¡Liberad a Melania!

¡Liberad a Melania!

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11/02/2017

Natalia

Melania Trump dando un discurso ante el público

Fotografía de Disney | ABC Television Group a través de Foter.com / CC BY-ND

Otro día y otro mal gesto de parte de Donald Trump a su esposa. Esta vez cuando ella intentaba cogerle de la mano para parecer un matrimonio feliz. Los Obama dejaron un listón muy alto en el imaginario colectivo con esa estampa de la happy family americana. Pero el señor Trump no está para tonterías. Ni para que nadie le haga sombra o intente estar a su nivel. Melania no es su compañera, es su adorno para hacer más bonitas sus apariciones, y para que las mujeres hablen del vestido que lleva claro, si no de qué van a hablar cuando los hombres hablan de política.

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Me pregunto qué se le pasará por la cabeza a Melania Trump. Una mujer de origen humilde que nació con una virtud, su belleza. Quizá tenga muchas más, pero fue en esa la que se centró para llegar lejos. Y vaya si lo ha conseguido, primera dama de EEUU (signifique lo que signifique ese cargo). Probablemente si hubiera querido ser ingeniera o astrónoma se habría quedado en el camino, quizá trabajara de su profesión, pero ¿ese oro? ¿esa ropa? ¿ese triunfo que se mide por el número de ceros de su cuenta corriente? Eso ni soñarlo. Eligió el estatus, y me gustaría saber si ahora mismo se arrepiente o volvería a hacerlo.

De niña debió soñar con tener el mundo a su pies. Poder comprar a su antojo, llegar a un lugar y ser el centro de todas las miradas, ser admirada (¿quizá querida?) por todos y todas. Si lo único importante en el mundo es el dinero y la belleza, Melania iba a entrar en el juego. Se dejaría la piel para ser la ganadora. Si no importa lo que una mujer piensa, pues me callo, si tengo que aparentar ser joven aunque esté a punto de cumplir 50 pues me someteré a todo tipo de tratamientos, si mi marido no respeta a ninguna mujer, pues igual tiene razón, total yo llevo años cultivando mi cuerpo, no mi intelecto. Qué voy a saber yo.

Y así es como una persona se somete al rol que le han impuesto o que ha interpretado como única manera de llegar a la meta: el triunfo social. Me pregunto qué mensajes recibiría esta mujer de niña, qué perspectivas vería en su vida para decidir entrar en ese juego. El dinero tiene un precio, no sé si ella lo considerará alto. Está casada con un hombre que no la respeta, que la considera inferior y nunca la verá como a una igual. Por eso muchos claman por liberar a Melania (en broma o en serio). Yo me pregunto si ella estaría dispuesta a liberarse a sí misma. Deshacerse de sus ideas preconcebidas, olvidar el estatus social para llegar a la autorrealización, querer amar y ser amada, desear ser respetada y considerada como un ser humano y no un simple adorno. Creo que la mayoría no somos capaces de liberarnos de las ideas que nos han impuesto en el camino y que nosotros hemos alimentado. Ojalá Melania pueda.

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