Mujer en guaraní se dice revolución

Mujer en guaraní se dice revolución

La plataforma de mujeres progresistas y feministas Kuña Pyrenda prepara la conquista de la presidencia en las elecciones de Paraguay 2013, un reto a la historia y el machismo. Reportaje y fotos de Jairo Marcos desde el país sudamericano.

Texto: J. Marcos
13/03/2012

El grupo reunido en Caacupé parecía escaso frente a las dimensiones de la nave, una metáfora de la mujer en la política paraguaya./ J. Marcos

 

“Somos las mujeres y proponemos avanzar”. Paraguay es uno de los pocos países de América del Sur donde ninguna mujer ha ejercido aún la presidencia ni la vicepresidencia. Y las mujeres han dicho basta: “Hoy ya no hay excusas. Estamos preparadas. Queremos participar y tenemos la fuerza necesaria para construir un proyecto político profundamente transformador”. Por eso el 1 de octubre de 2011 firmaron el Manifiesto de http://www.kunapyrenda.org/, expresión guaraní que significa Huellas de Mujer y que da forma y cobijo a la plataforma que perfila estas líneas: “Somos las mujeres y proponemos avanzar”. Sus palabras retumban desde entonces por las entretelas de la historia paraguaya, que recoge el dudoso honor de ser el último país del continente donde las mujeres adquirieron el derecho al voto (1961).

El 14 de mayo de 1811 estalló el movimiento revolucionario que culminó con la independencia del poder español. Han pasado muchos años desde aquella gesta, más de doscientos, y las mujeres esperan todavía su turno político. Fernando, Nicanor, Luis, Raúl, Juan Carlos, Andrés, Alfredo, Tomás, Federico, Felipe, Raimundo… sólo hombres copan la lista presidencial. De principio a fin. Kuña Pyrenda propone precisamente transformar esa realidad, a partir de un programa alternativo por el que una mujer sea presidenta en 2013. La primera presidenta de Paraguay.

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Fue el pasado 8 de marzo, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, cuando presentaron de forma oficial la dupla elegida por votación interna para la presidencia (Lilian Soto, exministra de la Secretaría de la Función Pública, cargo al que renunció al poco de resultar elegida para no caer en “una falta de ética”) y la vicepresidencia (Magui Balbuena, militante campesina). El nombre de las dos candidatas, el único aspecto en el que han centrado sus miradas los medios de comunicación hasta que se desveló el secreto, es un tamiz menudo que no esconde los principios básicos de la plataforma: “Nos identificamos con la izquierda y con el feminismo; nos unen las ideas de transformar los esquemas de opresión y dominación, avanzar hacia la justa redistribución de la riqueza, la igualdad de oportunidades, y la construcción de una sociedad sobre la base de la paridad, la inclusión, la no discriminación, el pleno goce de los derechos humanos y el buen vivir”, confirma su carta de presentación.

El camino no ha sido fácil. Empieza a finales de 2010, cuando las cuatro ministras del actual Gobierno de Fernando Lugo (Esperanza Martínez, Gloria Rubín, Lilian Soto y Liz Torres) deciden dar un paso más en sus habituales reuniones en petit comité. “Se formó entonces un grupo de diez mujeres que en la siguiente cita fueron treinta, luego cuarenta… y así hasta llegar al primer centenar, momento de plantearse en serio la creación de un movimiento político pensando en todo el país”, explica Gabriela Schvartzman, del equipo político de Kuña Pyrenda.

Las asistentes registran su nombre al final de las charlas, para recibir el reembolso del pasaje./ J. M.

Machismo en la política paraguaya

Las jornadas de formación y debate se han sucedido desde entonces a lo largo y ancho del Estado; un Paraguay de 6,3 millones de habitantes concentrados en las áreas urbanas (3,7 millones), según los últimos datos publicados por la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos. Y un Paraguay en el que el voto de las mujeres representa prácticamente la mitad del electorado aunque su presencia en cargos de rango ministerial a penas supera el 20 por ciento, según los estudios realizados por Mirtha Rivarola, oficial de Género y Adolescencia del Fondo de Población de Naciones Unidas. La presencia femenina en la Cámara de Senadores (15,5 por ciento) y la de Diputados (12,5 por ciento) corrobora la hiperrepresentación varonil.

