En Guatemala se está haciendo historia. Once mujeres indígenas declaran en los tribunales contra los militares que las esclavizaron durante el conflicto armado. Paula Barrios, coordinadora general de ‘Mujeres transformando el Mundo’, nos explica la trascendencia de este proceso.

Una testigo, víctima de violencia sexual, se juramenta frente al tribunal, durante el Juicio de Sepur Zarco./ Cristina Chiquín
El pasado 1 de febrero iniciaron las audiencias del caso conocido como Sepur Zarco en los que –tras 30 años de espera- se busca justicia para 11 mujeres q’eqchies, sobrevivientes de violencia sexual durante el conflicto armado del país. La búsqueda de verdad y reparación es un ejercicio de empoderamiento para estas ancianas, que tuvieron que arrastrar con el estigma de la violación.
Es la primera vez que se realiza un juicio de esta naturaleza desde un sistema de justicia interno. En el caso de haber sentencia favorable para las litigantes, estaríamos ante un precedente internacional para la condena de esclavitud sexual de mujeres durante los conflictos armados. En el banquillo, los dos acusados de delitos contra los deberes de humanidad, de esclavitud sexual y doméstica, desaparición forzada y asesinato: el coronel retirado, Francisco Esteelmer y Heriberto Valdez Asij, excomisionado militar.
Para conocer más detalles sobre el caso, entrevistamos -a través de una conexión con Guatemala-, a la coordinadora general de una de las organizaciones querellantes adhesivas [Mujeres transformando el Mundo], Paula Barrios, y difundimos también su documental ‘Sepur Zarco: La línea del tiempo’:
Infinitas gracias por el reportaje sobre el Caso Segur Zarco. Es una entrevista excelente que nos permite conocer de primera mano lo que está pasando en Guatemala. Estando cerca del trabajo que realiza Mujeres transformando el mundo, se que este acompañamiento es de suma importancia para ellas, por el arduo trabajo que realizan y por las presiones internas que sufren dentro del país. Saber que hay otras mujeres, otras organizaciones y otros medios, no solo en Guatemala sino en el mundo, pendientes del proceso les da fuerza y las motiva a continuar. Gracias Mar Gallego y gracias Píkara Magazine.