El día que me toque a mí

El día que me toque a mí

Nota: Este artículo se enmarca en la sección de libre publicación de Pikara, cuyo objetivo, como su nombre indica, es promover la participación de las lectoras y lectores. El colectivo editor de Pikara Magazine no se hace responsable ni del contenido ni de la forma de los artículos publicados en esta sección, que no son editados. Puedes mandar el tuyo a participa@pikaramagazine.com. Rogamos claridad, concisión y buena ortografía.

13/03/2016

Carmen Buades Ávila

El pasado sábado un hombre asesinó presuntamente a su pareja. Otra vez. Otra vez un hombre mata a una mujer. Otra vez nos preguntamos si hubo o no hubo denuncia previa, otra vez condenamos la violencia machista, otra vez. Fue un día muy raro porque me pasé horas enteras pensando “y cuando me toque a mí, ¿qué?”

Eso: ¿Qué? Siendo realistas, podría pasar. Esa joven podría haber sido yo, o mi madre, o mi prima, o mi amiga o cualquier otra mujer del mundo porque, lamentablemente, el cáncer del terrorismo machista no entiende de edades, ni de clases, ni de nacionalidades. Solo hay algo que se repite: un hombre asesina a una mujer por el simple hecho de serlo. Así que, por favor, el día que me toque a mí:

suscribete al periodismo feminista

No preguntéis si era mi pareja, mi ex pareja o alguien con quien me negué a acostarme. Decidle a los medios de comunicación que tampoco importa mi cara, ni la suya, ni la música que escuchaba yo, ni de dónde sea su pasaporte, ni si nuestras familias eran conflictivas. No intentéis saber cuál fue el “móvil del crimen” porque ya lo sabéis. Y, sobre todo, no guardéis ni un sólo minuto de silencio.

Prefiero que dediquéis esos sesenta segundos a llenar el mundo de un ruido tan ensordecedor como el que provocarían las miles y miles de gargantas de mujeres asesinadas chillando por su derecho a seguir vivas. Gritad por mí, que ya no podré. Gritad por todas las mujeres a las que asesinaron antes que a mí y por todas las que asesinarán después. Quiero que os indignéis, que os rebeléis y sintáis mucha, mucha rabia. Me gustaría que cuando alguien se encuentre mi cuerpo inerte, asesinado, no vea una pobre joven (o niña, o chica, o mujer, o anciana) que no se pudo defender, sino que vea en mí los restos de la guerra que habré dado hasta el último minuto de vida: que vea y sienta y entienda que mi cuerpo es un campo de batalla y que traslade esa lucha a donde haga falta para acabar de una puta vez con esta masacre.

El día que me toque a mí, antes de añadirme a las estadísticas y convertirme en “otra víctima de la violencia de género en”, decidle al mundo que es injusto nacer condenada a sufrir discriminación, acosos, abusos, palizas, violaciones y asesinatos. Decidle a todos, a todas, que es injusto que unos crímenes se denuncien más que otros, que nos queremos vivas. Y, por favor, cuando lo hagáis, recordad que la próxima podría ser cualquiera de vosotras.

Download PDF
master violencia de género universidad de valencia

Artículos relacionados

Últimas publicaciones

ayuda a Gaza
Download PDF

Título

Ir a Arriba