‘Star Wars’: Rey, la heroína de la fuerza

‘Star Wars’: Rey, la heroína de la fuerza

La vuelta de la saga intergaláctica consolida la tendencia de películas de acción taquilleras que abren grietas en el régimen de representación patriarcal. Su protagonista, Rey, es el futuro frente a la muerte y destrucción del reverso tenebroso, todavía eminentemente masculino.

Rey no necesita que Finn la coja de la mano para correr

Rey no necesita que Finn la ayude a correr

La guerra de las galaxias marcó nuestra infancia. Nos metíamos en el cine y alucinábamos con unos efectos especiales que nunca habíamos visto. Esta saga cinematográfica, una de las más longevas, productivas y rentables de la historia del cine, arrancó en los años setenta con Star Wars (George Lucas, 1977) -a cuyo título se agregó posteriormente ese Una nueva esperanza-, El imperio contraataca (Irvin Kershner, 1980) y El retorno del Jedi (Richard Marquand, 1983).

Décadas después, George Lucas vuelve a dirigir las tres siguientes películas: La amenaza fantasma (1999), El ataque de los clones (2002) y La venganza de los Sith (2005). Realiza un ejercicio cinematográfico para el delirio de los y las fans.. El despertar de la fuerza es la última entrega. Recupera a los y la primera protagonista sin caer en la nostalgia ni en la autocomplacencia. Mantiene el espíritu de la saga, esta vez de la mano de la productora de Disney y, sin duda, nos hace disfrutar en la butaca del buen cine de aventuras con mensajes políticos, que animan a luchar siempre por la libertad y a creer en una fuerza mayor: la de los Jedi, que representa el bien supremo.

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Una digna continuación y revisión de la masculinidad

Treinta años después de la victoria de la Alianza Rebelde sobre la segunda Estrella de la Muerte (hechos narrados en el Episodio VI: El retorno del Jedi), la galaxia está todavía en guerra. Una nueva República se ha constituido, pero una siniestra organización, la Primera Orden, la amenaza. Los y las protagonistas de antaño, la antes princesa Leia y ahora General Leia Ornana (Carrie Fisher); y el buscavidas Han Solo (Harrison Ford), desde un digno segundo plano, ceden protagonismo a una nueva serie de personajes: Rey (Daisy Ridley), una joven chatarrera; Finn (John Boyega), un desertor de la Primera Orden; Poe Dameron (Oscar Isaac), un piloto de caza, y BB-8, un androide rodante. Todos y todas luchan unidos contra las fuerzas del Mal.

El despertar de la fuerza (J. J. Abrams, 2016) sigue la estela de las películas anteriores y se detiene en las vidas de antiguos personajes como Leia y Solo. Treinta años después, vemos a una Leia poderosa y serena y a un Han Solo solterón, que tras renunciar a sus responsabilidades de pareja y paternas vaga por la galaxia buscándose la vida junto a su fiel Chewbacca. Este amor cenital en el que cada cual tiene claro su pasado y su presente, se basa en la atracción, en el respeto y en asumir errores, especialmente la debilidad por parte de Han Solo. Este aspecto es importante porque supone una revisión y una crítica a la masculinidad patriarcal, que pasa factura.

Rey, la independencia y el futuro

Rey es el personaje principal de la película. Sobrevive sola, en un entorno hostil. Trabaja en condiciones extremas, cambia la chatarra que encuentra en sus largas incursiones por el desierto por escasas dosis de comida. Es una joven dura, independiente y autosuficiente, forjada en la soledad de la ausencia de una familia que desapareció y que espera con esperanza. Tiene las aptitudes necesarias de todo personaje de acción: es luchadora, tiene capacidad de pelear, posee nociones de mecánica, sabe pilotar y se gana un puesto por derecho propio en el mítico Halcón Milenario.

Rey lucha contra el mal como digna poseedora de la espada láser. Ella es el futuro, la vida, frente a la muerte y destrucción que representa el reverso tenebroso, todavía eminentemente masculino. Rey es la que salva al último Jedi que ha huido tras no saber afrontar el fracaso, la que recibe la llamada de la fuerza. Esto es muy importante y tiene una carga simbólica innegable desde el punto de vista cinematográfico y desde la perspectiva de género.