La mujer paraguaya sigue soportando situaciones de inferioridad, desigualdad, inequidad y violencia con respecto a los hombres, como revelan las cifras tanto de instituciones estatales como de organismos internacionales. Sucede sobre todo en el ámbito rural, donde la cultura es más tradicional. Pero los porcentajes son prescindibles para darse cuenta del contexto cultural; lo ilustra una anécdota que acompaña estos párrafos. A las puertas de una facultad de Ciencias Políticas, una de tantas, un paraguayo, uno de tantos, se sorprende de las intenciones del periodista: “¿Una mujer experta en política? Puedo ponerte en contacto con hombres que saben mucho. Pero una mujer…va a estar complicado. Las mujeres, en política, menos y nada”.

Galeano Perrone es analista político, “ni de izquierdas ni de derechas, pragmático. Digo las cosas como son, aunque no suenen bien”. Y dice lo siguiente: “Quiero mucho a las mujeres y siempre las tuve a mi lado. Primero, tuve una gran madre; llevo además cuarenta años casado y tengo tres hijas y una nieta. Y en la religión católica apostólica soy profundamente mariano. Dicho esto, no se puede hacer nada fuera de la cultura. La mujer ha evolucionado pero no sé si estaba mejor antes que ahora. Por ejemplo, mi esposa sale a las siete de la mañana a trabajar mientras que mi mamá no trabajó nunca fuera de casa y se quedó al cuidado de los chicos. ¿Quién es la que ganó?”. Durante varias etapas de su vida, Perrone compartió la teoría con la praxis, entre otros cargos, como ministro de Educación en tres ocasiones diferentes y con gobiernos de muy distinto signo, incluido el actual.

‘Plataforma’ y ‘espacio de encuentro’ son las expresiones a las que recurre Kuña Pyrenda a la hora de autodefinirse. Porque no es un partido, al menos, de momento. Se trata de una articulación de mujeres de procedencia política diversa: movimientos sociales y campesinos, representantes indígenas, activistas, líderes comunitarias y, sobre todo, mujeres hartas de quedar siempre relegadas por cuestión de género. La formación incluye también, aunque de forma minoritaria, la indignación de mujeres de base de los dos colores hegemónicos en la política paraguaya: el rojo del Partido Colorado (ANR, de tendencia conservadora y nacionalista; dirigido entre 1954 y 1989 por el dictador Alfredo Stroessner) y el azul del Partido Liberal (PLRA, amalgama de corrientes liberales).

Pudiera incluso darse el caso de que una kuña pyrenda fuera electa por el partido al que pertenece pero no por ello dejara la plataforma. “Kuña Pyrenda es una estrategia que tenemos las mujeres para cambiar la historia, pues las que hemos participado ya en procesos electorales sabemos que, a la hora de elegir los candidatos, siempre quedamos relegadas. Aunque se pongan mecanismos formales de cuotas, de paridad, de lo que sea. Hay mujeres que no tienen la oportunidad simplemente por ser mujeres. Y en Paraguay la adscripción a un partido político no es ideológica, sino que muchas veces es una cuestión de tradición; porque tu abuelo y tu padre apoyaron a tal partido, un buen día te das cuenta de que tú también lo apoyas”, desglosa Schvartzman.

Lilian Soto pronuncia sus primeras palabras como candidata a la presidencia de Paraguay./ J.M.

Críticas, recelos y desafíos

La cuenta atrás ha comenzado y la prensa refleja desde hace semanas los primeros codazos de los precandidatos, que pelean la mejor posición de salida de cara a las elecciones presidenciales, previstas para mayo de 2013. El baile de nombres y rumores es una constante mediática: que si Horacio Cartes o Zacarías Irún (colorados), que si Efraín Alegre, Blas Llano o Federico Franco (liberales), que si Carlos Filizzola o Sixto Pereira (Frente Guasú, salvando las distancias, una especie de Izquierda Unida paraguaya). Hombres de derecha y hombres de centro; hombres de izquierda. Hombres.

