“Va siendo hora de que a las escritoras nos quieran y nos reconozcan”

“Va siendo hora de que a las escritoras nos quieran y nos reconozcan”

Con una trayectoria impresionante en la gestión cultural y la creación literaria, Carmen Peire es una de las impulsoras de iniciativas recientes que promueven la paridad y la visibilidad de las profesionales de la literatura: la Asociación de Mujeres Escritoras e Ilustradoras, el Festival Oño y la editorial Ménades.

Texto: Gema Nieto
Carmen Peire en una foto cedida por ella.

Carmen Peire en una foto cedida por ella.

Este último año será recordado por el auge del feminismo y por las movilizaciones sociales que miles de mujeres han llevado a cabo tanto en el territorio nacional como fuera de nuestras fronteras, a través de las manifestaciones del 8 de marzo o del movimiento #MeToo. Sobra decir, sin embargo, que aún queda mucho por hacer, en todos los ámbitos, y el cultural no queda al margen como secundario sino que es uno de los más importantes. La cultura y la educación, a todos los niveles, deben funcionar como puntal para levantar y sostener una nueva mentalidad crítica que colabore al cambio en las estructuras patriarcales que hasta hoy han dominado, y siguen haciéndolo, todas nuestras instituciones.

Por suerte, en los últimos tiempos numerosos proyectos, editoriales, iniciativas y festivales han nacido de la necesidad de darles la vuelta a estos esquemas mentales heredados y de asignarles el lugar que por justicia merecen todas aquellas mujeres que han sido olvidadas, menospreciadas y silenciadas a lo largo de la Historia. Y muchas mujeres comprometidas como Carmen Peire llevan años luchando en esta labor feminista y reivindicativa que nos devuelve la fe y la ilusión en que otro mundo, y otra cultura, son posibles.

suscribete al periodismo feminista

Carmen Peire nació en Caracas (Venezuela) en 1952, hija de republicanos exiliados españoles. Regresó a España con trece años, cuando aún quedaba una década para la muerte del dictador, y se licenció en Historia y Profesorado de Educación General Básica en la Universidad Complutense de Madrid. Durante años ejerció como productora y gestora cultural, combinando su trabajo en la música y en la literatura.  Colaboradora en el suplemento literario Los diablos azules del periódico InfoLibre, ha cuidado la edición de Luis Buñuel, novela, obra de Max Aub, y es autora de tres libros de relatos —Principio de incertidumbre (Cuadernos del Vigía, 2006), Horizonte de sucesos (Cuadernos del Vigía, 2011) y Cuestión de tiempo (Menoscuarto, 2017)—, así como de la novela En el año de Electra (Evohé, 2014). En la actualidad se dedica a impartir talleres de escritura creativa para jóvenes, además de cursos sobre literatura de género y literaturas africanas, que lleva estudiando desde hace años.

Hablamos con ella sobre los proyectos en los que se encuentra colaborando y las cuestiones de mayor vigencia en el ámbito cultural.

— Tu trayectoria profesional es impresionante: gestora cultural con Tierno Galván en los años ochenta, productora musical, editora, escritora, profesora en talleres literarios… y ahora, también, estás a la cabeza de AMEIS, la Asociación de Mujeres Escritoras e Ilustradoras. ¿Cómo ves la evolución cultural de nuestro país desde una perspectiva inclusiva y feminista?

— Si tenemos en cuenta que la cultura no son sólo las manifestaciones artísticas o el espectáculo, sino más bien un concepto transversal que recorre un conjunto de formas de vida, actitudes, cambios de mentalidad etc., creo que donde más se ha avanzado ha sido precisamente desde el punto de vista feminista y de las mujeres. Quizá menos desde el punto de vista inclusivo, ya que, para la cantidad de logros que hemos conseguido no ha habido todavía una correspondencia social en términos de inclusión. Porque además, esto conlleva otro gran interrogante que aún no se ha resuelto: el tema del poder, de si la igualdad o la incorporación del 50% de la humanidad a todas las facetas y áreas de la sociedad supone aceptar la estructura actual o hay que feminizarla, cambiarla, hacerla más colaborativa y menos competitiva. Por otra parte, si renunciamos a aceptar nuestra cuota de poder en el momento actual, dejamos que las cosas continúen como están, con una estructura claramente patriarcal. Desde mi punto de vista, es algo que tendremos que resolver tarde o temprano. No sólo aceptar lo que nos den, sino lo que queremos que sea.

— También desde tu amplia experiencia en el terreno de la cultura, ¿cómo ves la situación pasada y actual de las mujeres en los ámbitos del cine, de la literatura, la música, los premios, las editoriales, los medios de comunicación…? ¿Crees que ha mejorado significativamente o todavía repetimos ciertos patrones y estereotipos?

— Está muy relacionado con lo anterior. Se ha avanzado muchísimo en todos los ámbitos creativos y profesionales por parte de las mujeres, sobre todo porque la incorporación y participación es masiva. Ésa es la diferencia, pongamos por caso, con las mujeres que ha habido en España a principios de siglo, en la generación del 27, en la de mis padres o incluso en la mía. Era una minoría muy preparada, pero sólo una minoría. Ahora el movimiento es mayoritario y eso es muy difícil de revertir. Pero ojo, el sistema tiene mucha capacidad de asimilación. Yo no quiero que nos incorporemos para que todo siga igual sino para que la sociedad cambie. Y en todos los aspectos, en la estructura laboral, en la estructura educativa, en la estructura de poder, etc.

