¿Quién contará nuestra historia cuando hayamos muerto?

¿Quién contará nuestra historia cuando hayamos muerto?

Activistas plantean la necesidad de hacer archivo de los movimientos sociales que los relatos hegemónicos no se están encargando de preservar: las primeras luchas y manifestaciones de colectivos feministas, el 15M...

23/12/2016
Asociación Flora Tristán

Asociación Flora Tristán

En una época obsesionada con la información, convivimos con los grandes vacíos de la Historia -más o menos coetánea- sobre relatos feministas y otros movimientos igualitarios. ¿Cómo llegará este legado a generaciones venideras si el discurso oficial no lo cuenta? Este dilema se planteó en las jornadas ‘Historias y archivas del movimiento feminista en el estado español, celebradas en el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) al amparo de la exposición archivística ‘Feminismos León. De la buhardilla del CCAN a la insumisión transfeminista‘.

El problema de recoger y transmitir las luchas sociales se encuentra en que “o se han quedado en lo privado o han sido invisibilizadas por el canon archivístico”, indica la histórica activista queer Fefa Vila, impulsora del colectivo ‘LSD’. “No se ha preservado la existencia ni la producción de mujeres; nos falta ese relato hecho archivo que dé cuenta de quiénes somos y de dónde venimos. ¿Cómo se explicará el 15M dentro de unos años, quién y cómo lo recogerá? Dar respuesta a estas cuestiones y contarnos colectivamente en términos sociales es un acto tremendamente político”, sentencia la activista.

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Palimpsestos de nuestra historia colectiva

Uno de los primeros intentos de documentar y valorar las prácticas políticas fue ‘Desacuerdos en el año 2003. El proyecto, coordinado por las investigadoras María Ruido y Carmen Navarrete, dio pie a repensar las prácticas artísticas en relación con los movimientos sociales.

Diez años más tarde, en 2013, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía concedió una residencia de investigación para crear un archivo queer, proyecto en el que también participó Fefa Vila. “Teníamos que preguntarnos constantemente qué era necesario documentar y de qué manera, qué es lo que deja huella y qué es lo efímero dentro del activismo, e incluso cómo han cambiado nuestras vidas“, aclara. El propio formato de archivo es una cuestión que también les preocupaba: “Queríamos que se pudiese entablar conversaciones con las personas que pasasen por allí y que pudiesen dejar objetos físicamente”. El mismo museo, dentro de una línea de recuperación de discursos feministas, participó en un programa gracias al que dotó a sus fondos de una mirada de género que estaba, en muchos casos, obviada.

De la memoria colectiva a la autoedición de relatos, a comienzos de 2016 la doctora en Bellas Artes y editora de fanzines Gelen Jeleton basó su tesis en la creación de un archivo de fanzines feministas. ‘Una Archiva del DIY: La fanzinoteca feminista-cuir recoge herramientas que Gelen considera “instituciones feministas que mediante el arte hacen activismo”.

Tras estas iniciativas centradas en reunir una historiografía feminista reciente, el MUSAC ha coordinado en 2016 la creación de un proyecto colaborativo digital entre asociaciones feministas leonesas: el Archivo de Feminismos de León. De esta manera, se ha puesto en común, se ha digitalizado y catalogado toda la documentación de acciones que fueron atesorando los colectivos. “Habría que preguntarse si, después de esta práctica en conjunto, las asociaciones nacen para dar fe de archivo y si pierden su historia si no hacen acta de todo ello”, interroga Araceli Corbo, la responsable de la Biblioteca y del Centro de Documentación del MUSAC. Corbo destaca que esa memoria haya vuelto a las instituciones: “Tendremos que ver cómo congenian las asociaciones con lo institucional, que pretende dar visibilidad, acoger y contener ese archivo”.

Exposición Feminismos León.

Exposición Feminismos de León.

El Archivo de Feminismos de León se complementó con la exposición ‘Feminismos León. De la buhardilla del CCAN a la insumisión transfeminista, en la que se pueden consultar recortes de prensa, actas o fotografías de distintos momentos históricos de los colectivos leoneses. El Archivo, a su vez, bebe de un híbrido entre obra de arte performativa y archivo documental: el Contenedor de Feminismos, una creación ideada en 2007 por la historiadora del arte Anxela Caramés, la artista Carme Nogueira y la diseñadora Uqui Permui.

