“La censura puede despertar la fantasía y la imaginación”

“La censura puede despertar la fantasía y la imaginación”

Aintzane Rincón (Basauri, 1979) tiene un currículum que quita el hipo. Es doctora en Historia Contemporánea por la Universidad del País Vasco, pero su situación laboral es precaria e inestable. Rincón es una friki de la universidad, disciplinada y entusiasta. Ha titulado su tesis 'Representaciones de género en el cine español (1936-1982): Figuras y fisuras'. Sólo una cinéfila empedernida puede haber analizado 212 películas. Cada film, de media, dura 50 minutos. Aintzane Rincón ha estado 10.600 minutos delante de la pantalla atenta al más mínimo detalle.

En la imagen, Aintzane Rincón

En la imagen, Aintzane Rincón

¿Cómo era el cine franquista?

El cine ideológicamente más cercano al franquismo evolucionó con el propio régimen. En la posguerra, el más afín fue el cine de cruzada: eran películas pensadas para que la población sintiera simpatía con los vencedores. A lo largo de la dictadura, las formas cambiaron mucho. En los sesenta, las películas musicales ofrecían una visión alegre y optimista del presente desarrollista del país. Eran producciones en las que niñas rubias, guapas y cantarinas, como Rocío Dúrcal o Marisol, acompañaban a señores de avanzada edad y con muy mal genio. Parecían más simplonas, pero eran igual de ideológicas.

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Pero, ¿tenía alguna característica?
Sí, toda la producción estuvo controlada por los diferentes gobiernos. Esa era su voluntad: controlarlo todo, pero también evolucionaron las formas.

¿El control fue a menos?
No, era diferente. La censura no desapareció oficialmente hasta 1977 y la normativa, que era muy ambigua, sufrió pocos cambios a lo largo de cuarenta años. El aperturismo, al menos en el cine, se refiere a una mayor permisividad en la exhibición del cuerpo femenino desnudo. Fíjate que identificamos la transición y el acceso a la democracia con el cine del destape.

¿Y además del control?

Era un cine cambiante y muy ingenioso.

¿Ingenio para evitar la censura?
La gente era muy consciente de ella. La censura puede despertar la fantasía y la imaginación. Por muy duro y restrictivo que sea un régimen, nunca puede conquistar lo más íntimo de las personas y ahí está la fantasía.

¿Qué papel jugaba el cine para el régimen?
Sabían que era un arma muy poderosa. Al terminar la guerra, el cine tenía una clara voluntad ideológica para socializar a la población en determinado orden social, de género, de clase. Esta voluntad perdura durante toda la dictadura, pero evoluciona. ¡Fueron 40 añazos!

Raza está basado en un guión de Franco, ¿qué pistas da de cómo imaginaba la sociedad?

Es una película de cruzada, contextualizada en la Guerra Civil. En ella, Franco dio rienda suelta a su fantasía y escribió la historia de una familia que a él le parecía idílica. Es una familia de dos hermanos y una hermana. Uno de ellos, dicen, es el álter ego de Franco, casualmente está interpretando por Alfredo Mayo. ¡Ya le hubiera gustado a Franco!

Cartel de 'Raza', película dirigida por Francisco Franco

Cartel de ‘Raza’, película dirigida por Francisco Franco

De sexualidad en el cine franquista ni hablamos, ¿no?
Sí, pero desde diferentes lenguajes. En la posguerra parece que el sexo no existe, pero no es verdad: aparece en distintas representaciones. A lo largo del franquismo, desde diferentes formas de expresión, se habla de sexo. Igual nosotras estamos acostumbradas a hablar de una manera muy explícita: en la cama, heterosexual, coitocentrista. ¿Todo lo que no es eso es ausencia de sexo? Claro que no.

¿Y alusiones al lesbianismo?

Un ejemplo explícito puede ser Me siento extraña de Enrique Martí Maqueda, pero no hay representaciones del lesbianismo como identidad. Aparecen representadas relaciones entres mujeres, más o menos eróticas, en el cine de terror del tardofranquismo y la transición. Antes estaba presente a través de la metáfora y la elipsis. El público y su posibilidad de interpretar. Más adelante, aparecen las películas catalogadas como ‘cine S’, que son una peculiaridad del cine español. Esas mismas películas en otros países podían catalogarse como X, pero aquí se emitían en cines comerciales aunque no eran aptas para todos los públicos.

¿Por qué en el cine de terror?

Entiendo que todas esas representaciones de relaciones entre mujeres de forma terrorífica tienen que ver como la ansiedad que esas relaciones creaban en  parte de la sociedad. Algo que fue calando y que no sé si nos hemos secado.

¿Qué papel jugaba el cine en la creación de estereotipos de género?
Era el único terreno de ocio, sobre todo para las mujeres. Fue la gran fuente de creación de modelos.

