Natalia Muley

Sabes bien que me repatea este mundo, me repatean los que “siempre saludaban” y tienen 20 minutos de telediario y varios especiales de espejo público y AR, me duelen aquellas, de las que de cuando en cuando sacan una foto, que pobrecillas “no hacían bien en juntarse con ese chico” y ahora están bajo tierra.

Me dan asco los toqueteos de discotecas, pero más rabia aún me da escuchar a la gente que quiere decirme “¿Y por qué fuiste sola al baño?” o “Sabes que aquí funciona así”. No, no funciona así. Yo lo sé y por suerte tú también.

Quemaría sujetadores y odiaría a los hombres, pero no, no los odio.

En verdad no odio a nadie. Miento, odio a los agresores y a los asesinos, ¿pero quién no?

Pero no, no odio a Lauren Southern aunque esté harta de ver su vídeo de “Why I’m not a Feminist”, no odio a todos mis amigos de facebook que lo comparten y dicen comprendedme pero “a los hombres también los violan y las feministas no se preocupan por ellos” o “el feminismo también tiene su parte mala, como cuando dan siempre la custodia a la mujer”,  o “si yo entiendo lo que significaba en un principio pero el feminismo ha degenerado mucho y tenemos que dejar paso a otros movimientos”.

Y sabes que soy esa pesada que cada vez que ve ese tipo de mierdas en su cronología de facebook no puede evitar comentarlas, porque como no odio a la gente pienso que merece la pena explicarlo. Pero a ti no, no te lo tengo que explicar, sabes lo que es el feminismo y por qué jamás dejaré que me lo quiten.

Puede que tú seas más de los que te dan pereza ese tipo de cosas y pasas.

Pero tú amigo, tú eres muy grande.

Tú me compras tampones y la crema para la candidiasis. Y no me pones cara rara cuando te lo pido, eres mi amigo y me haces favores, es normal. Tú tienes una bici rosa, bien chula. Te gusta llorar porque después te sientes mejor. Tú me consuelas si me ocurre alguna cosa desagradable, me refiero a ese tipo de cosas que nos ocurren a las mujeres por ser mujeres. Pero me dejas mi espacio, porque entiendes que paso de vivir con miedo y que me gusta hacerlo sola si no te estoy pidiendo protección. Aunque obviamente matarías a alguien si me hiciera daño, pero sabes que yo también lo haría por ti.

Es ridículo que tenga que destacar esas cosas de ti, me siento hasta un poco machista por ello. Pero he mamado esta mierda, aunque no será en mi casa. Pero es triste cómo en el momento en que tenemos un mínimo contacto con el mundo exterior vemos por todas partes ese estereotipo de mierda. Me jode el hecho de que sea muy progre que mi padre cocine y mi madre conduzca, pero en este mundo es así.

El caso es que tú has vivido en el mismo mundo que yo y sin embargo creo que eres como eres sin pensarlo. Eres muy grande por ello. Quiero que mis hijos y los hijos de los demás crezcan rodeados de hombres como tú. Porque aún sueño con que ninguna niña se quede sin su cochecito de juguete, porque en el recreo un niño se lo quitó y los adultos responsables le dieron sistemáticamente la razón al chico, claro, era un coche. Aún sueño con que los niños no se rallen por pintarse las uñas o ponerse vestidos y nadie les encasille en una determinada orientación sexual por ello, joder, son críos.

Pero por suerte, gracias a que junto a mujeres feministas como yo existen hombres feministas como tú vale la pena seguir soñando.

Esto es por ti y por todos los hombres maravillosos de este mundo.