Para La Sexta

Para La Sexta

Se acerca el 8 de marzo, sé que os volcareis y empatizaréis con la lucha de las mujeres por la igualdad en todos los aspectos, sé que lo haréis visible, sé que daréis la importancia que se merece a este gran día, sé que, seguramente, vea vuestra edición de telediario este miércoles. Pero como mujer, feminista, trabajadora, estudiante, camarera, educadora, con ideologías de izquierdas no podía dejar que pasar el 8 de marzo sin expresaros mi profundo desacuerdo sobre la imagen machista y segregada que ofrecéis a vuestros telespectadores.

20/01/2018

Jennifer Cortés

Foto del programa Zapeando

Buenos días,

suscribete al periodismo feminista

mi nombre es Jennifer y, en primer lugar, quiero felicitaros y daros la enhorabuena por vuestra cadena, vuestros programas y telediarios y, en general, por todo el trabajo que lleváis a cabo día tras día. He sido telespectadora de La Sexta desde su nacimiento y sigue siendo la cadena que más se ve en mi casa, supongo que, aunque dedico muy poco tiempo a la televisión, me encuentro reflejada, apoyada y representada en muchos de sus programas y de alguna manera incluso hasta orgullosa de ver que hacéis visible cierta información que el resto de cadenas pasan por alto o simplemente no les interesa tratar.
Al final, todos elegimos la información con la que más a gusto nos encontramos. Por mucho que nos guste contrastar datos, fuentes y noticias, es inevitable que terminemos inclinándonos por un periódico en concreto, por un telediario y, al final, por una cadena en concreto. Por ideologías, por valores, por inquietudes, solemos buscar los estímulos que sean coherentes con nuestra forma de pensar e información acorde con nuestros esquemas cognitivos, ya que es una manera de reforzar nuestras convicciones y, de paso, hacer que esa bonita retroalimentación nos acaricie plácidamente nuestra autoestima. Podría enrollarme infinitamente sobre por qué vuestro periodismo de investigación y programas como “Salvados”, “El objetivo” o “Al rojo vivo” hacen vibrar mi núcleo accumbens pero no es mi objetivo, y nos podemos ahorrar una largo párrafo de elogios y alabanzas que correría el riesgo de caer en una lamida de posaderas por un simple gracias, de corazón, por vuestro gran trabajo.

Ahora bien, no he podido evitar fijarme en que, pese a vuestros numerosos reportajes y programas sobre violencia de género y machismo, curiosamente todas las presentadoras y colaboradoras son mujeres jóvenes, guapísimas, de talla 38 como máximo, expertas en llevar tacones de aguja y que, en resumidas cuentas, todas parecen modelos. Por supuesto, aunque pueda parecer una reflexión un tanto frívola centrada únicamente en el físico, me gustaría aclarar que reconozco todo su mérito periodístico y que no dudo que todas y cada una de ellas sean perfectamente válidas para el puesto que desempañan y aprovecho para dedicarles toda mi admiración, huelga decir que una cosa no impide la otra, ni tampoco son correlacionales. Sin embargo, cuando me fijo en el elenco masculino, me puedo encontrar con un Ferreras, un Gran Wyoming, un Chicote, un Hilario Pino, entre otros… En mi opinión, gente preparada, con experiencia, buenos comunicadores, excelentes profesionales y apasionados de su trabajo que no se asemejan a ningún Adonis, sino que tienen sus canas, sus arrugas, sus papadas y michelines y, en algunos casos una edad ya cercana a la jubilación. Es decir, gente normal con la inmensa suerte de tener derecho a trabajar en un medio de comunicación independientemente de ser o no apolíneo y de no responder necesariamente a los cánones de belleza masculina, lo cual no veo reflejado en ningún caso en vuestras trabajadoras.

Debo reconocer que me indigna que una cadena como la sexta, que diariamente nos hace reflexionar sobre nuestros valores y tan crítica sobre temas sumamente importantes como el machismo, sea la primera de cara a la galería que nos vende el cliché de una televisión zafia en la que el hombre puede alcanzar sus objetivos laborales por méritos propios, experiencia y profesionalidad y la mujer tiene que tener obligatoriamente un cuerpo espectacular y estar libre de canas y arrugas.
Me parece hipócrita por vuestra parte que queráis dar la imagen de una cadena televisiva que apoya a la mujer y denuncia la desigualdad, que habla de “abismo salarial, feminicidio y oleaje de machismo” cuando vuestra plantilla de trabajadores es un reflejo claro de desigualdad y opresión hacia las mujeres que no tienen una talla 38, no tienen mas de 40 años y no tienen una cara de muñeca perfecta. ¿O es que nos queréis vender que mujeres “normales” no tienen los méritos suficientes para desempeñar vuestros puestos de trabajo”?
Vuestro vomitivo modus operandi de selección de plantilla es otra forma más de violencia de género, como lo es la cosificación y sexualización de la mujer, la desigualdad de oportunidades, la presión ejercida por la sociedad y los medios de comunicación por tener la obligación de estar y ser siempre jóvenes y guapas, sin celulitis, sin arrugas, sin canas, sin estrías, sin años cumplidos, sin “kilos de más”, intentando así invisibilizar, oprimir y degradar a las mujeres que no obedecen a esos cánones de belleza extremos.

Se acerca el 8 de marzo, sé que os volcareis y empatizaréis con la lucha de las mujeres por la igualdad en todos los aspectos, sé que lo haréis visible, sé que daréis la importancia que se merece a este gran día, sé que, seguramente, vea vuestra edición de telediario este miércoles. Pero como mujer, feminista, trabajadora, estudiante, camarera, educadora, con ideologías de izquierdas no podía dejar que pasar el 8 de marzo sin expresaros mi profundo desacuerdo sobre la imagen machista y segregada que ofrecéis a vuestros telespectadores.

Con mucho cariño y mucha indignación por partes iguales, me despido.

Atentamente,

Jennifer.

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