Harta del sexismo en la televisión cubana

Harta del sexismo en la televisión cubana

Algo no marcha bien en la Cuba revolucionaria. El sexismo en los medios, controlados por el Partido Comunista, es una constante. ¿Cuándo tendremos una ley de medios?, se pregunta la autora.

04/06/2014

Estoy hasta los ovarios de cómo se tejen los discursos misóginos y sexistas en los medios en Cuba.

Una saca la yerba mala, con roña y de raíz, y más adelante va saliendo otro retoño. Y así se reproducen esos discursos, no importa quién sea la persona, si un principiante en el periodismo o una un excelsa personalidad de la comunicación, unas y otras replican hasta el cansancio supuestos puntos de vista que han sido dejados atrás hace ya mucho tiempo y desde disímiles saberes.

Y es que me harta que un artículo que intenta celebrar la trascendental obra artística de una actriz cubana comience diciendo “su belleza no es despampanante, pero su talento sí”. Ésta es primera oración de una entrevista publicada por en el diario Granma, el más importante del país, y que es el órgano del Partido Comunista. Porque si no lo sabe todos los medios de prensa en Cuba pertenecen al Partido, el único que es legal además.

Comenté dos veces en ese artículo de marras, la primera vez pasó, pero la segunda, lo supuse, no logró derribar la censura. Claro, es que me quejaba tan fuerte con algo como: “Estoy loca por que hablen de la barriga de Marino Murillo”. (Este señor es uno de los políticos cubanos más populares, pues es quien lleva la cabeza en las modificaciones al modelo económico cubano, pero siempre me ha llamado la atención su figura tan redonda como la mía).

Y es que me enerva que para referirse a la profesión de las mujeres antes se hagan celebraciones de tipo físico y sexista. ¿Es que el autor no sabe que para ser actriz basta con en el buen desempeño en la escena? ¿Y por qué no usa frases así para referirse a los tabaqueros, a los políticos o simplemente a un deportista? Me encantaría verlo hablando de los traseros de los peloteros, que no deciden nada en el terreno de juego, pero que pueden ser tan prominentes como los de una mujer.

Me enerva que para referirse a la profesión de las mujeres antes se hagan celebraciones de tipo físico y sexista

Junto con la anterior me retuerce el hígado también que las deportistas cubanas más célebres que haya tenido la isla, las del equipo de voleibol, quienes fueron en varias ocasiones campeonas, se les reduzca a “la morenas del Caribe”. Eso lo inventó un comentarista deportivo. Siguiendo esta línea, cualquiera podría llamarle entonces al mejor ajedrecista cubano contemporáneo, Lenier Domínguez  ̶ahora mismo entre los diez primeros del mundo ̶, el “blanquito de Güines”.

Además, dicho epíteto ‘racializado’ es innecesario y vacuo, pues en el Caribe la mayoría somos personas negras y mestizas; ellas perfectamente podrían ser haitianas o jamaiquinas.

Y es que me preocupa que en un pueblo remoto de Cuba, de nombre esperanzador, se haga un concurso de belleza que rescate una tradición que por 41 años no se celebró. Por gusto no habrá sido. Allá un músico, de muy buenas ganas supongo, se le ocurrió que ya era hora de devolver el reinado femenino al poblado Esperanza entonces un periodista compartía en su blog: “Con la corona recién colocada en las sienes Eileen Beatriz, trabajadora del departamento de Recursos Humanos de la empresa de Tabaco Torcido, declaró a Vanguardia que al principio veía bien remotas sus posibilidades de ganar porque las otras candidatas eran muy bonitas, con mucho carisma y sobre todo más jóvenes que ella”.

Algo no marcha bien en la Cuba revolucionaria. No me explico cómo una trabajadora, una proletaria, puede ser reina de belleza. Y cómo la instancia de Gobierno del municipio pudo apoyar tal evento. Sin embargo, mi verdadera preocupación es cómo a un periodista revolucionario, que trabaja en el órgano del Partido en la provincia de Villas Clara, le puede interesar reportar sobre un evento como éste sin al menos cuestionárselo.

No obstante, lo que le puso la tapa al pomo a este tema de la reproducción del sexismo en los medios de prensa, en días recientes, fue el reportaje sobre natalidad en la sección ‘Cuba Dice’, del Noticiero Nacional de Televisión, que pertenece…. aaaaaaaaa ¿a quién? ¡También al Partido Comunista!

Pues como decimos en Cuba, “nos dieron pollo por pescado”. Con tantos años de investigaciones acumuladas en gavetas y tantos manuales de periodismo con enfoque de género escritos y compartidos y aun nos siguen echando la culpa de la baja natalidad, del envejecimiento poblacional y no dudo que ahorita nos culpen del cambio climático.

“Tener un hijo ha de ser la mayor aspiración de cada pareja” es la primera frase que pone en su boca la periodista encargada de abrir la sección. Sin comentarios. Bueno sí, un comentario: mi pareja es una mujer, tengo entonces, según esta periodista, la aspiración de tener un hijo (en realidad prefiero hija). ¡Súper! Cuba, donde aún las lesbianas no tienen acceso a la reproducción asistida, parece que está cambiando…

A las mujeres nos siguen echando la culpa de la baja natalidad, del envejecimiento poblacional y no dudo que ahorita nos culpen del cambio climático

Y es que me llama la atención que, de inicio, sólo se entrevistan mujeres y madres cuando estamos hablando de una cuestión que implica a la sociedad por entero. La baja de natalidad no es culpa de las personas individuales. La demografía, la sociología, la economía, entre otras ciencias sociales, llevan años explicando este fenómeno inherente a la sociedad en desarrollo, pero las periodistas no se enteraron.

Pero, por supuesto, más adelante aparece un médico (macho, varón, masculino) hablando de por qué las mujeres cubanas no quieren parir. Me pregunto si no hay especialistas mujeres de igual rango y nivel de conocimientos. (Ya hemos visto en Cuba por programas televisivos abordando el tema del dolor en el parto y la persona entrevistada ha sido también un medico hombre). Pareciera que las mujeres no estamos legitimadas para hablar de nuestros propios cuerpos.

El otro másculo que aparece en el reportaje se queja de en las tiendas cubanas no hay ropa para bebitos varones. Bien repartidos están los roles de género en este reportaje.

Sin embargo, lo realmente explosivo es cuando tocan el tema del aborto, como práctica que conduce a la baja de la natalidad. Por favor,  ya lo dije en una ocasión: ¡dejemos el aborto en paz! Si usted no quiere abortar no lo haga, pero no es justo que una mujer le diga a otra en horario estelar (durante el noticiario más importante del país, por no decir el programa más visto, aun por la gente que no ve la televisión en Cuba): “Yo les digo que si ya decidieron arriesgarse y no protegerse y ya lo tienen ahí, que ya lo tengan”.

Y es que no queda otra, tenemos que tener una ley de medios ya. Definitivamente lo pro-activo no funciona. Pasemos entonces a lo coercitivo.

 

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