Pensamientos de supermujer

Pensamientos de supermujer

Me dicen supermujer por trabajar en política y ser madre. ¿Pero qué mujer no es una supermujer, si conciliar significa andar como locas todo el día? ¿Y si no quiero ser una supermujer? ¿Y si quiero decir que no quiero llegar a todo?

Imagen: Emma Gascó
24/05/2017

Elsa Pamparacuatro, representante electa de Podemos-Euskadi en las Juntas Generales de Bizkaia

¿Debe (…) optar el alma noble entre sufrir la fortuna impía (…) o rebelarse en contra de un mar de desdichas y (…) desaparecer con ellas?
Hamlet-
W. Shakespeare
 

Voy corriendo calle arriba para coger el autobús que me deja en la puerta del colegio. Voy a recoger a mi hija y a mi hijo y voy justa, como de costumbre. Si no cojo ese no llego a la salida del colegio. Llego con la lengua fuera; el bolso, la bolsa, la mochila del portátil y demás aparejos que hacen que parezca un árbol de navidad andante en pleno abril. Llego. Hay cola, espero. Aliviada me monto en el autobús. Hoy llego a recogerles, eso sí, sin comer y sin merienda. Si me sobra un minuto paro a por el pan, si no, creo que hay un trozo de ayer.

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Me siento, justo empieza ‘Cheek to Cheek’ en versión de Ella Fitzgerald. Repaso el día. He aprovechado lo suficiente. Me ha dado tiempo a preparar uno de los discursos de la semana que viene, hay que repasarlo y retocarlo seguro, pero al menos el borrador está. El otro ya lo terminé ayer, pero a lo mejor tengo que hacer un par de consultas más sobre el tema. Los otros temas tendrán que esperar para después de la comisión. Por cierto, vaya tela el punto sobre producción en la comisión de sostenibilidad de hoy, entre que el resto de grupos nos intentan enseñar lo que tenemos que pensar y que ellos saben mejor lo que queremos decir, estamos apañadas; es curioso porque yo tengo huerta, gallinas y frutales, pero ellos saben cuál es el mejor modelo productivo. Hablando de modelos productivos, no sé qué “producir” de cena. Es viernes, la nevera vacía y una pila de platos esperando a que los friegue, los tenía que haber fregado anoche, después de cenar, pero entre la pereza que me da fregar después de cenar y lo agotada que estoy por la anemia…

No sé qué darles de cenar a las fieras. Me preocupa que coman tanta carne y tan poca verdura. Ojalá pudiera sacarles del servicio de comedor. La niña siempre se queja de que las alubias y la sopa se la ponen fría. Además, es un dinero, y nos han quitado la beca. Aún queda un año y medio para que su padre termine la carrera, no pasa nada, llevas tres así y has sobrevivido. Hay que coordinar la moción que vamos a presentar en todas las instituciones, esperemos que prospere, ya he pasado la de los teleoperadores, la de los estibas y está en el cajón la del Ceta. No me acordaba que a la tarde tengo reunión para organizar las columnas de Ongi Etorri Errefuxiatuak, para organizar la de nuestra zona. Por cierto, no he hecho el acta de la reunión de ayer. Es una suerte poder hacerla por Skype, porque llevármelos a las reuniones es agotador. ¿Cómo lo harán el resto de partidos? La ejecutiva de Podemos Euskadi en esto se merece un 10, me ponen las reuniones por videoconferencia y en horario de extraescolares, cuando ya están acostados, o los fines de semana, menos mal. Han convocado el pleno, la mesa y la junta de portavoces, que no se te olvide apuntarlo, que luego se te olvida. Apunta en la agenda la reunión con el círculo, la de la Musika Eskola y la que tienes pendiente para modificar la Norma Foral y… ¡Ay! Hoy tienen Euskal Dantzak. Genial, aprovecharé el rato para fregar, eso sí, espero que las gallinas hayan puesto huevos y así ya tengo la cena. Es una pena que solo sean 45 minutos, no me da tiempo a nada, si no iba al súper. Estoy preocupada por lo que me dijo mi hijo el otro día.

–  Mi compañera del cole dice que los niños tienen pito y las niñas pochas.

A lo que yo contesté:

– Bueno, cariño, eso no es así, mira, una cosa es el género y otra la identidad sexual. Espera que te lo explico más fácil. ¿Te acuerdas cuando dijiste que las chicas solo se podían casar con chicos y vimos que no? ¿Qué Nerea y Marta están casadas y que se puede? Que lo que importa es el amor, que es el mismo. Pues esto es igual, mira, esta es Alicia, es cantante, es una chica pero nació con pito y está Aitzole.

– ¡¡Que guapa es Aitzole!!

–  ¡Mucho, cariño! Es muy guapa. Pues Aitzole nació con pito, pero es una chica.

– Mi compa del cole tiene pocha pero dice que es un chico y a mí me da igual si tiene pito o pocha. Nos divertimos mucho.