— Estamos en un momento álgido de recuperación de autoras, pero todavía queda mucho por hacer y reivindicar, como por ejemplo la mayor inclusión de figuras femeninas en los libros de texto escolares de todas las materias. ¿Cuáles crees que son los problemas más urgentes a solventar a este respecto?

— Es más fácil la incorporación laboral que la creativa. Sospecho que el tema creativo, el de las ideas, es el reducto, el núcleo más difícil de conquistar. Y todas participamos de ello. En uno de los talleres de género que di era sorprendente lo poco que se conocían las escritoras y, en cambio, el título de sus obras sí. Es una forma de invisibilizar también: Mujercitas supera a Louise May Alcott, o Frankenstein a Mary Shelley. No hablemos ya, como dices, de la inclusión de autoras femeninas en los libros de texto, no sólo en literatura sino también, por ejemplo, en el arte. La escritora Ángeles Caso ha publicado dos libros por crowdfunding en el que recoge a las grandes pintoras que son desconocidas por todas. A mí me pasó también el conocer un cuadro y no saber que lo había pintado una mujer.

Cartel del próximo evento del Festival Oño en Madrid.

Cartel del próximo evento del Festival Oño en Madrid.

— Eres también propulsora del Festival Oño, nacido como respuesta al hecho de que en la mayoría de festivales y eventos literarios el 85% de organizadores y participantes son hombres. ¿Cómo y cuándo surge la idea? ¿Dónde se celebra, cuáles son sus objetivos y las actividades que organizáis?

— La idea del Festival Oño surgió precisamente para visibilizar a las mujeres en la literatura, no sólo escritoras o ilustradoras, también lectoras, editoras, bibliotecarias, agentes literarias (imprescindibles y todas mujeres), profesoras de literatura… Pero desde un punto de vista lúdico y divertido, que ya nos ponemos serias bastante tiempo a lo largo del año. Nos dimos cuenta de que a la hora de ganar premios, de estar en los foros, en los grandes debates, en las mesas redondas…, nuestra presencia siempre es minoritaria. Se trata de revertir eso, de conseguir que las mesas sean paritarias, porque hay muchas mujeres muy buenas, de gran calidad literaria. Hasta ahora el Festival Oño se ha celebrado en Madrid, en otoño del año pasado y en este otoño, los días 31 de octubre y 8 de noviembre, pero me encantaría poder hacerlo en otras ciudades. Poco a poco lo conseguiremos, estoy segura. Solemos hacer sesiones de micro abierto para que autoras puedan leer sus textos, cadáveres exquisitos, piñatas literarias, jam de cuento o poesía, y damos premios simbólicos pero que hacen mucha ilusión. Y es un festival mixto, de hombres y mujeres, siempre que se esté de acuerdo con los objetivos del mismo.

— En cuanto a AMEIS, nace también como resultado de Oño, si no me equivoco. ¿En qué consiste esta asociación y a qué se dedica?

— Nos dimos cuenta de que no podíamos quedarnos sólo en un festival lúdico al año. Nos fueron proponiendo más cosas, charlas, talleres para mujeres o desde la perspectiva de las escritoras, encuentros con las autoras, etc. Para todo ello necesitábamos constituir una asociación y nos encanta que sea AMEIS. Porque va siendo hora de que nos amen, de que nos quieran y nos reconozcan.

— Uno de los próximos proyectos en los que estás involucrada es la editorial Ménades. ¿Podrías hablarnos un poco de ella?

— Cuando Javier Baonza me comentó la posibilidad de crear una editorial para publicar mujeres escritoras pensé que era algo necesario y que ojalá no hiciera falta, porque supondría que la situación estaba normalizada. Estamos encantadas con la iniciativa y la Asociación va a colaborar y coordinarse activamente con ella. Es una editorial que nace de un núcleo de gente muy entusiasta y joven con un triple objetivo: rescatar obras de mujeres que ahora no se encuentran en el mercado y que son de gran calidad literaria; publicar a autoras actuales y, en tercer lugar, abrir una línea de publicación de ensayos. Hay muy buenas escritoras que tienen problemas para ver publicada su obra, como hay grandísimas autoras que no han sido nunca publicadas en España. Creo que es una editorial muy necesaria en el momento actual, como espero, también, que llegará un momento en que todas estas iniciativas ya no sean necesarias porque hayamos conseguido nuestro objetivo. Ojalá.

— Y para finalizar, ¿cuáles han sido o son tus principales referentes en la literatura y el feminismo?

— Mis primeros referentes literarios, por supuesto, fueron masculinos. Abundaban en la biblioteca familiar. Creo recordar que también estaban Elena Fortún, Enid Blyton, las hermanas Brontë, Louise May Alcott, Pearls Buck (Premio Nobel completamente desconocida) y alguna más, pero predominaban los escritores. Ahora ya hay otras referencias que me han influido mucho: Alice Munro, Carson McCullers, Agota Kristof, Natalia Ginzburg, Chimamanda Adichie, Mariama Bâ, Carmen Martín Gaite, Mercè Rodoreda, Ana María Matute… y tantas y tantas que no caben en unas líneas y que he ido leyendo y descubriendo a lo largo de los años.

¿Te ha gustado esta entrevista?
El apoyo económico de las lectoras de Pikara es imprescindible para que podamos seguir haciendo periodismo feminista. Hazte amiga de Pikara, recibe la revista en papel y colabora con la sostenibilidad del proyecto.
Download PDF
master violencia de género universidad de valencia

Artículos relacionados

Últimas publicaciones

ayuda a Gaza
Download PDF

Título

Ir a Arriba