¿Galantería? No, gracias

¿Galantería? No, gracias

Patricia Rueda

Jorge Gobbi | Piropo | Vía Flickr.

Hoy me he levantado como un día más para ir a trabajar y he escuchado en las noticias que Briggitte Bardot ha secundado también lo dicho por Catherine Deneuve y compañía sobre el acoso, el “puritanismo sexual” y la […]

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23/02/2018

Patricia Rueda

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Jorge Gobbi | Piropo | Vía Flickr.

Hoy me he levantado como un día más para ir a trabajar y he escuchado en las noticias que Briggitte Bardot ha secundado también lo dicho por Catherine Deneuve y compañía sobre el acoso, el “puritanismo sexual” y la galantería. Y hoy, como de costumbre he salido a correr y un chaval me ha tirado un beso desde su bici. Esto es algo habitual, otros días me pita una furgoneta, me silban desde un coche…

¿Por qué lo hacen si no les he pedido su opinión? Habrá quien diga, como las señoras arriba mencionadas, que lo hacen por agradas, por jugar, para subirnos el ánimo durante un segundito… Pues no, lo hacen para intimidar, para sentirse superiores, para hacernos ver que tienen el control, que pueden decir y si quieren hacer lo que les de la gana porque para eso somos mujeres y están un escalón por encima.

Y es que el piropo es mi opinión una gran herramienta que ha inventado el patriarcado para seguir sometiéndonos, para hacernos sentir que son ellos los que mandan. Me llamarán exagerada, que es algo gracioso sin más. Pues no, no es gracioso, a una mujer que está sola, corriendo, paseando o leyendo en un banco no le hace ninguna gracia un piropo de un desconocido, acompañado de una mirada difícil de interpretar en muchos casos. Lo que siente en ese momento es inseguridad, probablemente mire al rededor a ver si hay gente que en un momento dado la pueda defender. Se sentirá intimidada, apartará la mirada y aligerará el paso sin mirar atrás. Y en países como el nuestro en el que la violencia explicita al menos está mal vista les basta con esta estrategia, así sabemos que están ahí, que son más poderosos e igual que nos pueden echar un piropo, nos pueden dominar.

Y es que curiosamente nunca me ha pasado lo mismo cuando he salido a correr acompañada por un hombre. Supongo que consideraran en ese caso, que ya tengo “dueño”, que ya tengo quien me domine, él si se merece un respeto.

Por otro lado si te sientes con las agallas suficientes como para hacerle un corte de mangas o llamarle gilipollas (ya que él te ha dado su opinión pues tu le das la suya) seguramente se sienta atacado y recibas algún bonito insulto por su parte, igual que se rebela el patriarcado cada vez que levantamos la voz o desobedecemos. Lo vemos ahora, que hay más medios y voces feministas, como se revuelven y a la primera sueltan “feminazi”, “denuncias falsas”, “#notallmen”…

Y que no me vengan con que la culpa es nuestra, con que nos vestimos y nos maquillamos para gustar (aquello de culpabilizar a la víctima nunca pasa de moda)… Esto le pasa a la chavala que sale con minifalda un sábado por la noche, a la que va a correr en mallas, a la que viaje sola en el metro con jersey de cuello alto… Porque el piropo no es más que un engranaje más de una violencia estructurada hacia las mujeres, que es a su vez una poderosa arma que utiliza este sistema patriarcal para mantenernos sometidas.

Así que señor que pasa con su furgoneta, no necesito su “galantería” para nada.


Quizás te interese “Hablemos de los machistas bien educados“.

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