WAGs sí, fútbol femenino no

WAGs sí, fútbol femenino no

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04/06/2016

Lorena Díaz Arrondo

No es ninguna novedad que el deporte femenino “no interesa a nadie”, a juzgar por la cobertura que los medios de comunicación, en general, dedican al asunto. Hemos visto en múltiples ocasiones cómo los triunfos de las mujeres en el deporte pasan de puntillas (si es que pasan) por la sección de deportes de los telediarios o los periódicos.

Sin embargo, hoy no he podido evitar sentirme doblemente decepcionada al encontrarme con dos titulares, que de forma tan opuesta, relacionan a la mujer con el fútbol.

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Por un lado, me encuentro con este triste titular en el Huffinton post:

“Ningún medio acude a la rueda de prensa del Athletic femenino, líder de la Liga”

Por otro lado, en la página principal de noticias Cuatro, me encuentro con el siguiente titular, destacado en la sección de fútbol:

11 contra 11: éstas son las WAGs de la final de la Champions”

Para quien como yo, sea una de esas pocas personas que nunca haya oído hablar del término WAG, resulta que se trata del acrónimo utilizado para hacer referencia a las mujeres y novias (por sus siglas en inglés) de deportistas de alto nivel.

Parece fácil ver la relación causa-efecto entre ambas noticias. Los medios, parecen aplicar al deporte como a tantas otras áreas, aquello del “Detrás de todo gran hombre, hay una preciosa mujer o era “¿gran mujer?”. Sin embargo, todas sabemos que la palabra importante en esta frase es “detrás”. Y ahí detrás o atrás, en definitiva, a mucha distancia, es donde se han dejado a esas 33 estupendas futbolistas del Athletic y a su entrenador este viernes.

Ningún medio parece haber considerado relevante lo que tuviera que decir el entrenador de un equipo de fútbol que es aspirante al título de Liga. ¿Por qué iba a serlo? ¿Mujeres jugando a fútbol?

Las mujeres no juegan a fútbol, las mujeres se casan con hombres que juegan a fútbol. Después pasan a ser “mujer de”, referentes de moda, chicas trendy, mamás modelo, portadas sexys de revistas deportivas (ahí sí están en primera plana), la mayoría tienen su propia carrera profesional, pero eso es irrelevante. Lo importante es estar detrás:En el campo, las 22 estrellas del balompié luchando por el trofeo; en las gradas, las 22 WAGs sufriendo durante los 90 minutos por la felicidad de sus maridos y novios” (extraído de Divinity.com)

Cierto que no espero nada diferente de una página dedicada a todos los temas “que interesan” a la mujer (léase: moda, parejas, bodas, familia, mamás…).

Pero vuelvo a mi link inicial. El que me ha descubierto la perla de las WAGs. Vuelvo a Cuatro.com e introduzco las palabras “fútbol femenino” en el buscador con la esperanza de encontrarme noticias de verdadero interés deportivo. Aparece una lúgubre lista de enlaces donde se mezclan titulares sobre peleas en el fútbol femenino con otros sobre fútbol masculino.

Y me encuentro con la segunda perla de la noche, con un titular que lee: “Así son las estrellas del Mundial Femenino de fútbol en sus redes sociales”. Por fin mis intereses de mujer se ven satisfechos (¿o son los de los hombres?) y puedo acceder a un reportaje fotográfico de algunas de las futbolistas más bellas del mundial, saber con quién están casadas y qué les gusta hacer en su tiempo libre.

A la vista de los acontecimientos, las jugadoras del Athletic han cometido varios errores que les han relegado de la portada a la sección de pasatiempos. Han cometido el error de calzarse unas botas de fútbol en lugar de casarse con un hombre que las llevara ya puestas. Han cometido el error de esforzarse en ser jugadoras de fútbol y no modelos o referentes de belleza. La mujer deportista no se viste para hacer deporte, no suda, no se despeina, no se lesiona. La mujer deportista es la foto de las nalgas de la jugadora de vóley playa.

Así, como si nada, hemos perdido otra oportunidad de crear referentes para las nuevas generaciones. Como tantas otras veces hemos dejado escapar la oportunidad de visibilizar a las mujeres en entornos diferentes a los “socialmente aceptados”.

Cada vez que los medios pasan de largo por una noticia de este tipo, nos arriesgamos a perder a otra generación de mujeres en la amalgama de estereotipos creados por una sociedad machista. Cada vez que una revista o publicación “femenina” nos hace creer que los intereses de las mujeres se limitan a la belleza, la maternidad y los cotilleos, nos arriesgamos a condenar a otra generación de mujeres a ser princesas inútiles.
Parece que la batalla de la mujer en el deporte está aún muy lejos de estar ganada. Quizá sea el momento de que los medios de comunicación apliquen también la ley de la paridad, y de que en las noticias se dé visibilidad a los deportes femeninos. Para que se vean más pilotas y menos paddock girls, más jugadoras y menos cheerleaders, más sudor y menos photoshop. Para que las niñas, que disfrutan con un balón de fútbol, crezcan con referentes femeninos positivos. Para que crezcan como personas y no como “mujeres”. Para que crezcan libres de prejuicios. Para que crezcan, y un día no aparquen su balón para ver el partido desde las gradas.

 

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