“Nos sentimos muy protegidas en nuestros espacios seguros, pero el espacio seguro tendría que ser todo”

“Nos sentimos muy protegidas en nuestros espacios seguros, pero el espacio seguro tendría que ser todo”

En la voz de la rapsoda y poeta Txus García confluyen muchas cosas que habitualmente consideramos enfrentadas: habla con pausa y pasión, con humor y profundidad, con humildad y sin vergüenzas. Y todo ello produce cierto efecto sobre quien la está escuchando: esta periodista perfeccionista, al menos, olvidó que estaba nerviosa nada más arrancar la conversación.

Txus García recita en una presentación en Barcelona./ ©Pepa Vives

Txus García recita en una presentación en Barcelona./ ©Pepa Vives

Txus García (Tarragona, 1974) es educadora sociocultural, comunicadora y rapsoda vocacional. Ha publicado dos poemarios: Poesía para niñas bien (2011) y Este torcido amor (2018), que esta presentando mediante el tour Mira qué señora tan rara

Te identificas como rapsoda. ¿Qué significa?

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Me identifico como rapsoda, más que como poeta o cualquier otra cosa, porque vengo leyendo textos en voz alta desde hace mucho tiempo. Para mí eso es la rapsodia, leer textos de una manera que entren directamente a las personas. Para mí lo más importante de leer un texto es comunicar. Por lo tanto, se me tiene que entender y tiene que ser agradable, tiene que entrar sin darse cuenta, un poquito como hacían los trovadores. Yo bebo de esas fuentes. Los trovadores se ponían en medio de las plazas, con público muy diverso, público no literario, y comunicaban un mensaje de manera divertida, y además con un gracejo importante como personaje. También bebo de las fuentes del clown, por lo tanto, trabajo desde el fracaso, desde el error y la autoparodia para poder profundizar en la sensibilidad de los demás.

¿Y qué fue primero: escribir o recitar?

Primero fue, evidentemente, leer. Yo fui una niña precoz, empecé a leer a los 3 años, por aburrimiento creo, porque era hija de una señora mayor, estaba sola en casa y tenía una biblioteca muy variada a mi alcance. Leía en voz alta; por lo tanto, cuando escribo, escribo en voz alta, y escribo para recitar. En este último libro la mayoría de poemas son más íntimos y tienen una lectura como más hacia adentro, pero mi idea es siempre que salga, que se expanda, que se escuche.

Dices que los poemas de este último libro son más íntimos. ¿Cómo han surgido?

Escribí mi anterior libro hace siete años, y como explico siempre, la vida son ciclos de siete años; entonces, durante este ciclo, me han pasado muchísimas cosas, cosas potentes a nivel personal: me he casado y me he divorciado dos veces, he sufrido la crisis en primera persona el banco me quitó mi casa, he estado sin trabajo, he estado prácticamente en la calle, me he visto acogida por la gente… Es toda una experiencia vital, que ha influido en este libro que ha nacido al cabo de siete años, con mucha paciencia y mucho cuidado, porque no me gusta escribirme encima, no me gusta escribir todo el rato, no voy a llenar el mundo de literatura porque sí.

Escribir tiene un sentido, y es el sentido de pararme, mirar hacia atrás, reconocerme, y hacer un poco de historia por todas mis experiencias vitales. Creo que eso es muy útil porque yo soy los otros, siempre lo digo, cuando escribo yo no soy yo, no soy Txus García; cuando tú estás leyendo el libro creo que te puedes sentir muy reflejada en muchas de las cosas, emociones, sentimientos que yo explico.

Podría ser un libro amargo, quizás sí, pero como siempre utilizo el sentido del humor, ese punto que no sabes bien si es ironía o qué es, entra bien, no te quedas con la sensación de “uf qué palo”, sino que siempre te doy ese contrapunto, que es el contrapunto que te da la vida y te permite navegar por esas emociones más difíciles.

En sus recitales performáticos, Txus bebe del clown: "Trabajo desde el fracaso, desde el error y la autoparodia"

En sus recitales performáticos, Txus bebe del clown: “Trabajo desde el fracaso, desde el error y la autoparodia”./ ©Pepa Vives

¿Ese contrapunto puede emplearse por ejemplo para apropiarse de algo que te han dicho desde fuera? Lo digo por el nombre del tour de presentación: Mira qué señora tan rara.

Es un proceso. Siempre digo que yo empecé como bollera de pueblo. Yo soy de Tarragona y allí era la bollera, la tortillera más bien, que ya tengo una edad. Entonces siempre me he ido apropiando de esos términos porque creo que es divertido y además te sirven de escudo y de mensaje. Luego te haces mayor y llega lo queer, entonces de repente puedes ser queer, mola más; de hecho, encajo bastante en lo que sería lo queer como esencia o como idea, pero de repente me hago mayor, tengo 44 años, y lo queer casi ya no me encaja, ya no tengo edad para cortarme el pelo según cómo [risas].

¿Cómo definirías esa esencia de lo queer?

