El amor de la vida

El amor de la vida

Valeria Morales Núñez

Microlito 4-2 .mAll you need is love….. Creative Commons | Vía Flickr

¿No se dice a la mujer: “Sólo cuando

me sigas tendrás una vida plena”?

suscribete al periodismo feminista

¿Esto no es condenarla a la parálisis, esto no es

Download PDF

08/12/2017

Valeria Morales Núñez

Microlito 4-2 .mAll you need is love….. Creative Commons | Vía Flickr

¿No se dice a la mujer: “Sólo cuando

me sigas tendrás una vida plena”?

¿Esto no es condenarla a la parálisis, esto no es

degradarla y deshonrarla sí rechaza comprar su derecho a la maternidad,

vendiéndose a sí misma? ¿No es el matrimonio la sanción de la maternidad,

incluso si fuera concebida por el odio, bajo la coacción?” Emma Goldman

¿De dónde viene esta idea del verdadero amor de la vida, de la media naranja? ¿Se tratará de una estrategia para que interioricemos la propiedad privada y nos sea mucho más viable este sistema de mierda? ¿Por qué las mujeres lo sufrimos más que los hombres? ¿Fue mentira entonces la igualdad, libertad y fraternidad alcanzada con la Revolución Francesa? ¿O sólo unos sectores pudieron vivir esa revolución? ¿Acaso se quedó en el centro del mundo y en el centro de la sociedad?

Éstas y más preguntas surgen en mi ser al pensar en qué tanto o no he interiorizado que la idea de la media naranja es destructiva y atadora. Sé que es una estrategia bien sucia pero mi cuerpo no está tan seguro. Empiezo a pensar en su origen… Sí, el patriarcado, pero… y ¿qué más?… ¡¡¿¿La iglesia católica??!!… Esos malditos infelices, a veces los olvido. Vemos a María con un solo amor para toda la vida. Ella sirve al “Señor” toda su vida, ella debe bajar la cabeza, debe llorar en silencio y lamentar ser mujer, porque ser mujer es una desgracia… a tal punto que la llaman “virgen”.

Es tal la desgracia, es la mujer tan inservible e insignificante, que no puede o debe andar sola por la vida, tomando decisiones, con libertad y amor propio… No, no debe vivir.

A pesar que les tiemblen las pantorrillas cuando las mujeres nos acercamos, bellas, libres, fuertes, felices, con rabia y dignidad. ¿Es por eso que nos mantienen en esta denigrante posición de dependencia permanente? ¡¡A quién sea!! No importa si es un agresor, no importa si nos viola, si nos lastima, si nos humilla, no, no importa que nos vea como mero placer, no, no importa que crea que en nuestras cabezas no hay más que aire… No, realmente no importa. Lo único que importa es que se genere dependencia, en la mayor de vías posibles: económicas, psicológicas, ¡la que quieras!

Y si, tal vez, quienes estamos más acomodadas, podamos trabajar y estudiar, tal vez tenemos más oportunidades que nuestras abuelas, claro. Pero, eso no nos vuelve impermeables, la impermeabilidad no existe. Es correcto, en algunas clases, no estamos casadas a los veinte ni tenemos 4 hijos ya a estas edades, pero… ¿saben qué nos sobra?? El miedo.

La libertad, la paz, la serenidad y la felicidad… todo esto nos hace falta, y si hemos mejorado pero aún nos queda muchísimo camino. Yo espero no alcanzar el sol, que la lucha es constante, ardua pero reconfortante. La felicidad paso al segundo plano, solo importa que se genere alguna dependencia, a como dé lugar. Hasta en el hogar aprendemos muy bien, no se debe siquiera salir de la cama para asistir a la escuela de “Adaptación: Violencia Cotidiana, en el seno de tu familia. ¿Cómo lidiar con ella?”, ahí aprenderás, y será reforzado en tv, en el kinder, en la vida. Y así se construye la que sola ni el bus puede tomar, ni la blusa escoger.

No se trata de tirar a la basura lo alcanzado, hay que aplaudirlo, celebrarlo, exigirlo y manifestarlo. Sin embargo, creyéndonos científicas sociales, nos creemos un ser objetivo sin corazón, ni razón de justicia, simplemente una máquina creadora de datos y con un poder especial nada susceptible a la realidad social.

Es decir, creemos que por ser mujeres con acceso a ciertos tipos de conocimientos, “cúpula del saber”, nos vemos ya curadas de este sistema machista que bien nos tiene comiendo mierda pura todos los días y en la mayoría de espacios. Creemos que los anteojos nos dan poderes mágicos, y por lo tanto dejamos de ser sumisas en el momento en que memorizamos el concepto “patriarcado”. ¡Por favor! ¿Cómo no les da vergüenza tener un pensamiento tan reducido y cegado? No estamos libres del patriarcado, no lo estamos. Tal vez tengamos más libertades que nuestras abuelas y ancestras, pero eso no significa que seamos libres, significa que, al contrario, debemos abrir los ojos y todos los sentidos posibles para tener la capacidad de identificar esos accionares machistas que se disfrazan de igualdad. Podemos elegir con quien estar, pero ¿tenemos la capacidad de hacerlo? Del dicho al hecho hay mucho trecho, aprendí en Los Pinos de Alajuelita.

Quiero decir, me refiero a que tal vez tengamos más libertades sexuales, económicas y culturales, pero sin embargo tenemos cárceles en nuestras mentes, podemos declararnos feministas, anarquistas, izquierdistas, lo que tú quieras puedes declararte, que eso no elimina al Estado y a la Iglesia que nos colonizan los cuerpos día a día, de pensamiento en pensamiento, de gesto en gesto. ¿Tenemos la autoestima, la autonomía y educación para tomar el rumbo de nuestras vidas? Creo que no, creo que esos discursos que nos repiten nuestra libertad son palabras que se encargan de decorar un tiradero. Lo cual no significa que haya que rendirse o que haya que dejar de luchar día a día para que la libertad sea total.

Lo que trato de decir es que para nosotras las mujeres todo cuesta el triple, o el cuádruple, incluso el quintuple si somos clase baja o indígenas; que más allá de las desigualdades materiales, están las culturales y subjetivas, donde nosotras mismas, respondiendo a un modelo de educación totalmente machista, no nos consideramos capaces de andar solas por la vida. Entonces logramos que el sistema flexibilice las condiciones para que las mujeres podamos desarrollarnos, y ahí me pregunto “¿están todas las condiciones para ese desarrollo? ¿Dónde está la dependencia emocional en esto?” Podemos tener un excelente trabajo, pero si aún nos sentimos culpables por ganar más que nuestra pareja, si aún nos dan la espalda al vernos triunfadoras, si aún nos condiciona más la opinión pública que la justicia misma, si todo esto aún sucede quiere decir que queda mucho, muchísimo por hacer, que el machismo existe, que hay avances pero que no son suficientes, porque mientras haya una mujer esclavizada en el mundo por ser mujer, todas estaremos esclavizadas.

 

Download PDF
master violencia de género universidad de valencia

Artículos relacionados

Últimas publicaciones

ayuda a Gaza
Download PDF

Título

Ir a Arriba