¿Jóvenes y feministas?

¿Jóvenes y feministas?

Pese a que las jóvenes siguen sufriendo desigualdades de género, la mayoría percibe el feminismo como un movimiento ajeno. Los planes educativos no incluyen formación sobre estudios de género y, por ello, las y los jóvenes crecen ajenos a la lucha contra las desigualdades. Educadoras y activistas analizan el papel de las jóvenes ante el feminismo.

18/11/2010
Jóvenes feministas

Kali Sánchez

Pese a que las jóvenes siguen sufriendo desigualdades de género, la mayoría percibe el feminismo como un movimiento ajeno. Los planes educativos no incluyen formación sobre estudios de género  y, por ello, las y los jóvenes crecen ajenos a la lucha  contra las desigualdades. Educadoras y activistas analizan el papel de las jóvenes ante el feminismo.

Puede que el motivo principal de la distancia que separa a la juventud del feminismo sea el desconocimiento sobre este movimiento social. Make Irigoien, profesora de Secundaria, experta en coeducación, insiste en explicar en las aulas que “el feminismo no es lo contrario del machismo, sino una propuesta de vida para romper con las desigualdades”. Docentes que, como Irigoien, intentan hacer un hueco al feminismo en sus planes de estudios se encuentran con el rechazo del alumnado, especialmente de quienes han absorbido los estereotipos que los rodean.

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Aún hoy, la juventud asume roles sexistas que condicionan su forma de enfrentarse al mundo. Irigoien lo sabe, por eso transmite a sus estudiantes que “el feminismo es una oportunidad para encajar lo que pasa, una apuesta por ocupar más espacio del que nos han asignado a las mujeres. Si después de conocer sus discursos, te siguen gustando los tacones, te los pones; pero date la oportunidad de reflexionar, de abrir tu abanico de posibilidades”.

Las jóvenes se acercan al feminismo atraídas por experiencias personales y porque no comprenden que ciertas situaciones se den en un mundo supuestamente igualitario

Ni la sociedad ni las aulas preparan a las mujeres para la lucha feminista. No es fácil lograr que las jóvenes lleguen a las asociaciones. Así lo reconoce Virginia Olivera, presidenta de la Federación Estatal de Mujeres Jóvenes, que une a asociaciones de mujeres de 18 a 30 años. Las jóvenes se acercan al feminismo “atraídas por experiencias personales y porque no comprenden que ciertas situaciones se den en un mundo supuestamente igualitario”. Las experiencias que llevan a romper el espejismo de la igualdad son muy variadas: el acoso en la calle en forma de piropos, un novio que les controla el correo electrónico, la desigualdad a la hora de promocionarse en el trabajo, sentir cómo los estereotipos sexistas las aprisionan…

Estereotipos vs libertad

Los dictados de la moda y el mito del amor romántico son dos de los motivos que más hacen sufrir a la juventud y, en especial, a ellas. Sienten que para encajar en la sociedad deben encasillarse en modelos que continuamente se nos muestran como correctos y mayoritarios. Irigoien afirma que hay dos tipos de jóvenes, según cómo se sitúan respecto de los modelos hegemónicos de masculinidad y feminidad: “En el caso de los chavales, están los machitos que creen que ésa es la única forma de estar en el mundo y, por otro lado, quienes no encajan en el prototipo. De la misma forma, entre las chicas encontramos  a quienes cumplen con el estereotipo femenino de libro y se sienten atacadas por el feminismo. Pero también las hay que, aunque no hayan elaborado un discurso, están comprometidas con la igualdad”. La profesora les intenta transmitir que “los estereotipos sexistas son las gafas que nos ponemos y hacen que veamos las cosas de determinada forma; el feminismo da la oportunidad de mirar de otra manera”.

Mani jóvenes feministas

Kali Sánchez

Juventud pasiva

Las asociaciones feministas trabajan con el claro objetivo de mostrar a la sociedad que la igualdad en la que se cree es un espejismo. Maite Segurola es profesora de educación especial y trabaja desde muy joven a favor del feminismo. Actualmente, desarrolla su lucha en el colectivo Euskal Herriko Bilgune Feminista. Las militantes de Bilgune lamentan “el individualismo e inmovilismo sin precedentes que caracteriza a la juventud de hoy”.