Yo defino lo queer como la decisión personal de hacer lo que te da la gana en la vida y disfrutarlo. La búsqueda de la felicidad absoluta tanto en la forma como en el fondo, para mí eso es lo queer. Y ser totalmente y esencialmente tú misma en todo momento, con todas tus rarezas, y por eso, enlazando, he pasado a ser una señora rara, porque me he hecho mayor, soy ésa que no es ni carne ni pescado ni todo lo contrario, que igual me maquillo que me depilo como que no, que puedo ser masculino, femenino o ambos dos. Es lo más parecido a mí hoy, mañana no lo sé.

También eres tarotóloga. Te lo pregunta alguien que no sabe nada sobre el tarot…: ¿qué es? ¿Tú cómo lo entiendes?

El tarot son unos papelicos con unos dibujicos. No tiene más. En este caso son unas cartas que provienen de los juegos de cartas de toda la vida, tampoco tiene más. Yo utilizo el tarot de Marsella, cuyo origen es medieval, así que los dibujos están inspirados en esa época y eso ya me atrae mucho de entrada.

¿Tarot de Marsella?

Es el originario. El más simple y que no ha sido interpretado. Consta de 22 cartas, y cada una tiene su significado, pero para mí depende mucho de la persona que tengo delante, no creo en los significados cerrados, ni en tarot ni en la vida. Al fin y al cabo el tarot es una herramienta.

¿Y para qué sirve?

Mira, cuando yo hago una sesión de tarot, me tomo literalmente un café con la persona que tengo delante. Por lo tanto, es una conversación, y lo que hago con el tarot es utilizarlo como medio para explicar lo que está viviendo esa persona y lo que está sucediendo. No caigo en temas adivinatorios, yo siempre digo que no soy ni adivina ni médium ni nada parecido, sino que yo simplemente acompaño a la persona en un proceso en el cual a veces hay nudos y hay enredos y lo que hago es ayudarle a tirar del hilo. Porque a veces es difícil trabajar las cosas desde dentro, entonces yo me sitúo en una posición externa, con una herramienta, y vamos tirando del hilo. Yo ni juzgo, ni doy consejos, ni nada. Eso lo tengo completamente prohibido, por ética.

Entonces yo vengo y te cuento que tengo un problema…

Me cuentas muy poco. No me interesa que me mediatices ni que me des mucha información. Me haces una pregunta concreta. Es muy importante porque te ayuda a concretar el problema. Y a partir de ahí yo echo una tirada simple con tres cartas.

"No creo en significados cerrados, ni en el tarot ni en la vida"./ Pepa Vives

“No creo en significados cerrados, ni en el tarot ni en la vida”./©Pepa Vives

Así que me echas las cartas y…

Las miro, te miro a ti, porque para mí lo importante es la persona, y a raíz de eso hablo, hablo todo el rato, pero escuchando, la escucha activa es muy importante. Y la energía que se crea entre las dos personas. Lo cual hace que ahí de repente se cree una historia. Es como un cómic, tiene tres viñetas y esas tres viñetas te explican una historia. Como yo soy contadora de historias, a mí eso me viene muy bien, porque con esos dibujos yo trazo una historia que ayuda a que aquello tenga una resolución final. Hay un proceso supongo mágico, que ya te digo que desconozco, y tampoco me importa, pero que hace que de ahí salgan cosas muy interesantes y muy positivas. Todo el mundo que hace una sesión de tarot conmigo sale feliz. Siempre se va con deberes. Para mí el tarot al fin y al cabo se trata de ese tomarse el café y ayudar a la persona a dilucidar por sí misma –cuidado, ¡por sí misma!–, lo que le pasa y cómo va a decidir que las cosas pasen. Y dejar libre a la persona.

Hay muchos estereotipos en cuanto a las usuarias de tarot.

Las mujeres siempre han tenido que buscar espacios propios donde escuchar y ser escuchadas. El tarot es un gran espacio, al igual que lo era en su momento la iglesia. Lo bueno del tarot es que además puedes saber cosas que van a pasar, algo que el cura no te puede dar, y por otra parte nadie te hace rezar un padrenuestro para expiar tus pecados. Es un espacio muy apto para vaciarse y hablar, sobre todo para señoras que no tienen ese espacio en su casa ni a su alrededor porque están aisladas, socialmente o familiarmente. Es una vía de escape muy buena. Por eso la gente que menosprecia el tarot, creo que está actuando desde un punto de vista muy clasista y muy poco realista. Y está eliminando espacios que hay que mantener. Al igual que hay movimientos feministas radicales, en el sentido negativo de la palabra, que se quieren cargar a Isabel Pantoja, a la Jurado, a todo el movimiento popular, y no, no, no. Hay que bajar a tierra, y darse cuenta que para muchas mujeres cantar a la Jurado a voz en grito es una liberación, y que es su liberación, y entonces ese clasismo de “uy esto ahora no toca”, o “no lo podemos permitir porque alimenta los estereotipos”, etc. Cuidado.

