La ciudad abraza los cuerpos diversos

La ciudad abraza los cuerpos diversos

El Ayuntamiento de Barcelona ha recogido las demandas de sus habitantes intersexuales para mejorar la atención sanitaria y combatir la discriminación. Expertas y activistas en intersexualidad abogan por políticas públicas que cuestionen la patologización y el binarismo de género.

Imagen: Núria Frago
04/08/2017

Lola fue diagnosticada de Síndrome de Insensibilidad de los Andrógenos a los 14 años. Los médicos le explicaron que tenía testículos internos y que había que extraerlos para prevenir el riesgo de que desarrollasen tumores. No tuvo elección, su médico había puesto sobre la mesa la carta más alta: la palabra ‘cáncer’. Doce años después, Lola es investigadora sobre intersexualidad y señala que, si hubiera tenido la información que tiene ahora, probablemente se hubiera ahorrado las operaciones que le resultaron dolorosas y estigmatizantes. “Los médicos me dijeron que mi cuerpo era biológicamente diferente, que yo era un caso entre un millón y además me recomendaban que lo mantuviera en secreto”. Lola no culpa al equipo médico que la asesoró como mejor supo, pero hoy atribuye su discurso a la falta de formación de los profesionales de la salud sobre cómo tratar a las personas con características sexuales diferentes.

La psicóloga y presidenta del Grupo de Apoyo al Síndrome de Insensibilidad a los Andrógenos y Síndromes relacionados (GrApSIA), Yolanda Melero Puche, confirma que actualmente persiste “una presión salvaje por parte de los sanitarios, que a menudo recomiendan operar lo antes posible”. Melero compara este criterio con la controversia sobre los protocolos relativos al cáncer de mama: “Te hago directamente una mastectomía para prevenir futuros tumores, en vez de controlar asiduamente y sin usar técnicas invasivas”, ilustra. La presidenta de GrApSIA, sí considera que intervenir puede ser una opción plausible en algunos casos pero recalca que conviene informar bien de los riesgos que supone.

Se estima que, las personas afectadas por alguna variación intersexual (en cromosomas, hormonas, gónadas y genitales externos) podrían englobar al 1,7% de la población mundial. La Organización Internacional de Intersexuales se opone a las extendidas prácticas de asignación sexual por entender que contravienen el derecho de las personas a decidir sobre sus cuerpos e identidades. Sin embargo, en el Estado español no existe una articulación política y activista comparable a las movilizaciones y avances institucionales a favor de la despatologización trans. En Barcelona, la Concejalía de Feminismos y LGTBI se ha interesado por este enfoque que entiende la intersexualidad en clave de diversidad, y ha puesto en marcha un plan de acción que responde a las demandas de las personas con características sexuales diferentes.

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LAS PERSONAS AFECTADAS POR ALGUNA VARIACIÓN INTERSEXUAL PODRÍAN ENGLOBAR AL 1,7% DE LA POBLACIÓN MUNDIAL

El primer paso fue encargar un informe a Nuria Gregori, doctora en Antropología Social y Cultural e investigadora en intersexualidad, para conocer las necesidades específicas de la población intersexual de esta ciudad. Las 39 personas entrevistadas denunciaron el desconocimiento o la falta de sensibilidad que algunos profesionales muestran en la consulta, y advirtieron de que el tratamiento recibido había sido patologizador. La desazón se agrava cuando hay cirugía de por medio. Basándose en esos testimonios, la Concejalía ha lanzado una serie de iniciativas de formación y sensibilización para que el personal sanitario conozca el trato que debe ofrecer a sus pacientes con variaciones intersexuales.

Gregori explica que los límites que distinguen las intervenciones estrictamente necesarias de las innecesarias son inciertos y que a menudo la prescripción de hormonación y de cirugías correctivas se fundamenta en la creencia de que las personas con características sexuales diferentes no pueden tener una vida satisfactoria: “El criterio médico puede verse afectado por fantasmas que tienen que ver más con cuestiones de género que con problemas de salud”, afirma la investigadora. Su informe constata que “hay personas que han sufrido mucho a pesar de haberse sometido a operaciones”. Por ese motivo, considera que los profesionales médicos deben estar obligados a informar sobre todas las alternativas, incluyendo las no quirúrgicas, y que deberían poner a sus pacientes en contacto con grupos de apoyo que trabajen en clave de despatologización.

A diferencia de otros sanitarios, la doctora Laura Audí, investigadora del Grupo de Endocrinología Pediátrica en el Hospital Universitario Valle de Hebrón que lleva más de 40 años estudiando la población intersexual y con Diferencias del Desarrollo Sexual, no apuesta por extraer órganos en buen estado en jóvenes o adultos intersexuales, sino por vigilar las gónadas para detectar a tiempo el posible desarrollo de tumores. La pauta es que hay que visitar el centro de salud “cuando hay alteraciones de sistemas necesarios para el mantenimiento de la vida. Esto sucede, sobre todo cuando la función suprarrenal falla y se descontrola la regulación del azúcar, los corticoides, los mantenimientos de sal”. Sin embargo, Audí sí considera necesario intervenir con cirugía sobre los genitales ambiguos aunque no peligren la vida o las condiciones de salud del bebé: “La atención médica es una urgencia en cuanto a la necesidad de asignación de sexo o género”, dice la doctora.

Ilustración de Nuria Frago.

