¡Señoras, a disfrutar!

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Delirium tremenda cuenta su sorpresa como feminista que descubre el BDSM

delirium tremenda

“Experiencias sexuales no normativas…” Seguro que cuando estaba viviendo algunos de los momentos más excitantes, más divertidos, estimulantes, gamberros…de mi vida sexual, no se me pasó ni un momento por la cabeza “uy, estoy viviendo una experiencia sexual no normativa” pero para contextualizar, me parece una nomenclatura fenomenal, así que allá voy.

Yo de estas he tenido unas cuantas. Pero como para contárosla, creo que decantaré por mi experiencia con el BDSM. Y me decido por esta porque aunque ahora parece que se está visibilizando mucho, incluso poniéndose de moda, al menos, en los mundetes feminarras (ou yea!) aun queda mucho por hablar, descubrir y sobre todo desestigmatizar (toma palabro!).

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Y es que claro…en el BDSM entran en juego roles de poder…dominación…sumisión…y eso, hace que las manos se nos vayan a la cabeza. Más si eres mujer, feminista y tu rol en el juego es el de…sumisa!! Menuda incoherencia, no?? Pues no, nada más lejos.

El BDSM, siempre y cuando se practique bajo las máximas que promulga (sano, seguro y consensuado) y por supuesto, te apetezca, es una de las experiencias sexuales más excitantes que conozco. Poner en juego límites, los tuyos, los de la imaginación, los de la (s) otra(s) personas que participen, dar, quitar, recibir…dejarte llevar, poner confianza, conseguir que confíen…Tu cuerpo y tu mente se ponen en juego (de forma segura, repito) las sensaciones físicas dan un pasito más allá de lo “permitido” (solo un pasito…o todo lo más allá que tu desees…) y las emociones también.

Y luego, el respeto. Yo no he sentido en mi vida más respeto que en el mundillo del BDSM. Las personas que lo practican (no me canso de decirlo, cuerdas y sanas) conocen unas reglas de intercambio. Se pregunta, se acuerda, se establecen límites, y después, a volar. A ver en que bar, discoteca o fiesta “vainilla” (osea, las no BDSM, las “normales”) os habéis sentido absolutamente respetadas, que nadie os haya puesto una mano encima u os haya propuesto algo con el máximo cuidado y respeto. Y luego, si, las prácticas serán cachetes, azotes, bondage, pinzas…lo que sea. Pero como defiende el pornoterrorismo “Por el derecho a ponerme cachonda con lo que me de la gana”. Siempre con cuidado, cariño, respeto…

Y en cuanto a la crisis (que puede sobrevenir, perfectamente) de “y a mi de donde me viene esto-al final soy una esclava del patriarcado-haciendo de sumisa o todo lo contrario, pero lo mismo es-ay madre mia, estoy perdida”) el antídoto es facilísimo. Querida, no estás perdida si no que estás ubicadísima. Estás lo suficientemente empoderada como para conocerte, verte y escucharte sin miedo, atreverte a llevar a cabo tus fantasías, tus deseos, conocer tus límites, exigirlos, y disfrutar de ellos. Y de romperlos, si te apetece.

Y para terminar, una lanza a favor del criticadísimo “50 sombras de Grey”, y me explico. Se ha dicho de todo. Del pobre libro, que es solo un libro! Que si es apología de la violencia….que si es porno para mamás… que si es antifeminista…pues que queréis que os diga. Si miles (millones?) de mujeres, amas de casa o no, se han puesto berracas con el libro, a niveles que nunca imaginaban, se han hecho unas pajas maravillosas a cuenta del libro o se han atrevido a dar un paso en sus fantasías sexuales…bendito libro. Será que el BDSM algo tiene…o que todas tenemos un poquito de BDSM dentro. La que no, no pasa nada. La que lo sienta… ¡¡¡señoras, a disfrutar!!


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