La indiferencia hacia el feminismo no responde a un rechazo a este movimiento en particular. Según Segurola, “todas las luchas están teniendo problemas para atraer a la juventud”, y los atribuye al auge de la vida 2.0. en la que las relaciones sociales se sustituyen por relaciones a través de la red, e incluso la inquietud a favor de un mundo más justo se sacia apoyando una causa en Facebook.

Pero a pesar del inmenso cambio que están viviendo los jóvenes en las formas de comunicarse, el fondo de las relaciones afectivas permanece anclado bajo los parámetros clásicos: relaciones heterosexuales marcadas por la dominación masculina y la subordinación de lo femenino. Cambian las formas de control de las mujeres (ahora se controla el móvil o el muro de Facebook) pero los nocivos valores del modelo de amor romántico, ese “sin ti no soy nada” siguen siendo los imperantes en las relaciones de pareja.

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Frente a la estrategia patriarcal del ‘Divide y vencerás’, Irigoien y Segurola ven  necesario transmitir a las jóvenes un discurso claro, mostrarles las desigualdades que sufren y que el feminismo les ofrece más opciones. El obstáculo es que, si bien las jóvenes no se creen del todo el espejismo de la igualdad, piensan que el sexismo no les afecta directamente; lo perciben ante situaciones extremas pero no en su día a día. “La clave está en visibilizar problemáticas personales y entender que son colectivas. La concienciación es la clave, pero debe hacerse de forma divertida, sin que suponga demasiadas ataduras. Las obligaciones crean reticencias”, sentencia la militante de ‘Bilgune feminista’. Olivera coincide con ella en la importancia de utilizar métodos amenos. Su organización trata de desarrollar las actividades “de forma comprensible y dinámica. Utilizamos el lenguaje, las formas y los recursos de cualquier chico o chica joven. Quizás por ello nuestras actividades atraen tanto”.

Corrección política

La igualdad entre hombres y mujeres se asume en la actualidad como una de las reglas del juego de lo políticamente correcto, pero aún no es efectiva. Irigoien echa en falta la apuesta firme de las instituciones: “El discurso de la igualdad está muy presente. En ese sentido, sí que se ha avanzado, pero la práctica es sexista. En los colegios se hacen algunas cosas para conmemorar fechas señaladas, como el 8 de marzo [día de la mujer trabajadora]y el 25 de noviembre [jornada de lucha contra la violencia de género], pero nada más”. La experta en coeducación está convencida de que lo único que hace falta para que el mundo sea diferente es voluntad. “Pero no la hay, porque las instituciones no se han volcado en esta lucha de la forma en la que lo han hecho con otras apuestas, como la escuela 2.0”. Maite Segurola va más allá en la crítica a las instituciones: “No ayuda que hayan asimilado la lucha porque se limitan a cumplir con lo que marca lo políticamente correcto. Aprueban proyectos y leyes que no ayudan en absoluto a cambiar el sistema socioeconómico. Se dedican a poner tiritas”.

Educar a las y los jóvenes en el feminismo exige romper con los discursos que se les imponen desde todos los frentes y no es fácil acabar con un sistema patriarcal que lleva siglos impuesto. Virginia Olivera sabe que la llave para un mundo más igualitario está en nuestras manos: “Por eso es importante que las jóvenes tengan voz propia y definan las líneas de su propia lucha feminista. Tenemos una deuda moral con las feministas que nos han precedido, pero el aprendizaje es recíproco: ellas también pueden aprender mucho escuchando a las más jóvenes”.

Las jóvenes que luchan por avanzar hacia una sociedad igualitaria tienen muchas barreras que saltar y mucho que aportar. Son pocas en comparación con quienes permanecen inmóviles ante las desigualdades que recorren el mundo de norte a sur, pero se hacen escuchar y obligan a las organizaciones clásicas a plantearse si existe una brecha generacional y cómo romperla para garantizar el relevo dentro del feminismo. En las Jornadas Feministas Estatales celebradas en Granada a finales de 2009, se constató una alta participación de jóvenes que no dudaron en defender ante las veteranas sus propios discursos y prácticas, en ocasiones alejados de los movimientos de mujeres más clásicos. Son la llamada ‘tercera ola’ del feminismo: mujeres dispuestas a romper con aquello que se les impone; resueltas a despertar a la juventud de su letargo y resucitar el espíritu de lucha de sus predecesoras, las que conquistaron el reconocimiento formal de la igualdad y marcaron la senda a recorrer para alcanzar una equidad real y efectiva.


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