Gregori explica que cuando el cuerpo funciona de una forma distinta a como se espera, el personal médico desconoce las consecuencias que esa diversidad puede tener en la salud y en el desarrollo sexual. Modificar ese cuerpo se antoja una solución más sencilla que normalizar la diversidad en una sociedad binaria. Para las personas intersexuales, “el hecho de tratarse o no hacerlo siempre comporta lidiar con la incertidumbre y la inseguridad”, lamenta.

La regidora de Feminismos y LGTB de Barcelona, Laura Pérez, cree que es fundamental educar al personal médico para evitar este tipo de experiencias traumáticas. El plan de acción del Ayuntamiento de Barcelona pone el foco en capacitar al personal sanitario de los Centros de Atención Primaria, porque son los espacios que ofrecen una atención sanitaria más inmediata. Con el objetivo de formar a las y los médicos generalistas sobre las características de las personas intersexuales, prepararlos para que sepan cómo intervenir en cada caso y entregarles instrumentos para que puedan informar a las familias, el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya invita a los directivos y directivas de los centros de salud a una formación de asistencia obligatoria. La intención es quienes asistan puedan capacitar a su vez a sus equipos.

El programa de formación del Ayuntamiento también incluye una guía que se distribuirá en los Centros de Atención Primaria en la que se exponen buenas prácticas médicas que indican cómo atender e informar a las personas con características sexuales diferentes y a sus familias.

Educar sobre la diferencia

Hay mujeres con vaginas cortas, labios cerrados, abiertos, el clítoris de mayor o menor tamaño…” , enumera Lola. La investigadora sobre intersexualidades señala la importancia de mostrar cómo las rígidas categorías sociales de género ‘hombre’ y ‘mujer’ excluyen a mucha gente. Estos esquemas binarios agravan las experiencias de las personas con características sexuales diferentes, que tendrán que aceptar la ruptura de expectativas sociales como ser una mujer sin menstruación, no poder tener hijos o tener dificultades para practicar el coito. Y, por si fuera poco, tener que superar el miedo al rechazo por tener un cuerpo distinto al esperado en una mujer o en un hombre “normal”.

LOS ESQUEMAS BINARIOS AGRAVAN LAS EXPERIENCIAS DE LAS PERSONAS CON CARACTERÍSTICAS SEXUALES DIFERENTES

Yolanda Melero también subraya que “el estigma de no ser suficientemente mujer u hombre te hace sentir más débil”. Algunas personas intersexuales reaccionan al cuestionamiento social de su identidad reafirmando su género. “Yo soy una mujer –afirma la presidenta de GrApSIA–. Tengo mis peculiaridades, pero soy una mujer”. Gregori aboga por hablar de diversidad no sólo para referirse a las personas intersexuales: “Todo el mundo tiene fisuras en su identidad sexual de género”, reflexiona.

El plan de acción contra la discriminación hacia las personas intersexuales que ha lanzado el Ayuntamiento de Barcelona se enmarca en una política más amplia a favor de la educación en la diversidad. Actualmente, el Gobierno municipal desarrolla un proyecto en el marco de la Red de Escuelas por la Igualdad y la No Discriminación en el que se integran diversidad sexual y de género, funcional o étnica de manera transversal en el currículum escolar. Este programa incluye una maleta con material pedagógico que se pondrá a disposición de todas las escuelas de Barcelona el año que viene. El objetivo es reconocer en el aula las identidades y vivencias que aglutinan las siglas LGTBI a “diario y no solo de forma reactiva ante las discriminaciones”, destaca Laura Pérez.

El activismo resulta esencial para que estas iniciativas institucionales y educativas se extiendan a otros territorios. Pese al estigma social, Lola ha ido encontrando referentes en la comunidad intersex fuera de los grupos de apoyo. Pero visibilizarse como intersexual sigue siendo difícil por el miedo al rechazo social. En su trabajo académico, Lola se encuentra recogiendo las historias diversas de las personas intersexuales para educar en la diversidad y erosionar el binarismo: “Hay que escuchar a esta comunidad. Y hay que abrazar los cuerpos diversos”, concluye.

ECLOSIÓN LEGAL EN EL MARCO INTERNACIONAL
El plan de acción del Ayuntamiento de Barcelona coincide con un periodo de eclosión legal sobre intersexualidades en el marco internacional desde la ONU, la OMS, el Consejo de Europa y en el Estado español. Esta legislación no está libre de controversias: las políticas públicas contra la discriminación de las personas intersexuales se incluyen, por lo general, en las agendas LGTB sin matizar los nombres concretos de cada síndrome y las especificidades biológicas que diferencian a la población con características sexuales diferentes. Las legislaciones de esta índole, generalmente, homogeneizan y descuidan la complejidad que acompaña a las experiencias de estas personas y no asumen que existen problemas médicos de difícil incorporación por su carácter polémico, como las intervenciones quirúrgicas correctivas en menores. A estas deficiencias del instrumento legal se suma el hecho de que parte del colectivo de personas con características sexuales diferentes rechaza la tendencia a incluirlas en las siglas LGTB que ahora suman a menudo la ‘I’. La intersexualidad tiene que ver con el cuerpo y no con el género o la sexualidad. La inclusión generalizada que la legislación hace de las personas intersexuales en estos grupos supone para muchas de ellas una agresión a su identidad de género, y, como consecuencia, no se sienten interpeladas por estos instrumento

 

Este reportaje ha sido publicado en el número 3 de El Salto.
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