¡No me toques los tacones! ‘Jurassic World’, una película moralizante
La predecible cuarta entrega de la saga remite a roles tradicionales de género: el héroe que domina a los dinosaurios y se rige por la ética, frente a la mujer trabajadora que no se quita los tacones para correr y que viva frustrada por no ser madre.
Jurassic World (Colin Trevorrow, 2015) es la cuarta película de la saga Parque Jurásico compuesta por novelas –la primera de ellas de idéntico título escrita en el año 1990 por Michael Crichton- y tres películas: Parque Jurásico (Steven Spilberg, 1993), El mundo perdido: Jurassic Park (Steven Spilberg, 1997), y Parque Jurásico III (Joe Johnston, 2001). Una saga que sin duda avivó el interés por los dinosaurios y que sigue la estela de cine familiar lleno de épica, emoción y diversión, no exenta de cierta carga moralizante, marca de la factoría Spilberg.
Jurassic Word no ofrece variaciones significativas con el planteamiento de la saga. La raza humana juega a crear dinosaurios y a mezclarlos en el laboratorio para construir nuevos dinosaurios que den cada vez más miedo y que sirvan de reclamo para que el parque en el que habitan obtenga beneficios. Los beneficios empresariales se enfrentan a la diversión y satisfacción de público y animales y así el capitalismo y el sentimiento épico y utópico que representa el creador del nuevo parque conviven en una trama con claras y visibles referencias a las películas anteriores. El increíble dilema entre cierta ensoñación arqueológica frente a la manipulación genética es uno de los ejes de la historia y no nos puede más que sorprender ya que Jurassic Park siempre se ha basado en manipulaciones de ADN dinosaurio.
Por lo demás, dos hermanos que van de viaje al parque a visitar a su tía, una de las máximas responsables del lugar, mientras su madre y su padre se divorcian, una feroz dinosauria que quiere matar a todo el mundo y un valiente y fornido joven que todo lo soluciona; es decir, mucha acción, mucha espectacularidad, en un ambiente de viejos roles de género.
Viejos roles de género
Si bien hemos hablado en otros Pikagramas de importantes rupturas en el cine destinado al gran público como pueden ser las películas de Los juegos del hambre o Mad Max Fury Road, Jurassic Word nos remite de nuevo a viejas concepciones de género, a pesar del protagonismo inicial del personaje de Claire (Bryce Dallas Howard).
Claire es una de las principales responsables del parque. Es una mujer que ha triunfado en el mundo laboral, y este triunfo se identifica con una actitud fría y de control de sus sentimientos. Este autocontrol adquiere su máxima expresión en su aspecto físico, en su ropa, en su peinado y en sus comentados tacones. Representa un modelo femenino anti maternal –sus sobrinos no le gustan demasiado, no sabe cuántos años tienen y tampoco les hace excesivo caso- que se identifica con el triunfo laboral pero que al mismo tiempo se cuestiona porque Claire sufre por no tener pareja y por no ser madre. El mensaje es claro: habrá triunfado profesionalmente, pero arrastra ese deseo de ser madre que toda mujer triunfadora tiene dentro. Por eso no es condenada como su asistente Zara, quien no es es capaz de cuidar a los sobrinos de Claire y muere a causa de la saña de los dinosaurios. Algo parecido ocurre con el personaje de la doctora Ellie Sattle (Laura Dern), que en Jurassic Park III ha dejado el trabajo de campo y se dedica a ser esposa y madre.
Un aspecto que ha llamado la atención tanto de la crítica como del público son los tacones que lleva Claire a lo largo de toda la película. No sólo se trata de que resulte inverosímil que corra por la selva con tacones –algo que ya hacía el personaje de Willie, la corista en apuros, en Indiana Jones y el templo maldito (1984)- sino que existe una intencionalidad muy marcada de resaltarlos con planos específicos y con referencias explícitas como la frase “con esos zapatos tan ridículos no aguantarías ni un minuto”. ¿Por qué se aferra Claire entonces a sus tacones si hay un momento en el que se rasga la ropa para estar más cómoda? Difícil respuesta que puede ir desde una reivindicación de sus tacones hasta una intención de cierta ridiculización del personaje.
Frente a Claire, nos encontramos con el modelo del héroe masculino –con inevitables similitudes con Indiana Jones: domina a los dinosaurios, vive en la naturaleza y posee unos sólidos principios éticos que pueden chocar con los de Claire, más interesada en la rentabilidad del parque. Es el inteligente, el macho alfa de su manada y a quien recurre Claire para buscar a sus sobrinos.
Así que en definitiva, un poco más de lo mismo, aperturas mínimas en una película familiar y moralizante muy preocupada por el sentimiento maternal de la protagonista en la que una de las mejores cosas son esa dinosauria letal y devoradora, que mata por placer y que ya no sólo es una madre defendiendo a su cría.