Mitos, estigmas e historietas sobre el monstruoso feminismo

Mitos, estigmas e historietas sobre el monstruoso feminismo

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25/01/2016

Amat Molero Borrás

Cuando estás en medio de una conversación y usas la palabra “feminismo” parece que salte una alarma. Como si se activara una sirena de incendios en la otra persona o en el grupo entero. Toda la conversación cambia y se polariza: si tú te consideras feminista eres directamente odiada y criticada. Y si te consideras en contra, destrozas conjuntamente al feminismo con odio, bromas de mal gusto y un montón de prejuicios, ya que habitualmente, fuera de pequeños núcleos, las personas defensoras o consideradas feministas estamos en minoría.

Todo esto ocurre, entre otras cosas, porque la palabra feminismo ha caído históricamente en un duro estigma que lo ha aislado y marginado. No sólo son los hombres quienes, por varias razones, desprestigian y se ríen del feminismo, hay muchas mujeres que por el mismo estigma y desconocimiento se oponen al feminismo.
Alrededor del feminismo se han creado varios prejuicios y mitos que sirven como escudos de defensa para no querer entender, comprender, empatizar y reivindicar el feminismo como discurso y movimiento clave para el cambio y la transformación social. Por ello, es necesario que identifiquemos, repensemos y desmontemos algunos de estos prejuicios y mitos. Vamos allá:

1) “El feminismo es exclusivo para mujeres. Son unas histéricas”

¡Mentira! La lucha contra el patriarcado y el machismo ha sido guiada y liderada de forma extraodinaria por un gran movimiento de mujeres. Este es un hecho que no es de extrañar, ya que la opresión del patriarcado ha recaído y castigado principalmente a las mujeres. Este ha sido el motivo por el que las mujeres han liderado las luchas por reivindicar derechos, justicia, dignidad y equidad. Sin embargo, la responsabilidad de tejer un movimiento y discurso feminista no es solo de las mujeres, ya que todas las injusticias laborales, los acosos machistas, los asesinatos misóginos, el reparto desigual de las tareas en el hogar o las pequeñas violencias son responsabilidad de todo el mundo.

2) “¿El feminismo es el opuesto al machismo?”
¡No! Lo opuesto al machismo es hembrismo. El hembrismo sería considerar y reivindicar lo culturalmente femenino y a las mujeres como superiores y mejores que lo culturalmente masculino y que los hombres. El feminismo, en cambio, no busca poner las mujeres por encima de los hombres, sino la igualdad. Lo que sí es cierto es que desde diversas corrientes del feminismo se quiere dar valor, poder y legitimidad a lo considerado femenino como el trabajo reproductivo, el trabajo doméstico, el trabajo de cuidados o el trabajo afectivo. Pero dar valor y poder a las mujeres y a todo lo considerado tradicionalmente femenino no significa aplastar todo lo demás, sino reconocer, visibilizar e igualar.

3) “El feminismo odia y discrimina a todos los hombres”
Pues yo diría que… ¡NO!
Debemos tener muy claro que el feminismo lucha por la igualdad y la justicia social de las personas. Actualmente, muchos colectivos viven situaciones de precariedad y desigualdad por cuestiones de género y sexo. Si tenemos en cuenta que el feminismo lucha por la igualdad y la justicia social sería completamente contradictorio que no lucharan principalmente por los colectivos históricamente más vulnerables, perjudicados y oprimidos (mujeres, gays, lesbianas, trans…).
Sin embargo, no es de extrañar que los hombres recibamos grandes críticas y cubos de agua feministas por el propio hecho de ser hombres. El símbolo del hombre ha representado históricamente un símbolo de opresión, dominación, violencia, privilegio y desprestigio frente lo femenino. Aunque no lo hayamos escogido nunca, el propio hecho de ser hombres nos hace tener un montón de privilegios, alto rango social y la propia forma en que nos socializamos para ser hombres hace que vulneramos de forma directa las mujeres. Si los hombres mantenemos el modelo de masculinidad hegemónico, no luchamos por la igualdad, pasamos de reivindicar los derechos de todas y negamos nuestros privilegios, acabamos retroalimentando el statu quo que el patriarcado crea. Es decir, no vale afirmar: “Que ellas se espabilen”, es una lucha conjunta y hay una responsabilidad conjunta de cambio.

4) “El feminismo es demasiado político, por eso no me gusta”
Si, el feminismo es político. Lo que cabe preguntarse es: ¿qué no es político? Yo diría que nada. Nos han vendido durante mucho tiempo, la moto de que lo político es lo que hacen en el parlamento o se enseña en la facultad de políticas y que nosotros debemos ser neutrales, objetivos y racionales como buenos ciudadanos. Pero la verdad es que todo lo que nos rodea y creamos es político. Los actos, pensamientos, actitudes, normas, palabras, discursos, mitos, rituales… están influenciados por alguna ideología en concreto. Incluso, cuando pensamos que estamos siendo neutrales o que actuamos con “sentido común” seguramente lo hacemos de acuerdo con los derechos humanos, la igualdad de oportunidades o con lo que es más barato. Todos estos pensamientos “neutrales”, “normales” o de “sentido común” están creados desde una ideología y, por tanto, son políticos.
Obviamente, los feminismos son políticos, son conscientes de que son políticos, no se esconden y esta conciencia les hace ser más transformadores (sino siempre haríamos lo “normal” que significa “lo mismo de siempre”).

5) “El feminismo es sólo para mujeres lesbianas, trans y gays. ¡No dejan hacer cosas conjuntas! ”
¡Meeeec! ¡Error! Desde los movimientos feministas se reivindican mucho los espacios segregados y de seguridad (algo que me costó bastante entender). Pero es cierto que el sistema patriarcal en el que vivimos genera un montón de violencia hacia los colectivos más vulnerables. Esto hace que estos, con todo el derecho del mundo, creen espacios exclusivamente para mujeres. Estos espacios potencian la seguridad, la libertad y las dinámicas chungas de los espacios mixtos. Asimismo, crear comunidad entre personas que sufren unas mismas discriminaciones y darse ver en la calle es una forma clave de visibilización. Por eso, hay manifestaciones, fiestas, formaciones o charlas donde el espacio es exclusivo y segregado. Sin embargo, siempre existen espacios compartidos y si eres de las personas que piensa que deberían haber más te animo a organizarlos :)

6) “El feminismo es un dogma peligroso, ¡vigilad!”
Mmmmmm … bueno eso sí que es verdad. El feminismo es bastante peligroso. No sé si podríamos hablar de dogma, principalmente porque existe una gran diversidad de feminismos y no existen los 10 mandamientos del feminismo. Lo que sí podemos decir es que es peligroso, pues sí. El feminismo que Ulleres per Esquerrans (Gafas para zurdos) planteamos, porque no todos son así, destroza el patriarcado y el capitalismo, dos bases fundamentales de nuestra cultura occidental actual. Es pura dinamita. Policía, estado, leyes, educación, escuelas, hospitales, prisiones, familias, movimientos sociales… todo está infectado por el capitalismo y el patriarcado, si el feminismo lo hace explotar todo es bastante peligroso. ¡Por eso me encanta! ;)

Después de haber leído y repensado estos mitos espero y deseo haber aumentado el nombre de aliadas y aliados al movimiento feminista.

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