Archivo de la autora
De lesbianas y la celebración del amor
Hace un par de 14 de Febreros, caminaba por Compostela con la sonrisa puesta y dos rosas en la mano: una para mi novia, y otra para mi compañera de casa. Pasé al lado de un chico que vendía calendarios, y que me siguió con la mirada mientras estuve en su campo de visión.
Maternidad, ¿privilegio o derecho?
Mientras el movimiento feminista lo está dando todo en defensa del aborto, hay otro ataque frontal a los derechos reproductivos que está pasando desapercibido: la discriminación en el acceso a la reproducción asistida en el sistema público a las mujeres sin pareja masculina (parejas de lesbianas y mujeres solas)
¿Es Beyonce feminista?
Ocurrió el 13 de diciembre, 2013. De repente, en todas las paginas feministas estadounidenses que sigo en Facebook empecé a ver la misma noticia: la cantante afroamericana Beyoncé había lanzado un nuevo álbum, por sorpresa, a través de iTunes. Debido a que una de las canciones contiene letras de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, la cual se ha identificado como feminista, Beyoncé o Queen Bey como la llaman en EEUU, ha sido automáticamente coronada como la reina del feminismo.
La reforma del Código Penal: Entre el paternalismo y la severidad punitiva hacia las mujeres
La propuesta legislativa refuerza el victimismo hacia las mujeres y agrava el castigo en determinados comportamientos transgresores
En busca del macho encubierto
Es fácilmente comprobable la manera en la que las teorías críticas son utilizadas, especialmente desde ciertos segmentos del universo académico, para engordar el currículum intelectual y la reputación ideológica de los investigadores y estudiosos de turno.
El no-amor
*no-amor: no quiere decir odio (aunque si que podría devenir odio). Simplemente no es amor, es otra cosa.
Barrera de látex contra el heteropatriarcado
Por muchos motivos que ahora no vienen al caso, he decidido contar mi experiencia de una “concubina” díscola y fem. Utilizo estos dos términos para explicar con ellos que construyo mi feminidad, y que la entiendo al más puro estilo Haraway, es decir, como una prótesis cultural performativa; por su parte, con el término “concubina” intento señalar las características de dicho síndrome, siendo éste, por lo tanto, un síndrome marcadamente heteropatriarcal y me convierto, orgullosa, en una díscola, en una resistencia a la que se invisibiliza. El síndrome del que quiero hablar se conoce como síndrome del harén. Normalmente se identifica con que muchas mujeres hetero y cis con baja autoestima compiten por los favores de un macho hetero y cis, que aparenta ser de un interés especial para ellas.
Las exiliadas del ‘femigenocidio’
Mercedes Hernández y las integrantes de la asociación Mujeres de Guatemala trabajan desde el Estado español por la visibilización del feminicidio en su país. Por las más de cien mil mujeres indígenas que fueron torturadas, violadas, asesinadas o desaparecidas durante los 36 años de conflicto armado (1960-1996), y por las que cada año siguen alargando la lista de víctimas de un sistema machista y patriarcal que continúa cosificando el cuerpo de la mujer. En 2013 fueron asesinadas unas 660 mujeres, 122 muertes más que en 2012.
Mi -nuestra- genealogía de la agresión sexual
Leía un artículo sobre violencia sexual y de pronto me di cuenta de que había sido violada. Un gran depósito de agua cae sobre mi cabeza en cámara lenta. Se desatan sinapsis, hipervínculos, corrientes eléctricas de sangre fría. Algo se articula en mi mente, algo que había sido omitido.
No en mi nombre
La apropiación del discurso de los derechos de la personas con discapacidad para limitar los derechos reproductivos de las mujeres obedece a la necesidad del Gobierno de revestirse de responsabilidad social después de acometer recortes masivos de la sanidad pública y los servicios sociales.
“Situación: en un bar, el de siempre, el de todos”
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Castle Waiting: esperando siempre la siguiente historia
“No rompemos ninguna regla. Nos las inventamos” afirma la hermana Paz, una de las muchas mujeres especiales que pueblan la obra más ambiciosa de la autora norteamericana Linda Medley. La serie de cómics Castle Waiting da voz a aquellos personajes de los cuentos tradicionales que quedaron en segundo plano, a aquellos que se quedaron a recoger después de las perdices del banquete y a los más insólitos que se ganan a pulso su papel protagonista, como las hermanas Solícitas, un orden monástica muy especial.
No dejéis con vida a la hechicera
La mujer sabia y autónoma pone en riesgo los pilares androcéntricos de dominación, pero deslegitimando su cuerpo y su saber empírico, se la invisibiliza. La reacción represiva puesta en marcha por un muy bien engrasado mecanismo de imaginería patriarcal, canaliza los miedos androcéntricos
Trampa antielección
Me enseñaron la ecografía con latidos y me bombardearon con argumentos que habría tardado poco en rebatir en caso de estar emocionalmente estable.
Ahora eres más sabia
Unos años antes hubiese aprovechado la ocasión para realizar mi deseo de ser madre, pero con él quería hacerlo como todo lo demás, sin miedo pero sin prisa, con honestidad y cuidado.
Cuatro veces: la primera era ilegal y estuve a punto de morir
La clandestinidad fue la que me mantuvo en agonía y la cual no la deseo a nadie
Aquí falto yo
Y muchas otras lo sé. Falto porque yo aborté este verano. Tengo 37 años, dos hijas, trabajo y pareja estable.
Yo aborté, y no soy víctima
Las lectoras de Pikara cuentan sus experiencias de interrupción voluntaria del embarazo, vivencias diversas que coinciden en destacar la satisfacción de haber decidido sobre sus cuerpos y sus vidas
Sencillamente, no quería ser madre
¿Fue por dinero? No. ¿Porque quería seguir estudiando? No. ¿Porque no quería dejar de trabajar de camarera? No. Sencillamente fue porque NO QUERÍA.
Yo he abortado
Aborté en la primavera de 2009, con 20 años de edad. Fue una decisión fácil, desde que vi el resultado en el test de embarazo no me cupo duda de lo que tenía que hacer, aunque me realicé una segunda prueba en compañía de una amiga para estar completamente segura. La primera y única pastilla del día después que me había tomado no había hecho efecto, mala suerte.