¿Cómo evolucionaron estos estereotipos?
No es lo mismo una mujer de 1940 que de 1969. En la posguerra, los márgenes eran muy estrechos: los cuerpos femeninos y masculinos estaban totalmente politizados por el nacionalcatolicismo. Ser mujer significaba ser madre. En los años sesenta, el abanico de las posibilidades se amplía. La mujer y el cuerpo femenino se definen por la maternidad, pero también modifican algunas leyes y las mujeres de clase media empiezan a salir al espacio público. Estéticamente también se producen cambios porque, ligado a los modelos de consumo de los sesenta, empieza a verse mejor, por ejemplo, que las mujeres se cuiden.

¿La ficción puede imponer modelos?
Sí, pero no me gusta mucho eso de “imponer”. Puede ser, pero a la vez es la herramienta perfecta para la fantasía y la fantasía nos da un poder brutal. Soñar me da mil herramientas para disfrutar de la vida y eso, en determinado contexto, puede ser muy subversivo. Todo lo que imponga algo es una mierda. En cualquier caso, ¿la visión dominante del mundo no viene impuesta por las ciencias objetivas? Las que te dicen que esto es inapelable. Los de los microscopios que dicen que esto es así y punto.

¿Cuál es la función del cine?
Entretener, soñar. Soñar es genial. A mí me encanta soñar.

¿Pudo Franco controlar la creación cinematográfica por completo?
El poder nunca es todopoderoso.

¿Aquello que no pudieron controlar es a lo que tú llamas en tu tesis “fisuras”?

No. Franco en sí podía haber sido una fisura porque ésta existe en todos los modelos. Ahí es cuando le doy la posibilidad de autonomía al público. El contexto discursivo es lo que hace posible que la lectura que realiza una persona de determinada película pueda ser una fisura en algo modélico. ¿Por qué? Porque la fisura es la posibilidad interpretativa que ofrece una película al entrar en contacto con determinado espectador o espectadora.

Entonces, ¿las fisuras no eran estrategias para hacer frente a la censura?

No. No necesariamente.

Explica la idea.

El cine popular recurre con mucha frecuencia al lenguaje esquemático, maniqueo, que pretende ofrecer realidades en blanco o negro, bueno o malo. Siempre aparece un modelo con el que deberíamos identificarnos, y a su lado, otro que amenaza el orden. Es necesario para que se de la victoria de lo modélico. La idea de fisura se refiere también a que todos los modelos, a pesar de haber sido creados con determinada voluntad, al entrar en contacto con el público pueden ser interpretados de manera distinta, y ser asumidos, apropiados o rechazados. El cerebro puede imaginar cualquier cosa imaginable. Este posicionamiento teórico nos permite pensar también en un público creativo,  que no tiene por qué asumir de forma pasiva la voluntad del creador.

 Por ejemplo, esta escena es claramente subversiva.

La película era válida para el régimen, pero incluso las más proclives a coincidir con su ideología pueden dar posibilidades a la resistencia. En los años sesenta, el cine y la sociedad están dialogando continuamente. No es espejo estático de la sociedad: construye y es construido. Ahí es donde creo que esta película, en cierto modo, se hace eco de algo que estaba ocurriendo; pero introduce la posibilidad para acabar con ella. El personaje que interpreta Concha Velasco, que reniega de ese tipo al que está llamando carcelero doméstico, se casa después. La fisura es una posibilidad discursiva.

Un-beso-en-el-puertoPero-en-que-pais-vivimos¿Por qué es importante hablar de estas fisuras?
Es una forma de hacer historia. Las personas que iban al cine no eran simples consumidores que se tragaban lo que les daban y punto. La última palabra la tiene la audiencia.

¿Una película con muchas posibilidades de ser interceptada como fisura?
Pero, ¿en qué país vivimos?, de Concha Velasco.

¿La película perfecta para el régimen?
Juicio de faldas, de Manolo Escobar y Concha Velasco o Un beso en el puerto también de Escobar, en la que canta una canción que es todo un manifiesto a favor del piropo. Pero es tan exagerada, que puede ser incluso una fisura.

¿Una película especial para ti?
Función de noche de Josefina Molina

¿Por qué?
Porque hace un recorrido por todo el franquismo a través de la biografía de Lola Herrera. Es un diálogo de Herrera con Daniel Dicenta, en el que tratan los temas que más me interesan a mí: maternidad, sexualidad, educación. Es un testimonio subjetivo, pero que puede coincidir con el de muchas mujeres de su generación. En la transición todo se desmorona. Es un testimonio muy rico.

¿Cuántas veces la has visto?
Muchas.

¿Cuántas?
Veinte o treinta veces.

 

Puede interesarte: “Lo personal es cine. Reseña sobre ‘Fotogramas de género. Representación de feminidades y masculinidad es en el cine español (1977-1989)’ de María Castejón Leorza

 

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