Es tratar de reducir a la razón cosas que…

A veces no hay que buscarle explicación y hay que dejarse empapar. Y hay que salir a la calle y hay que compartir y hay que hablar con las personas porque desde un púlpito o desde una academia o desde la comodidad y el privilegio de ser una feminista blanca las cosas son muy fáciles, y te dan como unas ínfulas de decir lo que está permitido y lo que no, y las cosas no funcionan así, y así no vamos a transformar nunca. Si queremos transformar, hay que estar abajo y hay que estar en la calle y hay que estar con las personas. Si no conocemos el lenguaje de la gente jamás vamos a hacer que la gente sea feliz y esté mejor. ¿O qué queremos, simplemente teorizar? Bueno pues adelante. Si quieres teorizar estate en la academia y habla.

¿A qué te refieres cuando dices que esa perspectiva que menosprecia el tarot es muy poco realista?

A que la vida real es eso; la vida real, a lo mejor, no son las asambleas feministas.

Txus aboga por reconocer todos los espacios de resistencia, no solo los de la burbuja feminista./ Pepa Vives

Txus aboga por reconocer todos los espacios de resistencia, no solo los de la burbuja feminista./©Pepa Vives

Tan real como la asamblea es lo otro, ¿no?

Sí, pero es más masivo lo otro, y el trabajo está ahí. Las asambleas feministas están de muerte y me encantan y adelante, no las estoy criticando, pero también salgamos y veamos, porque la mayoría de personas están fuera. A veces nos creamos burbujas donde parece que todo es diferente, y la verdad es que no. Nos sentimos muy protegidas en espacios seguros, pero es que el espacio seguro tendría que ser todo. Y tomarse un hígado encebollado con una señora de un pueblo de Andalucía mientras miramos el Sálvame, pues es un buen ejercicio, aunque seas vegana. Hay que ser flexible. A lo mejor esa señora te explica cosas muy interesantes sobre la resistencia que está teniendo en su pueblo, sobre la manera que tiene de funcionar con los hombres que le rodean, sobre cómo ejerce su poder de la manera que puede, cómo está luchando porque son cuatro señoras que se van a tejer y el alcalde no les dejaba tejer en ese local y ellas se juntaron las cuatro y exigieron un espacio… Son espacios de resistencia, y son tan válidos como otros espacios teñidos de lila. Y ésas también son mujeres y también son luchadoras y también son gente que se está dejando la piel en su espacio.

Para ir terminando, me gustaría que me hablaras de tu trabajo como educadora sociocultural.

Hace cuatro años que estoy trabajando en un proyecto de la Generalitat, que se llama Xarxa Omnia, que son puntos de conexión a internet gratuitos para ciudadanos y ciudadanas. Las personas pueden venir ahí a aprender lo más básico del tema informático y las TIC. Yo en concreto estoy en el barrio de Gracia de Barcelona, que es, junto con otros lugares, el centro neurálgico de la población gitana autóctona de la ciudad. Por lo tanto, como eso está ahí, lo gestiona la Federación de Asociaciones Gitanas de Cataluña, que sería mi segundo jefe dijéramos, pero para mí el primero y el más importante porque de hecho trabajo directamente con población gitana.

Hace unos meses escribiste un texto sobre tu experiencia allí. ¿Qué has aprendido?

Yo llegué allí como salvadora, desde mis privilegios de paya, llevando en mente todo lo que me había vendido la Generalitat que tenía que hacer: programar talleres, organizar actividades con sus objetivos, todo muy bonito. Y fui y me encontré con la realidad. Y me di un batacazo enorme. Primero, allí no me necesitaba nadie, evidentemente, ni nadie quería que estuviera [risas]. Fue muy difícil. Me tuve que bajar a la tierra, ver, observar, escuchar y callarme. Muy importante. Y eso es lo que hice. Desmontar todos mis privilegios y partir de cero y estar en la nada. Estar, esa es la cuestión. Y ahora ya no soy la paya de los ordenadores, ahora soy Txus, y Txus está allá para lo que convenga. Y Txus además está allí para aprender, porque estoy aprendiendo un montón cada día, y no lo típico que se dice de que estoy aprendiendo mucho con ellos, me estoy aprendiendo a mí misma y estoy aprendiendo a estar atenta, a escuchar, a quedarme al margen, a no entrar donde no me toca, a no hablar un lenguaje que no es mío, a no agitanarme, porque no lo tengo que hacer porque yo no soy gitana. Y ahora estoy bien, en armonía con el entorno, tengo mi espacio donde la gente puede entrar y salir cuando quiera y creo que eso es un éxito realmente. Soy una pieza útil para la comunidad.

Txus García ha colaborado con Pikara con este artículo sobre tarot desde una perspectiva queer; un vídeo sobre la espiritualidad de la diosa para el Pikara Lab de religiones, y el año pasado republicamos este post sobre cómo entiende el Orgullo. Lee también la reseña sobre sus poemarios que escribió Brigitte Vasallo. Podéis encontrar información sobre su trabajo, agenda etc. en su web: https://txusgarcia.com

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