¿Me violaron?
Anónimo
Yo tenía quince años, empecé a salir con un chico de dieciocho, era mi primer novio y la primera persona con la que tenía una relación erótica de cualquier tipo. Yo por aquel entonces era una chica muy tímida, muy pudorosa y que tenía muchísimos tabúes respecto al sexo.
Él en cambio era […]
Anónimo
Yo tenía quince años, empecé a salir con un chico de dieciocho, era mi primer novio y la primera persona con la que tenía una relación erótica de cualquier tipo. Yo por aquel entonces era una chica muy tímida, muy pudorosa y que tenía muchísimos tabúes respecto al sexo.
Él en cambio era muy lanzado, cuando estábamos en momentos de intimidad, a parte las primeras veces, no pedía permiso a la hora de “ir a más”: no era brusco o violento tampoco, simplemente era insistente.
Cuando llevábamos tres meses empezó a plantearme la idea de tener una relación sexual. Tanto él como yo éramos vírgenes. Yo no quería, pero él insistía sobre ello en las que se resolvían como largas conversaciones monotemáticas al respecto, en las que me bombardeaba todo el rato con cosas como “pero es que tú eres especial para mí”, “no eres una cualquiera, quiero hacerlo sólo contigo” etc, a lo que yo respondía que no quería, que más adelante cuando me sintiese preparada.
Estuvo más o menos un mes dándome la tabarra de esta forma. Y durante este tiempo empezó a ser cada vez más brusco, por ejemplo en los momentos de intimidad me empezaba a quitar la ropa sin mi permiso, me “guiaba” las manos hacia dónde él quería que le tocase etc.. A mí eso en un primer momento me chocó y me provocó una sensación de repulsión tremenda. Poco a poco me acostumbré.
Así pues, al mes de tener este tipo de comportamiento (también cabe decir que era sumamente cariñoso, me hacía regalos y todas esas cosas que se suelen hacer cuando sientes que tienes que compensar a la otra persona por algo) me confesó que me había sido infiel con otra. A mí esto me dolió mucho, pero lo perdoné.
A los pocos días de confesarme su infidelidad, estando yo en un momento de bajísima autoestima y de fragilidad emocional por ello, quedamos para ver una película en su casa. Durante la película empezamos a liarnos etc. Empezó a quitarme la ropa y a quitársela él, hasta que estuvimos en ropa interior los dos. Me preguntó si quería “hacerlo”. Le dije que no. Seguimos liándonos.
Pero él me metía las manos por debajo de las bragas y se empezaba a bajar los calzoncillos.
Me volvió a preguntar que si quería hacerlo, le dije que no.
Se puso un condón, “por si acaso”, dijo.
Pero, ¿Por si acaso qué?
Volvió a preguntarme que si quería hacerlo. Muchas, muchas veces más.
Cedí, por puro cansancio, por agotamiento. Había estado dándome la lata con eso todo ese mes, me había puesto los cuernos y yo sentía que iba a dejarme o que iba a preferir a la otra (una chica de su edad). Así que cedí.
Recuerdo que no sentí absolutamente nada. Ni placer ni dolor. Era como si no sintiese mi cuerpo. Como si no tuviese cuerpo en absoluto.
Después me sentí mal.
Y justamente porque mi primera reacción tras terminar fue la de ponerme a llorar enterré todo esto durante muchos años. Le quité importancia. No era para tanto, la virginidad está sobrevalorada (que lo está). No pasaba nada. Al fin y al cabo yo había acabado diciéndole que sí. Era sexo consentido pues. Era mi novio. Los novios hacen estas cosas, follan con sus novias. Era todo normal. Todo como debía haber pasado.
Por aquel entonces iba al psicólogo (tenía problemas de depresión), le conté que había tenido mi primera experiencia sexual. Me preguntó qué tal había sido. Me limité a decir “Bueno, sí, está bien. No es para tanto, no sentí nada especial”.
Al cabo de unos meses más lo dejé con mi novio, habíamos desarrollado una vida sexual normal y no volví a pensar en todo eso en muchos años.
Ahora tengo diecinueve años y llevo un tiempo pensando en todo eso. Con la distancia de los años es más fácil tener una visión objetiva de las propias experiencias.
Pero sigo sin entender bien una cosa, aquel día, ¿me violaron?