Dora María Téllez, una vida en guerra

Dora María Téllez, una vida en guerra

Entrevista a la nicaragüense Dora María Téllez, una mujer que cogió las armas cuando consideró que tuvo que cogerlas, se pasó a la política cuando era necesario y luchó desde la oposición cuando ese espacio le reclamó

07/04/2011
Dora María Téllez

Téllez imparte una clase en el Master de Globalización de la UPV/EHU. Foto de Mª Ángeles Fernández

Muchos titulares. Cuando la nicaragüense Dora María Téllez habla acumula frases de las que hacen pensar. Y también aplaudir. “Reivindicamos sociedades que se comprometan con la multiplicidad del ser humano” o “los migrantes son los héroes del siglo XXI”,  son sólo una pequeña muestra del verbo seguro, desenfadado e impactante de una mujer que cogió las armas cuando consideró que tuvo que cogerlas, se pasó a la política cuando era necesario y luchó desde la oposición cuando ese espacio le reclamó.

A los 20 se convirtió en guerrillera para luchar contra Somoza y fue artífice de la toma del Palacio Nacional de Managua en 1978, un golpe mortal para la dictadura

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Escucharla resulta tan sobrecogedor como hacer un relato de su vida. De estudiante de Medicina pasó a convertirse en guerrillera con tan solo 20 años para luchar contra la dictadura de Somoza en Nicaragua. Conocida como ‘Comandante 2’ fue una de las principales artífices de la toma del Palacio Nacional de Managua en 1978, un golpe que a la postre resultó mortal para la dictadura. Con la llegada al poder del Frente Sandinista de Liberación Nacional, Téllez se convirtió en Ministra de Salud (1979-1990), cargo en el que llevó a cabo una campaña de vacunación que fue reconocida por las Naciones Unidas.

Ahora lucha desde la oposición, desde el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), contra el que fue su compañero y líder en la lucha armada, el actual presidente Daniel Ortega. En medio: huelgas de hambre, estudios de Historia… ¿El próximo reto? Las elecciones presidenciales de noviembre

Los principios del MRS recogen: “Asumimos el compromiso de promover la participación de la mujer en la vida política, social y económica de Nicaragua, en plano de igualdad con el hombre, y desde su propia perspectiva de género (…) Este compromiso significa, también, el (…) derecho a la propia persona, al propio cuerpo, su derecho a la autonomía (…) Las madres de los caídos representan una dimensión de entrega y sacrificio que nos compromete a todos y debemos apoyarlas”.

Una existencia intensa la Dora María Téllez,  de la que asegura que “una siempre tiene más problemas por ser mujer”. Durante una reciente visita a Bilbao, en la que ofreció un par de conferencias sobre la construcción democrática centroamericana y las políticas de cooperación internacional con el istmo americano, la política atendió a las preguntas de Pikara. “Las mujeres siempre tenemos que romper para fuera, pero también para nosotras mismas, porque estamos formadas en el sentido de que no podemos, así que tenemos que romper nuestras propias cárceles interiores”.

Ahora lucha desde la oposición contra su excompañero, el expresidente Ortega, quien ha impulsado la ilegalización del aborto terapéutico, permitido desde hace cien años

Sus palabras, en cualquier contexto, rezuman aromas de lucha, de ruptura de barreras. “No es fácil estar en la lucha armada ni para hombres ni para mujeres, y creo que menos para mujeres. Yo tengo la suerte de haber tenido que vivir la Revolución Sandinista. Eso es una gran suerte, para mí y para mi generación. Tuve la suerte de haber estado en el lugar que he estado haciendo las cosas que he hecho. Reviso el curso de mi vida y siento gratitud hacia las oportunidades que he tenido porque me ha permitido conocer cosas, aportar algo. También eso es un compromiso para luchar por Nicaragua”, cuenta.

Una lucha, como dice, más difícil por el hecho de ser mujer. Y es que, a pesar de los avances conseguidos al respecto durante el primer gobierno de Ortega, su retoma del poder en 2006 supuso importantes retrocesos; algunos tan notables como que después de 100 años de vigencia se ilegalizó el aborto terapéutico.

“El Gobierno de Ortega es ahorita profundamente conservador, se ha perfilado como un gobierno confesional. El orteguismo defiente una filosofía confesional y se declara cristiano. En aras de parecer muy conservadores ellos se han alzado contra algunas cuestiones esenciales en la lucha de las mujeres, como el tema del aborto terapéutico. En Nicaragua tenía cien años de ser legal el aborto terapéutico y ellos han impulsado su ilegalización y además han perseguido a mujeres que abortaron porque tenían cáncer. Después, han perseguido al movimiento autónomo de mujeres, han planteado que los temas de abusos son de familia…”, esgrime Téllez.

“El movimiento de mujeres es vigoroso en Nicaragua; está luchando con éxito contra la violencia de género y está comprometido con la democracia”

Mientras analiza el gobierno de Ortega, la excomandante suelta frases que resumen su filosofía de vida: “Hay que preguntarse ‘¿en qué mundo quiero vivir?’. Y cuando sepa la respuesta hay que luchar por construirlo porque si no voy a vivir en un mundo que alguien decidió por mí”. Y transmite su visión del mundo actual: “Ahora lo que prima es la cultura de la instantaneidad”.

Voz arrolladora, discurso sin silencios reflexivos. “No hay que tener miedo a las utopías. El proceso es fundamental. Las metas van a cambiar. En el proceso fuimos construyendo mejores respuestas. El problema es cuando bajo la tesis de ‘no podemos’ no lo intentamos”, proclamó delante de un auditorio de más de un centenar de personas. Fuera llueve, el desempleo crece, las oportunidades se evaporan y la globalización neoliberal ocupa cada vez más espacios (es la pirmera conclusión a la que se llega si se miran por encima los diarios de información general del Estado español).

“No sé si voy a cambiar el mundo, pero al menos lo voy a voltear un poco”, continúa.

¿Tienen las mujeres en este gobierno de Ortega alguna opción de revolver algo?. “El movimiento de mujeres está peleando muy duro en todos los frentes. Y creo que está siendo bastante exitoso en la lucha contra la violencia de género, que se está colocando en la agenda nicaragüense como un problema grave que la sociedad tiene que afrontar. Y, por otro lado, está comprometido con la lucha por la democracia en Nicaragua. El movimiento de mujeres en general es un movimiento vigoroso, con presencia en los medios de comunicación, con mucha presencia de base social y con muchas líderes de base”.

– ¿Seguirás en la lucha política?

“Sí, siempre”, responde con fuerza. No podía ser de otro modo.

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