡40 años ya!- y subversivas que aportan su trabajo no remunerado; y jóvenes (mujeres, lesbianas y trans) blancas, de clase media o baja, con un nivel académico alto y todo tipo de estudios y especializaciones en feminismos, normalmente precarias, que aportan su activismo convencido y remunerado. (Abrimos paréntesis: A ver, no caigamos en la simplificación, también algunas de mediana edad, algún toque de color no blanco, y alguna otra diversidad. Incluso pudiera ser que tengamos alguna subversiva de clase alta). ¿Es ésta una característica nueva en la gestión de los feminismos o de una parte de ellos? ¿Podemos hablar de un camino en el que la barrera trabajo remunerado /militancia política se borra? ¿Se borra porque avanzamos en romper con el pensamiento binario y la división de los espacios públicos y privados del capitalismo? ¿Se difumina porque la mercantilización de las vidas y nuestra precariedad inunda todos los rincones de nuestro tiempo? Por ahora tenemos preguntas, dejamos las respuestas para algún debate.
A partir de aquí, ¿cuáles son los temas que los colectivos feministas han propuesto a las jornadas? ¿Podemos deducir una agenda feminista del momento?
El encuentro partía de tres ejes temáticos centrales en las agendas feministas, que se han volatilizado porque la interseccionalidad de los temas nos cruza completamente: cuidados y sostenibilidad de la vida; cuerpos, identidades y sexualidades; violencia y libertad.
En las propuestas que hemos recibido se mantienen temas clásicos, actualizados ante 40 años de feminismos, como puede ser el aborto, las violencias machistas o la coeducación. Temas que son abordados por colectivos con una larga trayectoria, nacidos algunos hace ya 15, 20, 30 o más años, que aportan su legado y que se mantienen vivos… no, vitales y renovados por un esfuerzo continuo de actualización o de revisión de las dificultades y limitaciones propias (o no, claro). Pero también por colectivos de reciente creación que traspasan su mirada ante estas cuestiones. A veces partiendo del trabajo anterior, otras volviendo a inventar lo inventado (o quizás no, puesto que cualquier nueva luz sobre un invento no deja de ser algo nuevo). Y lo que puede ser aún mejor: en la mayoría de los casos, son tratados conjuntamente por colectivos con orígenes y trayectorias bastante diversas. En gran parte, efecto de la confluencia que se ha promovido desde la organización. Pero también efecto de las estrategias para establecer vínculos que están cultivando, hace un tiempo, buena parte de los colectivos feministas.
Heu vist això de les Jornades Radical-ment Feministes? from Jornades Feministes 2016 on Vimeo.
Así, por ejemplo, ante la reflexión sobre lesbianismos, en las jornadas se plantean cuáles son los retos para el siglo XXI, y aparecen propuestas para hablar de plurisexualidad y, por supuesto, de identidades trans. Ésta quizás es una de las efervescencias que marcan las jornadas, aunque no sea ya algo novedoso (recordemos las jornadas feministas estatales de Granada, donde los colectivos trans impactaron a muchas). Pero no por ello deja de ser una rendija por la que se abren nuestras miradas a nuevos planteamientos. O sería el caso del derecho sobre el propio cuerpo, que se trata a través del aborto, pero también de la maternidad subrogada, la reproducción asistida y la violencia obstétrica.
Aparecen cuestiones que tienen que ver con los tiempos actuales, como la apropiación de la tecnología o su impacto en nuestras vidas y activismos. O con apropiarnos de las herramientas que nos permiten desarrollar nuestras vidas sin mediaciones paternalistas, de la expertez, de terceros que nos protegeran: autodefensa feminista, diseño gráfico feminista.
Algo que llama la atención es también la eclosión de propuestas no teóricas o teorizantes, o que no se desarrollan a través de lo hablado desde la razón, por decirlo de alguna manera: un montón de talleres de teatro -de la oprimida sobretodo-, clown, arte, cómic feminista, danza, talleres vivenciales, etc. Parece un hecho relevante. Cuerpos, emociones, encarnaciones, transfusiones.
Han llegado también muchas propuestas relacionadas con los feminismos que trabajan desde los márgenes: vulnerabilidades politizadas, postcolonialismo, migrantes, voces gitanas o moras, trabajadoras sexuales. Márgenes desde los que, como en el caso de las trans, se generan fisuras liberadoras en los feminismos.
Encontramos también dos propuestas relacionadas con la autodeterminación de los pueblos, y una con las posibilidades de transformación de la política que se hace desde las instituciones. No son muchas si tenemos en cuenta el momento que vivimos en Catalunya, pero están generando mucha expectativa.
La propuesta es amplísima, y no podemos recoger todas las cuestiones sin el peligro de dejarnos alguna: salud, vida vivible, medio ambiente tóxico, aportaciones de las feministas cristianas, el día a día de los colectivos, TTIP, amor, territorios disidentes, redes y alianzas, libertad de expresión, pobreza, memoria histórica, hablar como mujeres… Pero mejor mirad el programa.
Pinta muy bien.
Jornadas @feministes2016