Bueno, al menos sirve de algo la hora de cena donde hablamos de valores. Espero que de mayores entiendan que todo lo que les digo lo hago porque creo que está bien, aunque me preocupan estos comentarios del cole. Iría a hablar con la profe, pero no me da tiempo. Hablando de tiempo, tengo que colgar la ropa. Y teñirme. Y depilarme, pero lo haré con calma, que cualquier día de estos me tiño el sobaco y me depilo la cabeza… Jajajajja qué gracia te hacen estas tonterías, Elsa. Pues sí, menos mal que nos queda el humor. El humor y el amor. Por cierto, sigo teniendo pesadillas con aquel programa de ‘Salvados’ en el que hablaban de las violaciones a menores. Me da pánico. Me da pánico lo que les pueda pasar. Me da más pánico que el miedo que tenía de adolescente a que alguien me violase a mí. ¿Cómo decirles que nadie, nadie, puede obligarles a hacer algo que no quieren? Mira que oigo a las demás feministas y parece fácil, pero el miedo me paraliza. ¿Cómo detectarlo y controlarlo si llegase a pasar sin transmitirles pánico? Ains, tengo que escribir aquello que me pidieron sobre conciliación y política, ¿pero qué narices voy a decir? ¿Qué conciliar ahora mismo es apañar y andar como las locas todo el día?

Suena ‘Gone with the wind’. He llegado a la parada. Corre, que no llegas al cole. Compra pan, aún te sobra un minuto.

¿Qué tal?— una amatxu.

Bien, cansada— respondo yo.

Normal, es que eres una supermujer.

Supermujer, supermujer, supermujer, supermujer…— resuena en mi cerebro.

¿Qué? ¿Una qué? ¿Supermujer? ¿Yo? Lo flipo. Sonríe Elsa, que no se te ocurre nada para responder de manera pacífica, no es momento de guerrear, no merece la pena. ¿Que soy una supermujer? ¿Acaso hay una sola mujer que no sea una supermujer?

¿Somos supermujeres las mujeres que nos dedicamos a la política porque los estereotipos de género que están aún instalados en el imaginario de nuestra sociedad nos dicen que no es un lugar para nosotras y debemos conquistarlo continuamente? ¿Acaso una supermujer es aquella que está más visible que el resto de mujeres? ¿Significa eso que las mujeres que no tienen acceso a los medios de comunicación ni a los altavoces de nuestra sociedad son menos supermujeres?

Hay millones de niñas que son explotadas, esclavas, sin derecho a ir al colegio, sin derecho a aprender. Millones de niñas educadas en la sumisión, convencidas en que somos seres inferiores, sobreviviendo con la amenaza de ser violadas, vendidas, humilladas y, sobreviviendo con la amenaza de ser asesinadas.

Hay millones de adolescentes que son sacadas de los institutos para realizar trabajos precarios, que son casadas por obligación. Millones de adolescentes que son empujadas a estudiar carreras de “chicas”. Millones de adolescentes que han de realizar labores en casa o de cuidados a la vez que estudian. Millones de jóvenes que sobreviven con la amenaza de ser agredidas, con la amenaza de despertar en un descampado sin recordar nada, sobreviven con la amenaza de ser empaladas, violadas, vejadas, vendidas, sobreviven con la amenaza de ser asesinadas.

Las mujeres que sobreviven a la juventud tienen que elegir entre ser madres o profesionales, entre cuidar o ascender. Tienen que explicar si no son madres o quieren serlo cuatro veces. Las mujeres jóvenes sobreviven con la amenaza de ser agredidas, vejadas, explotadas, infravaloradas, sobrevivimos a la amenaza de ser violadas, sobrevivimos a la amenaza de ser asesinadas.

Las mujeres que sobreviven a la madurez no tienen los mismos salarios por el mismo trabajo, no pueden dejar de cuidar hasta que son cuidadas, no tienen unas pensiones dignas. Las mujeres que sobreviven a la madurez lo hacen con la amenaza de ser agredidas, de ser despojadas de la dignidad del trabajo no remunerado, sobreviven con la amenaza de ser violadas, sobreviven  con la amenaza de ser asesinadas.

Y luego, hay miles y miles de supermujeres que no sobreviven. Así que, ya que ninguna va a sobrevivir al tiempo y a la amenaza, hasta que no se nos trate como las personas que somos, reivindiquemos el derecho de ser o no, supermujeres. Yo no lo soy. No quiero tener que serlo. Quiero sentarme a comer, no correr todos los días para recoger a mis hijos, quiero poder decir que no es justo, que no hay igualdad, que no sé cómo se educa ni cómo se aprende. Quiero saber decir que no llego a todo, que gracias por no consentir que yo sea la única que renuncie a mis sueños, que no tenga que dar un paso atrás y asumir obligadamente las que supuestamente son mis tareas, mis tareas, las feas, las que yo tampoco quiero hacer. Quiero sentir que es más fácil quedarse que huir hacia adelante.

Suena ‘Summertime‘, de Ella Fitzgerald, llegará el verano, pero hasta entonces, seguiremos luchando, seguiremos avanzando, seguiremos creciendo.

Ser o no ser… (supermujer), es la cuestión.

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