La concertación de partidos de izquierda y centroizquierda que representa el Frente Guasú (FG) es la que aupó al poder al obispo Fernando Lugo, en coalición con los liberales. La derecha lo considera un bache y la izquierda tradicional espera pesimista repetir la hazaña. “Una derrota colorada es nuevamente posible pero sólo con una cabeza liberal, es decir, que la actual coalición FG-PLRA invierta su relación de poder, con un candidato liberal respaldado por la izquierda”, relata Gustavo Navarro, dirigente del Departamento Central de País Solidario, la formación de tendencia socialdemócrata mayoritaria dentro del Frente Guasú. Los analistas políticos coinciden en la dificultad de repetir aquel momento coyuntural.

Armadas de ilusión, las mujeres de Kuña Pyrenda quieren exprimir el ‘momento Lugo’ para ir más allá; en palabras de Schvartzman, “aprovechar la función bisagra que ha cubierto su figura, permitiendo abrir una puerta cerrada por más de sesenta años. Pero mucho más no le pidas porque no deja de ser un líder coyuntural, fruto más del cansancio de la gente que del propio Lugo. Si no aprovechamos las circunstancias, nosotras seremos las responsables”. Considera que el espacio natural de Kuña Pyrenda es el Frente Guasú. Y reconoce que “solas no vamos a ningún lado. Pero el proceso previo necesariamente lo tenemos que hacer nosotras por un agotamiento histórico. Porque si llegamos con una dupla con legitimidad de diez mil mujeres no nos van a poder obviar. Será entonces cuando nos sentemos a la mesa con las otras organizaciones del Frente. Y después tendríamos la batalla con el Partido Liberal, para reeditar la gran alianza de 2008 pero con nuestras candidatas, rivalizando por último con el Partido Colorado. Somos conscientes del proceso y Kuña Pyrenda es nuestra estrategia”.

La hoja de ruta de Kuña Pyrenda despierta no pocas animadversiones. Algunos alertan incluso de que el único resultado será una mayor división de la izquierda. “Lo que es seguro es que la plataforma perjudica al Frente. Son matemáticas. Ciencia. Es un suicidio electoral”, incide el analista y exministro de Cultura Galeano Perrone. La respuesta la daba la ministra Liz Torres en una plenaria: “Hay gente que quiere hacernos ver que sólo existe una forma de construir la unidad de izquierdas”.

Los recelos llegan incluso por parte de sus compañeros de bancada, el Frente Guasú. Pocos lo admiten públicamente pero las suspicacias se cuelan de vez en vez en las conversaciones. “Conozco a mis compañeros y sé que quieren mantenerse en el poder. Muchos han caído en los mismos vicios que el Partido Colorado”, confiesa el dirigente del Frente Guasú Gustavo Navarro. Y es que en juego está la emergencia de un nuevo liderazgo que, de forma natural, buscará y reivindicará su espacio en el escenario político.

Las mujeres sueñan con meter la cabeza en todos los ámbitos de la política paraguaya. En la imagen, Gabriela Schvartzman./ J.M.

La financiación es otro talón de Aquiles de Kuña Pyrenda. La figura 2×1 del empresario acaudalado y primera figura política es frecuente en Paraguay. Ocurre por ejemplo con el colorado Horacio Cartes, empresario polifacético y dueño del club de fútbol Libertad. En este punto, el analista Galeano Perrone rescata el concepto de ‘estructura’, condición sin la cual ve imposible acceder a la presidencia: “La política depende de la estructura, es decir, de tener la organización suficiente a lo largo y ancho del país. Independientemente incluso de si el candidato es hombre o mujer. Y esa estructura hoy sólo la tienen tres partidos: Partido Colorado, Partido Liberal y UNACE [Unión Nacional de Ciudadanos Éticos, una escisión del Partido Colorado]”.

