Machismo de toilette

Machismo de toilette

Creo que la actitud de ese señor fue machista y sobre todo fue machista con su propia hija a la que creyó proteger de un peligro que realmente no existe.

15/12/2017

Eva Carbajosa

No sé si en Pikara habréis hablado alguna vez sobre el uso de los baños de mujeres por parte de los hombres. Hace unos días me pasó algo relativamente habitual que me ha hecho pensar.

El sábado por la tarde estuve en la Feria de Artesanía en la Sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza. Un espacio estupendo donde hay unos baños maravillosos y siempre impolutos. Fui al servicio y, al salir del retrete, me encontré en el lavabo más próximo a la puerta a un padre lavándole las manos a una niña pequeña. Le advertí que era el baño de mujeres y él, muy agobiado, me dijo: “… y qué voy a hacer…” señalando a la cría. A lo que le contesté: “pues ir al baño de los hombres con tu hija”.

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A mí no me fastidia ver a un hombre en el servicio de mujeres y no tengo inconveniente en usar baños unisex, lo que me inquieta son las razones que llevan a un padre a considerar que el baño de caballeros no es el lugar apropiado para lavarle las manos a su hija de 4 años. En estos días he reflexionado sobre el tema y veo un clarísimo machismo que no apreciamos por ser habitual.

En este caso concreto la higiene del servicio está descartada porque, como he dicho al principio, la limpieza es impecable, aunque tampoco sería una excusa válida. A lo mejor los hombres deberían aprender a usar correctamente los retretes para poder entrar con sus hijos e hijas.

La razón que me viene a la cabeza es que para algunos hombres el baño masculino no es un lugar adecuado para las niñas, pero ¿Cuál es el motivo? ¿No quieren que sus hijas puedan ver medio pito si otro hombre está haciendo pis con la puerta abierta? ¿Tan mal concepto de su propio género tienen, que creen que sus hijas están en riesgo en un baño rodeadas de hombres?

Lo he meditado, y creo que esos hombres que entran con sus hijas al baño de mujeres lo hacen para protegerlas de la visión de colas ajenas, pasándose por el arco del triunfo la incomodidad que puedan ocasionar a las niñas que hacen un uso correcto del aseo. A ese señor que me encontré le importó muy poco si había otras niñas quizás un poco mayores que la suya subiéndose los leotardos, o adolescentes a las que pudiera intimidar con su presencia, solo se preocupó de “proteger” a su hija.

Los servicios y vestuarios femeninos están llenos de niñas y niños que entran solos o acompañados con total libertad porque es un espacio seguro para ellos. Cualquier niño de 8 años ha visto a lo largo de su vida montones de culos, tetas y vulvas de mujeres que no son su madre en vestuarios de piscinas y centros deportivos sin que nadie vea nada perverso en ello, porque no lo tiene. Pero si una niña ve el pene de un extraño en una situación tan natural como ir a orinar o cambiarse el bañador se cae el mundo. ¿Los niños pueden ver cuerpos desnudos de mujeres pero las niñas no pueden ver cuerpos desnudos de hombres?

Creo que la actitud de ese señor fue machista y sobre todo fue machista con su propia hija a la que creyó proteger de un peligro que realmente no existe. Y al mismo tiempo, probablemente sin pretenderlo ni planteárselo siquiera, fue desconsiderado con las mujeres y sobre todo con las niñas que pudieron sentirse molestas con su presencia en un espacio que no le correspondía.

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