No podemos dejar de hablar de Rey sin comentar un pequeño detalle que resulta muy significativo. Finn, en un momento de acción y de huida, agarra a Rey y ella contesta: “Sé correr sin que me cojas de la mano” e insiste con un “deja ya de cogerme la mano”. La escena me hizo sonreír y dar un salto en la butaca de puro deleite. Espero que para una nueva generación de espectadoras y espectadores sólo sea un gesto. Para nosotras es mucho más, es toda una declaración de intenciones que amplía la genealogía de rupturas.

Heroínas de acción

El personaje de Rey sigue la misma línea de representación que los personajes de Katniss Everdeen en Los juegos del hambre o de Imperator Furiosa, en Mad max, Fury Road. Son mujeres decididas, independientes, que como heroínas deben asumir diversos cometidos como hacer caer regímenes políticos dictatoriales o abusivos. En definitiva, salvar el mundo. Son heroínas de acción, no son heroínas por subvertir mandatos de género, por denunciar situaciones de injusticia hacia las mujeres, sufrir violaciones de los derechos humanos más básicos o capitanear luchas feministas. Afortunadamente no deben enfrentarse a estas circunstancias y su épica reside en sus capacidades para salvar a la humanidad.

Carrie Fisher ha recibido críticas de “vieja” y “gorda”; Harrison Ford ha sido elojiado por envejecer tan atlético.

Carrie Fisher, criticada por “vieja” y “gorda”; Harrison Ford, elogiado por envejecer “tan atlético”

En las críticas de las películas mencionadas y de las que hemos dado buena cuenta en Pikagramas, hay varios comentarios que coinciden en criticar a estos personajes por ser meras copias de los personajes masculinos de acción. Por un lado, es lógico pensar que son una simple copia ya que el referente cinematográfico ha sido el hombre. El androcentrismo en el cine hace que inmediatamente creemos esa analogía. Por otro, hay una parte importante del público que se siente cómodo con las heroínas feministas que subvierten mandatos de género, y estas heroínas de acción no le convencen. No puedo evitar que estas lecturas me parezcan simplistas. Cuando veo a cualquiera de estos personajes no pienso en que son como personajes masculinos, pero en femeninos sino que son un nuevo referente, absolutamente necesario, que enriquecen las representaciones y construyen un nuevo imaginario que ha costado mucho conquistar. Pienso en mujeres poderosas y decididas que luchan por ellas y por los demás. Demuestran que es posible usar la fuerza física y defenderse. Pienso en todas las espectadoras y espectadores que se pueden imaginar en unos roles de protagonismo, de acción y poder cinematográfico. Pienso que son películas dirigidas al gran público, muy taquilleras y que sirven para abrir grietas en el régimen de representación patriarcal.

Otro factor importante es que no son heroínas sexualizadas. Rey siempre viste con ropa cómoda que no resalta su feminidad. Lo mismo ocurre con Katniss y Furia. No son sólo personajes para el deleite de la mirada masculina. El voyeurismo fílmico no es su razón de ser.

A pesar de esta gratificante e ilusionante tendencia, sería ingenuo pensar que estas películas -que no llegan ni a la decena – por sí solas son capaces de transformar la representación patriarcal del cine. No podemos dejar de comentar las críticas a la actriz Carrie Fisher por “vieja” y “gorda” frente a la admiración generalizada hacia Harrison Ford por envejecer tan atlético y con tanta gracia. Tampoco que un personaje como Rey tan relevante, nada más y nada menos que ¡la protagonista! no haya tenido su réplica en muñeco en el merchandising de la película.

Así que sin bajar la guardia, pero bienvenidas seáis vosotras y todas las que estén por llegar, que esperemos sean cada vez más.

LAS PELÍCULAS ANALIZADAS EN #PIKAGRAMAS LAS VEMOS EN CINES ITAROA


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