Acoso
O.
Quiero contar una historia que no hace mucho me ha ocurrido. Entiendo que esta página y la difusión que tiene son una gran puerta para denunciar episodios de acoso y agresiones que la justicia no es capaz de asumir.
Es una puerta para otra clase de denuncias, las nuestras para con el mundo machista, un mundo […]
O.
Quiero contar una historia que no hace mucho me ha ocurrido. Entiendo que esta página y la difusión que tiene son una gran puerta para denunciar episodios de acoso y agresiones que la justicia no es capaz de asumir.
Es una puerta para otra clase de denuncias, las nuestras para con el mundo machista, un mundo de miradas lascivas, de invasiones del espacio vital, de manos demasiado largas, de incomodidades, de mensajes, de golpes, de violaciones.
Y yo como mujer, formo parte del gran grupo que hemos sufrido una agresión por parte de un hombre.
Resultó en mi casa, resultó una noche. Yo comparto departamento, un dato que quede claro. Había gente conocida… todo el mundo era conocido… Yo decidí acostarme, estaba cansada. Me meto en mi habitación, cierro la puerta y me acuesto. Seguido me quedé dormida.
Despierto al de una hora en mi cama sintiendo que alguien me está abrazando..abro los ojos y me encuentro a un familiar de mi compañero de piso en mi habitación, en mi cama….sin mi permiso, otro dato, el fundamental, del que quiero dejar constancia. Suerte que el desgraciado estaba vestido… Vestido y borracho me expone mil excusas para intentar explicar porque estaba en mi cama, porque había entrado en mi habitación sin mi permiso.. Automáticamente le tiro de la cama, le ordeno que salga de la habitación..
Podía haberle hecho tantas cosas..sin embargo, no le hice nada, solo un empujón y fuera de mi cama. Pienso que se hubiera merecido una gran paliza, si, se la tenía que haber dado.
Y bueno, la justicia, esa que dice que vela por la ciudadanía, esa que es tan injusta, no entiende de acosos..si no eres violada y agredida todo queda en anécdota desagradable. Si no lo cuentas, todo queda en silencio. Se queda ahí dentro, moviéndote las entrañas, te crea rabia, odio, demasiadas sensaciones.
Así que en vista de que la justicia no es capaz de juzgar a todos los agresores que andan por la vida paseando con sus ( y tus) derechos, me he tomado la libertad de denunciar en este espacio lo ocurrido. Cuando se publique, también se lo haré llegar a el de la manera mas publica posible; porque esto no debe quedar en círculos cerrados ni debe ser obviado por nadie, porque esto nos puede pasar a cualquier mujer solo por el hecho de serlo; porque no son anécdotas que se tengan que olvidar con el paso del tiempo. Es mas grave que todo ello.
Y mientras la justicia no nos de las herramientas que necesitamos para que esta gente reciba lo que merezca ( sin pararme a concretar que debiera ser), debemos seguir castigando socialmente cualquier actitud que vaya en contra de nuestra libertad, sea cual sea, sea donde sea.