‘Burra vieja, que se te pasa el arroz’

‘Burra vieja, que se te pasa el arroz’

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06/02/2016

 

6.30 am. Suena el despertador.

¡Bendita la adhesión de la mujer al mercado laboral remunerado!

Es mi cumpleaños. 35.

Ayer discutí con mi amante. Por whatsapp, que somos muy modernos para el cara a cara. Así que hoy no habrá celebraciones románticas, flores ni cenas a la luz de la velas. ¡Ja!

Mi compañero de trabajo, bastante simplón de pueblo, me felicita con un “¡burra vieja, que se te va a pasar el arroz!”. A nadie en mi sector, bastante masculinizado, le parece raro. Me ofendo pero no lo demuestro. Ni le contesto. A él le parece normal el comentario. Seguro que es lo que ha vivido toda su vida en casa. Él tiene 32, casado y con un hijo. Como dios manda, claro.

Este sábado se casa mi hermana pequeña. 30. Entre felicitaciones familiares de cumpleaños no faltan los comentarios de “¿y tú, para cuándo?”

Mi abuela, comunista moderna, me dice en la celebración familiar: “solo me falta para morirme feliz verte a ti con un compañero, cariño. No te digo que te cases, pero arrejúntate con alguien, que si no, te vas a quedar sola”.

¿En serio? ¿No voy a ser feliz por no despertarme al lado del mismo tío todos los días? ¿De verdad? ¿Estoy sola por no tener pareja? Nunca lo había imaginado, que si solo tengo amistades, familia y amantes, estoy sola. En fin.

Sigue mi madre. Tengo que admitir que gran criadora y educadora. “Pues la vecina, esa que estudió contigo, ya va por el segundo crío. Su hermana todavía no, porque no tiene novio”.

Se me escapa: “¿Y qué tiene que ver tener novio con ser madre?”. Mi madre se ofende, “ay hija, yo no digo nada, pero es lo normal”.

¿Lo normal? ¿Para quién? ¿Y si me da igual que se me pase el arroz? ¿Y si soy más de comer fuera o pedir comida a domicilio? ¿Y si prefiero la pasta? Suficiente por hoy.

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