Queer para principiantes: la cotidianeidad de la Academia
¿Pueden noventa páginas definir una teoría queer perpetrada, idolatrada y deshecha por infinidad de filósofos, activistas y años de poso? Debería dar respuestas, pero Llueven queers, de Coco Riot (Editorial Coco Riot, 2010), plantea preguntas sin interrogantes, con ilustraciones, estética de fanzine y un prólogo entrevistado que es toda una declaración de intenciones.
“No conozco a nadie que corresponda completamente al género que la sociedad le ha impuesto”. ‘Llueven queers’. Coco Riot
Bárbara G. Vilariño
¿Pueden noventa páginas definir una teoría queer perpetrada, idolatrada y deshecha por infinidad de filósofos, activistas y años de poso? Debería dar respuestas, pero Llueven queers, de Coco Riot (Editorial Coco Riot, 2010), plantea preguntas sin interrogantes, con ilustraciones, estética de fanzine y un prólogo entrevistado que es toda una declaración de intenciones.
Para los principiantes -lxs principiantes, perdón-, este juego de pregunta -respuesta sobre la esencia de esta lluvia y su filosofía sería suficiente para saber de qué hablan modernos y postmodernos cuando se definen como queer, cuando hablan de la experiencia transgénero, las relaciones poliamorosas, la identidad sexual, el binarismo y la destrucción de jerarquías que tal vez ni percibían.
Para los avanzados -lxs, lxs-, el placer de encontrarse leyendo un libro como si compartiese esas charlas de media tarde en la sala de Coco Riot adereza la experiencia sensorial y permite ponerle praxis, vida y aliento a una teoría queer en ocasiones demasiado redundante en su concepción, demasiado académica: ¿cómo ama y crea relaciones una persona queer? ¿Cuál es su concepto de familia? ¿Cómo va al baño un/a transgénero? Era el arma necesaria, la cotidianeidad de la Academia. Tal vez no plantee ninguna cuestión nueva para quien podría recitar de carrerilla a Monique Wittig, Judith Butler y compañía, pero avanza nuevas formas de expresión y activismo como el cómic lesbiano, la música queer y el recuperado género del fanzine.
Nuevas formas de expresión y nuevas formas de expresarlas: ¿qué lugar tiene la comunidad hispana y latina en este pensamiento de profunda inspiración anglosajona? ¿Pueden compararse las experiencias bajo distintos prismas culturales a pesar de poder leernos y debatir de hemisferio a hemisferio? ¿En distintas lenguas? Las respuestas, Wittgenstein: “los límites de mi mundo son los límites de mi lenguaje”. Es necesaria este arma, desde el arte y desde un lenguaje próximo, con signos y expresiones reconocibles.
Otra respuesta, Coco Riot: “La acción puede tomar muchas formas, y cada cual necesita ver la que le conviene mejor según su personalidad, sus capacidades y su comunidad. Este libro es una acción en sí […] A veces somos extremadamente exigentes entre militantes y nos olvidamos del placer y de los límites. Este libro también habla mucho de eso”. Hay múltiples respuestas, y todas deben seguir preguntando.
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