¡Mamá, Rajoy me está tocando el coño… otra vez!
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Rosa Donoso
Es una pena, señor Rajoy, que la ley del aborto no tenga un efecto físico retroactivo, porque si de mí dependiera le retrotraería a usted al cojón derecho de su padre (porque estoy segura de que salió usted del derecho) y lo dejaría allí, per secula seculorum, cual genio de la lámpara. Pero por desgracia este deseo no es realizable y usted no solo no ha sido abortado sino que está usted bien presente y, para mayor desgracia, es usted presidente del Gobierno, el más vil y mediocre que mi maltrecha memoria democrática pueda recordar.
La última treta que se le ha ocurrido a usted y su equipo de gobierno es desempolvar la polémica ley del aborto. Que sí, que la reforma de Gallardón era muy hardcore pero gustaba a los votantes de cilicio y crucifijo que se sintieron muy desengañados cuando su gobierno reculó y sacrificó al de las cejas. Pero estamos en año electoral y algo hay que hacer para recuperar la confianza del votante y ¿para qué subir pensiones, crear empleo, mejorar la educación o la sanidad si podemos tocarle el coño a las mujeres? (literal y figuradamente). Es mucho más fácil y muy barato. Lo único que han tenido que hacer es suprimir el apartado cuarto del artículo 13 de la Ley orgánica 2/2010. Esto es: mientras el PP no metiera la mano en la bragueta de las ciudadanas españolas , las mujeres de 16 y 17 años podían interrumpir voluntariamente el embarazo y el consentimiento para ello correspondía exclusivamente a las mujeres. Ahora bien, maticemos, no todo el monte era orégano en esta ley. Por la misma, uno de los representantes legales, padre, madre o persona con patria potestad debía ser informado de la decisión de la menor. Es decir, se podía tirar la piedra pero no esconder la mano. Aún así, esta ley ha sido la ley más tolerante en cuanto a interrupción del embarazo desde la Transición.
Ahora Rajoy y sus adláteres, temerosos de Dios y de los votantes, se sacan de la chistera una nueva Proposición de Ley Orgánica. Uno de los argumentos que la justifican es que, según el ministro de sanidad, con esta ley se “dará cumplimiento a un compromiso explícito al programa electoral”. ¡Manda huevos, señor Alonso! ¿No había otros compromisos más acuciantes que cumplir? Así que, ahora, las mujeres de 16 y 17 años para poder interrumpir voluntariamente el embarazo necesitarán el consentimiento del padre, madre o tutor legal. Y yo me pregunto: ¿Dónde queda la voluntariedad si se ha de pedir permiso?, ¿qué distancia abismal espacio-temporal separa los 17 de los 18 años?, ¿qué tipo de ayudas sociales recibirían estas mujeres obligadas a parir?, ¿quién garantiza la asistencia sanitaria sin trabas para la madre y el hijo?, ¿y la educación? Yo creo, señor Rajoy que si no es usted un descerebrado, en vez de ponerse a legislar en materia del aborto, debería preocuparse usted por los que ya han nacido, que los tiene algo abandonados.
Esta ley es una nueva aberración pergeñada por la derecha más rancia y recalcitrante que va más allá de la mera reproducción. Esta ley significa que sobre el futuro de las mujeres no deciden las mujeres, y eso, señor Rajoy es pasarse. No sé cuándo se van a dar cuenta de que nuestra capacidad de decidir está por encima de sus leyes y sus creencias. Las mujeres hemos luchado y seguiremos luchando para impedir que gente como usted y su gobierno cercenen nuestra libertad de acción y de elección. Así que, se lo pido por favor, se lo pido a buenas, replantéense esta ley y saquen ya de una vez sus manos de nuestros coños.