Frente al modelo de empresario con recursos y haciendo caso omiso a las críticas de quienes les acusan de favoritismo político y de opacidad de cuentas, Kuña Pyrenda defiende su financiación colectiva y voluntaria. “Y para los gastos excepcionales contamos con una red de colaboradores, por ejemplo artistas y gente de la cultura. Tenemos claro que no queremos depender económicamente de nadie. No queremos deber favores y por eso no utilizamos los recursos de ningún partido. El gran reto será cuando tengamos que salir a la escena electoral, que todavía estamos pensando cómo sufragarlo”, añade Schvartzman.

Amaral como banda sonora

Somos demasiados y no podrán pasar / por encima de los años que tuvimos que callar, / por los libros prohibidos y las entradas secretas…” 26 de noviembre de 2011. La mañana es calurosa y los rayos del Sol se cuelan impasibles por entre las ventanas de un local con estética de nave industrial que hace las veces de salón de reuniones. Medio centenar de mujeres y unos pocos hombres asisten a la plenaria departamental de Caacupé, a 54 kilómetros de la capital. Las palabras de la candidata Lilian Soto bambolean y peinan las inquietudes de los presentes en todas direcciones, como el viento de la llanura inclina los trigos, con un discurso en guaraní y en castellano que repite conceptos clave: igualdad, progresismo, equidad, feminismo… El grupo parece escaso frente a las dimensiones de la nave, una metáfora de la mujer en la política paraguaya.

Por todos los que un día se atrevieron a gritar / que la tierra era redonda y que había algo más / que dragones y abismo, donde acababan los mapas…” La escena se repite en Asunción meses más tarde, en unas charlas de formación. Otro medio centenar de personas, esta vez ningún hombre. Y una nueva retahíla de conceptos: diversidad, género, socialismo, masturbación (y nadie se escandaliza), diversidad sexual (y entonces se escucha algún que otro rumor, alguna que otra risa nerviosa: “Todavía no estoy acostumbrada a ciertas cosas. Vengo a aprender, pero poco a poco”, explica una de las asistentes), discriminación…

Por las noches de vacío cuando te ibas a dormir, / esperando que la suerte volviera a sonreír, / con los ojos abiertos esperando un milagro…” El boca a boca ejerce de altavoz difusor para la política de calle de Kuña Pyrenda, que durante semanas ha celebrado reuniones de planificación con el claro objetivo de formar mujeres “pensando en toda la sociedad. Porque presentamos ideas de mujeres y desde las mujeres pero para toda la sociedad”, aclara Lilian Soto. El sentimiento general es que participan de un cambio “que por fin llega”. Son pequeñas dosis de cincuenta en cincuenta personas por encuentro pero el entusiasmo es palpable. Así lo refleja su eslogan: “Es el momento”.

Siento que llegó nuestra hora, ésta es nuestra revolución…” Como banda sonora para su presentación oficial han pensado en Amaral y la canción ‘Revolución’, cuyos derechos de autor persigue todavía el equipo de Comunicación, aunque los acordes suenen ya por estos párrafos. Sueñan con su éxito absoluto, “con tener una presidenta, que no es imposible aunque sabemos que no será fácil. Pero con una suma de situaciones y combinaciones, se puede dar. Michelle Bachelet (Chile), Cristina Kirchner (Argentina), Dilma Rousseff (Brasil)… la confianza que se está depositando en las mujeres para que asuman las riendas de un gobierno es una realidad en nuestra región. Nos preguntamos por qué no en Paraguay, con más razón si cabe cuando somos un país pequeño, más manejable”, termina Schvartzman.

Por todas las canciones que empiezan a nacer / para no ser escuchadas y al fin lo van a ser, / cantadas con rabia por los que siempre callaron…”. En una calle cualquiera de Asunción un paraguayo, uno cualquiera, compra chipa, un pan pequeño típico de Paraguay, a base de almidón de mandioca, queso duro, leche, huevos, manteca y sal. “¿Votar a una mujer? Si no hay ningún hombre válido… pero hay muchos hombres con capacidad suficiente. No sé si votaría a una mujer”. “Revolución. Éste es el día de la revolución”.

Una línea blanca trazada sobre el suelo sirvió de excusa para destapar pudores a la hora de hablar de diversidad sexual./ J. Marcos

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