Contener el artefacto feminista

El Contenedor de Feminismos es una pieza artística móvil elaborada bajo la firma de Carme Nogueira con la finalidad de generar docuacciones, es decir, “reuniones para compartir las historias de grupos de mujeres cuyas experiencias activistas no habían sido tratadas como se merecían y que se habían quedado entre lo privado y lo público“, aclara Anxela. La pieza, coronada por la palabra FEMINISMOS y por los hitos recogidos en las docuacciones, puede abrirse y convertirse en estanterías donde se deposita el material para su consulta.

La primera de estas docuacciones se realizó para las jornadas feministas ‘Contra viento y marea organizadas en A Coruña por la Casa-Museo de Emilia Pardo Bazán. Gracias al primer encuentro, recuperaron la memoria de las luchas sindicalistas de las conserveras de la Illa de Arousa en los años 80, cuando el cierre de una fábrica movilizó a cien mujeres de diferentes edades. De esta docuacción alrededor del Contenedor se recuperó una cinta de vídeo que documentaba el encierro y la huelga de hambre de cuatro trabajadoras, además de artículos de prensa y carteles de manifestaciones. Con esta performance nació también un proyecto paralelo, el documental ‘Doli, doli, doli… Coas conserveiras dirigido por Uqui Permui, en el que recoge testimonios de este hecho histórico.

“Los documentos rescatados por el Contenedor forman parte de un archivo artístico”, indica Permui. Y el elemento artístico “es la excusa alrededor de la cual juntarse ocupando el espacio para inscribir las historias en el ámbito público“, matiza Carme Nogueira. Tras el éxito de la docuacción con las conserveras, constataron el potencial de la pieza performativa como archivo, así que no tardó en cruzar las fronteras gallegas a la par que se iba almacenando un repositorio digital del material recuperado. Así, este dispositivo expositivo y detonador tuvo su primera visita en León dentro del marco de la exposición ‘Genealogías feministas‘, organizada por el MUSAC durante los años 2012 y 2013. En 2014 el Contenedor viajó hasta Bilbao para recoger testimonios de mujeres bertsolaris, una cuestión de ocupación pública muy masculinizada que consiste en la interpretación de versos con componentes activistas. Y en 2016 recala por última vez en León dentro de la exposición ‘Feminismos León’.

Contenedor de Feminismos

Contenedor de Feminismos

Con tanta memoria acumulada, las promotoras del Contenedor vieron el momento idóneo para transformar el proyecto: “Nace de nuestra iniciativa o por petición, y es completamente autofinanciado, de manera que evoluciona con nosotras y con nuestras preocupaciones profesionales como historiadora, artista y diseñadora”, explica Anxela Caramés. Esto se traduce en que en la última etapa del dispositivo están centrándose en el aspecto documental, volcando poco a poco el archivo recopilado en formato web, con la pretensión de hacerlo colaborativo y siempre abierto a nuevas incorporaciones archivísticas. “Existían iniciativas como el ‘Álbum de mulleres del Consello da Cultura Galega, pero no lo recoge todo, nada puede recogerlo todo, y por eso es necesario que se consoliden estas acciones por preservar lo que somos”, subraya Anxela Caramés.

El Contenedor físico fue donado en 2015 a la Casa-Museo de Emilia Pardo Bazán, y recibe a las personas visitantes desde el patio interior donde comienzan las visitas. Además, se emplea como herramienta para actividades como ‘Feminismo para principiantes’. “Por aquí pasan más de 8.000 escolares al año, y no sólo aprenden el legado literario de Emilia Pardo Bazán, también el político y feminista, porque ella fue la que introdujo el concepto en España en el siglo XIX”, indica la conservadora de la Casa-Museo, Xulia Santiso. En esta etapa sedentaria, el Contenedor, que puede ser consultado y solicitado, ve asegurada su preservación e interpretación como detonante feminista, a fin de contener nuestra historia colectiva. Esa que sólo nosotras podemos encargarnos de recoger para saber interpretar los futuros que vendrán.

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