¡Quítame ese mito para ponerme yo!
Orgasmos vaginales, gatillazos... Abordamos preocupaciones recurrentes en las relaciones heterosexuales
¡Hola, Mónica! Estoy iniciando una relación con un chico y, a pesar de que disfrutamos mucho del sexo, hay algo que me preocupa. Estoy convencida de que soy clitoriana porque nunca he tenido un orgasmo con penetración (masturbándome no tengo problema) y, según él, no pasa nada pero últimamente ha tenido algún gatillazo y cada vez tenemos menos encuentros sexuales para evitar pasar el mal rato. A mí me preocupa que esos gatillazos se deban a no tener orgasmos vaginales. ¿Es posible? Maitena.
¡Hola, Maitena! No sé si me ha quedado clara tu duda… ¿Sería que no tienes orgasmos vaginales? ¿O que sospechas que puedes ser responsable de que tu pareja tiene gatillazos? Con respecto al tema de los orgasmos vaginales, es sorprendente la cantidad de dudas que nos plantean sobre ello las chicas heterosexuales. Lo tratamos en el artículo el Orgasmo vaginal y La intensidad de los orgasmos. A modo de resumen, existe un solo tipo de orgasmo. Me explico: El orgasmo es la respuesta neurovegetativa que el organismo produce a los estímulos generados en la fase de excitación de la respuesta sexual humana. Dichos estímulos pueden ir desde la estimulación física en aquellas partes del cuerpo con terminaciones nerviosas (es decir, casi la totalidad), a las palabras, jadeos, etc. hasta la estimulación mental mediante fantasías… ¡e incluso sueños! Cuando la estimulación es en la vagina, también se estimula el clítoris, puesto que éste inerva casi la totalidad de la vulva. Bien es cierto que hay algunas mujeres cuyo orgasmo se desencadena por la estimulación directa de la vagina e indirecta del clítoris, pero sigue siendo el mismo orgasmo sólo que con diferente lugar de estimulación. ¿Puede sentirse distinto?
¿Qué sentido tiene seguir manteniendo como práctica principal y medida de “normalidad” al coito?
Efectivamente, al igual que se puede sentir diferente dos orgasmos estimulando el clítoris, puesto que no hay dos momentos iguales. ¿Mejor o peor? Depende de cada quien, puesto que cada persona, afortunadamente, es un mundo. El problema viene cuando nos etiquetamos en vaginal o clitoriana, porque entonces, si tú eres clitoriana… ¿cómo llamaríamos a las personas que tienen orgasmos en sueños?
En realidad, no existen mujeres vaginales o clitorianas, existen mujeres que disfrutan sea de la manera que sea. La distinción entre mujeres clitorianas y vaginales tiene su origen en la teoría de orgasmos maduros e inmaduros de Freud… pero la tradición falocéntrica y coitocéntrica de la sexualidad viene de mucho antes, cuando el objetivo del sexo era la reproducción y todas las opciones fuera de dicha práctica eran consideradas pecado. Así pues, si había una práctica considerada como la única buena (el coito) había que armar todo un tinglado que sustentase esa prioridad. El problema viene cuando lo arrastramos a la actualidad y, en el terreno de la sexualidad, seguimos manteniendo esquemas totalmente desfasados pero disfrazados de modernidad. Actualmente, aparte de procrear, otro de los objetivos del sexo es disfrutar, entonces: ¿Qué sentido tiene seguir manteniendo como práctica principal y medida de “normalidad” al coito?.
La responsabilidad es de la creencia y, afortunadamente, las creencias pueden modificarse; y ahí sí, tanto tú como él, sois responsables
Con respecto al coloquialmente llamado “gatillazo” (descenso de la erección una vez iniciada ésta), sus causas pueden ser físicas o psicológicas. Centrándonos en las psicológicas, puede ser debido a varias opciones: se puede producir bien por ansiedad anticipatoria, es decir, se va previendo aquello que se considera negativo, centrándose más en el futuro que en el momento presente; bien por la tensión del desempeño, que parte de la creencia de que el hombre es el que tiene que desencadenar el placer en la mujer (asociándolo sólo a orgasmo) y, si está no lo tiene, es porque algo está haciendo él mal. Puede haber más motivos psicológicos, pero la mayoría están sustentados sobre el gran mito heterosexual de que el hombre y el pene son los autores del placer de la mujer y tienen que ser aguerridos guerreros que sepan moverse con facilidad, sabiendo todos los trucos de antemano, para así aprobar el supuesto examen que los calificará como suficientemente hombres. Y, por supuesto, bajo todo mito está la creencia de que todas las personas sienten igual; causa directa para suspender el supuesto examen.
Sin metas ni notas, simple y llanamente disfrutando con lo que está pasando en el momento
Lo que está claro es que el sexo, y en este caso el heterosexual, está plagado de mitos/mentiras que favorecen un enfoque reduccionista de cómo se debe disfrutar de la sexualidad. Y todo partiendo de una base totalmente genital donde el objetivo es cumplir con lo que, supuestamente, es normal (y recordad lo que pasa cuando se quita la L a normal). Es como si el pene y la vulva fuesen por libre y el resto del cuerpo fuese un simple attrezzo, cuando en realidad nuestras creencias son el mayor órgano sexual que existe. Desde el punto de vista de los mitos, efectivamente, el que tú no tengas orgasmos vaginales es la causa de que él tenga gatillazos; pero en realidad no es porque tú no tengas ese tipo de orgasmos inexistentes, sino por la creencia de que existen y tendrían que producirse con su pene. La responsabilidad es de las creencias y, afortunadamente, pueden modificarse; y ahí sí, tanto tú como él, sois responsables.
¿Y cómo superar los mitos? Bajando al cuerpo, experimentando qué es lo que le gusta a cada cual, atreviéndose a indagar y a jugar. Sin metas ni notas, simple y llanamente disfrutando con lo que está pasando en el momento.